Martes, 30 de abril de 2024

Padre y madrastra de niños de Naranjal, sentenciados por tortura

Autor:

Redacción Primicias

Actualizada:

9 Dic 2022 - 13:17

Maicon V. y Mariana Q. fueron sentenciados a 17 y 29 años de prisión, respectivamente, por tortura a su hijo de siete años, quien llegó grave al hospital Francisco Icaza Bustamante, con signos de violación, maltrato y tortura.

Detención de Maico V.M, sentenciado por tortura a su hijo de 7 años. Guayaquil, 9 de diciembre de 2022.

Autor: Redacción Primicias

Actualizada:

9 Dic 2022 - 13:17

Detención de Maico V.M, sentenciado por tortura a su hijo de 7 años. Guayaquil, 9 de diciembre de 2022. - Foto: Fiscalía General del Estado

Maicon V. y Mariana Q. fueron sentenciados a 17 y 29 años de prisión, respectivamente, por tortura a su hijo de siete años, quien llegó grave al hospital Francisco Icaza Bustamante, con signos de violación, maltrato y tortura.

El Tribunal de Garantías Penales de Durán sentenció a 17 años y cuatro meses de prisión a Maicon V. M., por el delito de tortura a su hijo de 7 años.

El caso se conoció el 6 de septiembre de 2021, cuando el infante -quien vivía en Naranjal con su padre, su madrastra Mariana Q. H y sus cinco hermanastros- llegó grave al hospital Francisco Icaza Bustamante, con signos de violación, maltrato físico y tortura.

La madrastra Mariana Q. H. también fue sentenciada a 29 años y cuatro meses de prisión por el delito de violación contra su hijastro.

Según la Fiscalía, se lograron presentar pruebas como los testimonios de los peritos que realizaron los informes de valoración médica, psicológica y de entorno social del infante, donde se detallan las agresiones físicas y sexuales de los que fue víctima.

Además, el testimonio del médico legista, el informe de historia clínica de las casas de salud donde fue atendido, testimonios de médicos y allegados del entorno familiar.

El niño se encuentra en un hogar de acogida para precautelar su desarrollo físico y emocional.

El caso de abuso contra el infante y sus hermanastros evidenció cómo los enredos entre instituciones obligadas a velar por los derechos de los menores de edad, terminaron por vulnerarlos.

Hubo alertas e incluso un parte policial donde se informó de una “situación de riesgo”, dos días antes de que el niño de siete años terminara en estado crítico en el hospital. Sin embargo, no se aplicaron los protocolos para su protección.

Por este caso, el pleno del Consejo de la Judicatura destituyó a los dos fiscales que conocieron la denuncia cuando los niños ingresaron al hospital en Guayaquil, por presentar lesiones por abuso, quemaduras y tortura.

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