La tercera parte de esta improbable saga, nos muestra al asesino que habla poco y hace mucho, tratando de salir con vida, luego de que hay una recompensa por su cabeza. ¿Por qué? Porque en la segunda parte rompió una regla fundamental de ese universo: mató a alguien en The Continental, esa especie de hotel que usan los asesinos para hospedarse y pasar un buen rato.
¿Es posible mantener a flote una franquicia que arranca de la manera más descabellada posible? Pues con esta película se podría obtener una respuesta definitiva. Porque lo que empezó con un exasesino convertido en un ser responsable, que debe volver a la vida de violencia que dejó de lado porque el hijo de un mafioso ruso mata a su perro —como sucedió en la primera John Wick, de 2014— es ahora un filme en el que el antihéroe que puede matar de mil formas y pronunciar solo cinco frases en toda la película, debe evitar que lo maten.
Porque John Wick rompió una de las reglas de este universo mágico, en el que los asesinos están agremiados: mató a alguien en un terreno donde no podía pasar nada —como se ve al final de John Wick: Chapter 2, de 2017— y listo. En esta nueva aventura, el arranque es el punto donde se quedó la anterior.
Para sobrevivir a una orden de USD 14 millones por su cabeza, Wick deberá recurrir a algunas amistades en las que todavía puede confiar. Y claro, en sus habilidades de matar a alguien, hasta con un libro.
Esta tercera película continúa en la misma senda de las anteriores y esta sensación de unidad estilística y temática —algún cine debería hacer la proyección de los tres filmes y se sentirían que son un largometraje de seis horas— se debe a que hay un solo director para toda la saga. Chad Stahelski le ha dotado a Jonh Wick de una estética particular, que hace que el espectador se divierta con las, cada vez más descabelladas y caricaturescas, secuencias de acción. En esta ocasión, el personaje que interpreta Keanu Reeves es capaz de asesinar a alguien usando un caballo.
Es la acción lo que emociona en este universo. Stahelski —un exdoble de acción— rueda una coreografía en la que trata de usar la menor cantidad posible de cortes. Eso genera una sensación de realidad que el espectador agradece, incluso cuando está ante situaciones que no tienen ningún sentido.
Si bien en esta ocasión se nos ofrece una explicación sobre quién es John Wick, y encontramos detalles sobre sus inicios en este mundo, esta no es una película para ver el desarrollo del personaje. Es solo una buena excusa para ver a alguien repartir golpes a diestra y siniestra. Es el chance que nos dan para vitorear al asesino. Sobresalen, como siempre, Ian McShane y Anjelica Houston, que ingresa en este mundo de criminales con una frialdad única.
John Wick: Chapter 3 — Parabellum
Dir: Chad Stahelski
Guion: Derek Kolstad, Shay Hatten, Chris Collins y Marc Abrams
Elenco: Keanu Reeves, Halle Berry. Laurence Fishburne, Ian McShane. Anjelica Houston
Duración: 131 minutos
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