La huella de la IA: entrenar al Chat GPT-3 emite tanto CO2 como 125 vuelos de Nueva York a Pekín
Hasta saludar al ChatGPT y que este le conteste, emite miles de toneladas de CO2, debido a la cantidad de energía y agua que necesitan las máquinas para procesar sus prompts.

Una ilustración de la versión desktop y móvil del ChatGPT, el bot de inteligencia artificial de Open Ai, 20 de febrero de 2025.
- Foto
AFP
Autor:
Redacción Primicias / Agencias
Actualizada:
Compartir:
La próxima vez que quiera pedir un prompt o tarea al ChatGPT, que ya estrena su versión número 3, no lo haga. La huella ambiental que genera este modelo de Inteligencia Artificial (IA) es tan grande que podría acabar, en algún momento, con el agua o energía de su ciudad.
Y esto ocurre porque cada pequeña palabra o frase, como 'hola"; "buenos días"; "por favor"; "gracias"; "hasta la próxima", que se usa al interactuar con un sistema de IA activa gigantescos centros de datos.
Estos centros suelen estar situados a miles de kilómetros del usuario, y cuanto más largas sean esas frases y más información se envían a esos servidores, mayor será también el tiempo de procesamiento y por lo tanto, más grande el consumo energético y de recursos.
De hecho, todo este consumo elevado de agua y energía forma parte de un rostro poco conocido de la IA, la tecnología de 'moda' y que avanza a paso gigantes, con grandes empresas enfrentándose entre sí, como Google, Meta y la poderosa OpenAi.
Solo tome de ejemplo lo que ocurre en el condado de Newton, en Georgia (Estados Unidos), donde Meta, de propiedad de Mark Zuckerberg, instaló un flamente centro de datos. Y de repente, el agua se fue en la ciudad.

Esta escasez se debe, según reporta el diario The New York Times, a que los centros de datos recurren al agua de pozos o acuíferos que hay en una zona, para funcionar, y como necesitan mucha agua, eventualmente, los pozos se secan o el precio del servicio de agua potable sube.
"Los centros de datos como el de Meta, cuya construcción terminó el año pasado, suele consumir alrededor de 1,9 millones de litros de agua al día. Los nuevos centros de datos construidos para entrenar una inteligencia artificial más potente consumirán aún más", reseña el diario.
IA contaminante y con residuos
La preocupación por la elevada huella ambiental de la IA ha llegado a Ecuador, donde un 54,4% de usuarios entre 18 a 34 años ya recurre a ChatGPT como fuente de consulta, según un reciente estudio de la firma Metinno.
Por ello, la organización ambientalista Acción Ecológica, en colaboración con el Ciespal, realizó un encuentro informativo sobre los riesgos y las amenazas de la IA para el entorno y el medio ambiente.
"En Ecuador no existe suficiente discusión sobre qué es la inteligencia artificial, quiénes se benefician y a quiénes perjudica", mencionó la organización ecuatoriana.
Según los datos aportados por Natalie Greene, de la Coordinadora Ecuatoriana de Organizaciones para la Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente (Cedenma), la inteligencia artificial también requiere de minerales, electricidad, agua e infraestructuras, aunque aparentemente sea percibida como algo inmaterial.
A breves rasgos, este este es el impacto de la IA para el ambiente:
- Entrenar modelos como Chat GPT-3 emite más de 284 toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a 125 vuelos de Nueva York a Pekín.
- Los centros de datos que alimentan la IA ya consumen hasta un 3% de la electricidad mundial.
- Los modelos de IA se 'toman' hasta 700.000 litros de agua en tareas como el enfriamiento de centros de datos, cada día.
- Debido a la constante renovación de infraestructuras que requiere esta inteligencia, solo en 2022 se generaron más de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos.
- De este total, apenas un 20% fueron reciclados.
Compartir: