Buenos Aires, bajo resguardo militar: así luce la zona de Imbabura tras operativo para terminar con la minería ilegal
Tras la ofensiva militar del 13 de octubre, el Ejército asegura que mantiene presencia permanente en el territorio donde, según el Gobierno, operaban disidencias colombianas y redes de minería ilegal.

Buenos Aires, provincia de Imbabura, zona controlada por Fuerzas Armadas para eliminar la minería ilegal, 22 de octubre de 2025.
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Ejército Ecuatoriano
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Por primera vez en años, ruido se detuvo en Buenos Aires. El sonido metálico de las poleas, las detonaciones improvisadas y el rugido de las retroexcavadoras dieron paso al eco de las botas militares y al zumbido constante de los helicópteros que sobrevuelan la zona.
A lo lejos, entre la neblina de la cordillera, se observan los restos de lo que alguna vez fue el corazón de la minería ilegal en Ecuador: techos de plástico negro rasgados por el viento, tablones quebrados y el rastro de las bocaminas selladas con tierra y cemento.
La tierra, aún removida por los recientes operativos, conserva el olor a combustible y a explosivos.
Hoy, ese terreno es patrullado día y noche por efectivos de las Fuerzas Armadas, que tomaron posesión total de Buenos Aires, en la provincia de Imbabura, después de una ofensiva militar de gran escala que, según el Gobierno, marca el inicio de una nueva etapa: la recuperación del control estatal en zonas dominadas por la minería ilegal.
¿El fin del dominio de la minería ilegal?
Durante años, Buenos Aires fue un punto sin ley. Miles de personas ingresaron para excavar oro y cobre en las montañas, mientras grupos armados colombianos y bandas locales, como Los Lobos, se disputaban el control del territorio.
En medio de la selva, la minería ilegal se convirtió en una economía paralela, donde un solo minero podía ganar hasta USD 40.000 diarios.
“Había toda una estructura”, relató un alto mando militar durante un recorrido aéreo realizado el pasado miércoles 22 de octubre:
“Primero entraba el minero que hacía el trabajo técnico, luego el inversionista y después el que cobraba por la 'seguridad'. Dar con ellos era un juego del gato y el ratón porque salían y volvían a entrar”.
También dijo que, detrás de cada campamento había cocineras, niños, adultos mayores y hasta prostitución.
En los sectores conocidos como Mina Vieja, Mina Nueva y Mina El Olivo, los militares hallaron procesadoras más tecnificadas, que reemplazaron a las artesanales, que tenían un sistema con carbón activado, poleas que transportaban el mineral y explosivos listos para detonar.
“Antes sacaban cerca de 40 sacos de material, para procesarlo en otro lugar. Con la nueva tecnología, ese rendimiento se multiplicó, solo tenían que sacar un saco pero lleno de partículas de oro . Era un negocio millonario que alimentaba a los grupos irregulares”, añadió la fuente.
El sobrevuelo militar: restos de un imperio criminal
Desde el aire, el paisaje muestra caminos de lodo abiertos por la maquinaria pesada, socavones que se hunden en la montaña y estructuras destruidas por el fuego.

El personal especializado en detección y neutralización de explosivos realizó un barrido en las bocaminas, mientras equipos de ingenieros militares avanzan en la limpieza del terreno donde se levantará un destacamento permanente.
En medio de la bruma, sobresalen los cimientos de lo que fue un campamento de madera y cemento, hoy reducido a escombros. Es el punto exacto donde el Ejército planea construir su nueva base fija para garantizar que la minería ilegal no regrese.
La captura de alias 'Cali' y el cerco al Frente Oliver Sinisterra
El general de Brigada Fernando Silva, comandante de la Cuarta División de Ejército 'Amazonas', contó a PRIMICIAS algunos detalles sobre la captura de alias 'Cali', integrante del Frente Oliver Sinisterra, una disidencia de las FARC que operaba en la frontera norte.
“Fue capturado alias 'Cali', un objetivo de intermedio valor. Días atrás también fueron detenidos diez miembros del grupo armado criminal. Todos estaban actuando en el sector de las minas de El Olivo, Mina Vieja y Mina Nueva, con armamento y más de 1.300 municiones de distintos calibres”, explicó.
En ese grupo han sido detenidas dos mujeres ecuatorianas que presuntamente colaboraban con la estructura criminal.
Los once implicados son judicializados por presunto terrorismo y porte de armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas.
Según el general, los operativos continuarán hasta asegurar la estabilidad total del territorio.
“Estamos ejecutando patrullajes permanentes y estableceremos una base fija en Buenos Aires. La minería ilegal no volverá”, aseguró.
General de Brigada Fernando Silva
La intervención en Buenos Aires se ejecutó el 13 de octubre. Fuerzas Armadas y Policía Nacional llevaron a cabo una ofensiva coordinada con apoyo aéreo y artillería pesada.
El resultado: más de 720 bocaminas destruidas, 187 hectáreas intervenidas y el control total del territorio, según las autoridades ecuatorianas.
La nueva frontera del control militar
Las Fuerzas Armadas ecuatorianas asegura que también mantienen vigilancia en Alto Tambo, en Esmeraldas, y Lita, en la vía Ibarra - San Lorenzo, dos sectores de alta actividad minera donde las bandas intentan reubicarse.
Actualmente, 200 militares están desplegados en la zona, con campamentos operativos y logística constante.
La meta es doble: impedir el retorno de los grupos ilegales y dar paso a una minería legal y controlada, bajo las concesiones ya existentes, como la de SolGold.
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