Ecuador tiene embalses llenos, pero aún tiene déficit y depende de Colombia para cubrir su demanda eléctrica
El caudal promedio en el embalse de Mazar pasó de 203 m3/s el 27 de agosto de 2025 a 51,7 m3/s el 1 de septiembre de 2025, según el reporte de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).

Imagen referencial del embalse de Mazar, en el complejo Paute Molino, en Azuay.
- Foto
Sitio web Celec.
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Comienza septiembre de 2025 y ya se pueden ver las primeras señales de que está llegando el estiaje (época seca) a la cuenca hidrológica en donde está el mayor complejo de generación eléctrica de Ecuador, Paute- Molino (entre Azuay y Cañar).
Este complejo agrupa a tres centrales hidroeléctricas que están ubicadas en forma de cascada: Mazar, con un gigantesco embalse o reservorio de agua que está arriba; más abajo está Paute y luego Sopladora.
El caudal medio de ingreso de agua a Mazar es 90 metros cúbicos por segundo (m3/s), dice el experto eléctrico, Ricardo Buitrón.
Y aunque al 1 de septiembre de 2025 el embalse de Mazar —que forma parte del complejo y alimenta a las centrales—está prácticamente lleno, con 2.152,9 metros sobre el nivel del mar, desde finales de agosto los caudales comenzaron a bajar y ya están por debajo de la media.
El caudal promedio pasó de 203 m3/s el 27 de agosto de 2025 a 51,7 m3/s el 1 de septiembre de 2025, según el reporte de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).

¿Por qué es importante Paute?
Lo que ocurre en el Complejo Integral Paute es clave para el suministro de energía en Ecuador, pues representa alrededor del 41% de la demanda media nacional, que en 2025 será de unos 4.200 megavatios, añade Buitrón.
Desde octubre, además, se espera que comience el estiaje en la cuenca oriental del país, en donde está la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair (Napo), la más grande del país, diseñada para aportar 1.500 megavatios de energía, aunque por problemas de diseño aporta en promedio entre 800 y 900 megavatios.
¿Por qué aumentan los riesgos de apagones en el estiaje?
Así que en los últimos cuatro meses del año se espera una importante caída en generación hidroeléctrica de Ecuador.
Y esto es un problema porque la mayor parte de la oferta de energía en el país es hidroeléctrica, es decir, depende de las lluvias y de los altos caudales de los ríos, dice el experto eléctrico, Gabriel Secaira.
Ecuador cuenta con unos 7.300 megavatios energía instalados, de los cuales alrededor de 5.200 megavatios son generados en centrales hidroeléctricas, cuya operación suele caer a la mitad o menos en el estiaje.
Y de los casi 1.900 megavatios de energía termoeléctrica instalados en centrales estatales, hasta julio de 2025 solo 834 estaban operativos y el resto fuera de servicio por el mal estado y antigüedad de las centrales térmicas.
Con este escenario, surgen dudas sobre si el Gobierno de Daniel Noboa tendrá la capacidad de cubrir la demanda de energía en el último trimestre del año, que es cuando llega a picos de más de 5.000 megavatios, debido a la época de calor en la Costa y a las festividades de Navidad y Fin de Año, añade Secaira.
Gobierno insiste en que no habrá nuevos apagones
Tras un 2024 en el que Ecuador vivió la peor crisis eléctrica en al menos 15 años, con cortes de luz de hasta 14 horas, el Gobierno ha asegurado que en 2025 no habrá apagones de nuevo.
¿Pero qué ha cambiado este año para garantizarlo?
En 2024, en el momento más grave de la crisis eléctrica (octubre y noviembre), el déficit de energía llegó a 1.000 megavatios en algunos momentos, dice Buitrón.
Secaira recuerda que en esos meses más graves de la crisis eléctrica de 2024, la generación de las hidroeléctricas cayó a 1.560 megavatios, es decir, apenas operaron a un 30% de su capacidad.
Para complicar ese escenario, Colombia restringió la venta de energía a Ecuador desde agosto de 2024. Entonces, el país tuvo que consumir el reservorio de agua del embalse de Mazar. Con eso, el complejo salió de operación en varias ocasiones y operó al mínimo la mayor parte del estiaje.
¿Qué ha cambiado para el estiaje de 2025?
Buitrón explica que este año la sequía sería menos fuerte que en 2024, por lo que es difícil estimar un déficit muy preciso.
Pero añade que, partiendo de un escenario similar al de 2024, se podría decir que al déficit de 1.000 megavatios se le deben sumar 400 megavatios, por el aumento esperado de la demanda de energía para 2025. Así que el déficit de partida se estimaría en 1.400 megavatios.
No obstante, el Gobierno de Noboa ha incorporado algunas soluciones que alivian el escenario: alquiló tres barcazas turcas que generan unos 299 megavatios de energía termoeléctrica; puso en marcha la operación de la central Toachi Pilatón, con lo que se suman otros 200 megavatios. Además incorporó la central El Descanso, con 20 megavatios, el pasado 30 de julio de 2025.
Con eso, el déficit sería de 880 megavatios para 2025, pero a diferencia de 2024, en este año Colombia todavía no ha restringido las ventas de energía a Ecuador.
De ahí que el país contaría con unos 450 megavatios más que en el estiaje de 2024 si Colombia puede vender el máximo de la capacidad de transmisión.
Como resultado, por ahora, el déficit de generación para el estiaje de 2025 sería de unos 430 megavatios.
Pero nada está asegurado, todo depende de que Colombia nos venda energía. "Es lamentable que no tengamos seguridad energética, seguimos dependiendo de Colombia y de los precios de ellos", dice Secaira.
Buitrón lamenta que no se ha logrado incorporar nueva generación eléctrica propia y en firme; es decir, termoeléctrica.
"Solo han logrado alquilar tres barcazas, que es energía más costosa y no hay claridad sobre qué mantenimientos se han dado a las termoeléctricas para saber la generación real del parque termoeléctrico", añade Buitrón.
Secaira enfatiza que si las contrataciones con Progen y Austral se hubieran dado con éxito, el país tendría unos 241 megavatios de energía más y el déficit sería menor.
Pero los polémicos contratos estuvieron llenos de irregularidades y terminaron fracasando y con observaciones de Contraloría.
Por ahora, está en proceso otra contratación de una barcaza alquilada, por 230 megavatios, aunque todavía no se lanza la licitación. Estos se sumarán a los 299 megavatios ya contratados en barcazas y, de hecho, ya solicitó cotizaciones a las empresas interesadas.
Buitrón añade que también es importante tener en cuenta el manejo de Mazar, pues si la energía de Colombia resulta muy costosa o si Colombia decide no vender, el Gobierno debería utilizar la generación de Paute- Molino, con lo que se consumirían las reservas de Mazar.
Y habría más riesgos de que aumente el déficit de energía y con ello, los cortes de luz serían más largos.
Buitrón explica que el agua de Mazar podría durar unos tres meses solo si se utilizan caudales bajos, es decir, de unos 40 m3/s, para generar al menos 370 megavatios en el complejo Paute Molino.
Compartir: