Gobierno de Noboa sostuvo alza del precio del diésel, pero caída petrolera y más gasto elevaron el déficit fiscal
Eliminación del subsidio al diésel, reactivación económica, menos ingresos petroleros y mayor gasto público marcaron el manejo de las cuentas fiscales del Gobierno de Noboa en 2025.

Imagen referencial de un evento de entrega de becas del Gobierno, 31 de octubre de 2025.
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Este 2025 fue un año de recuperación económica tras la recesión de 2024. Sin embargo, en lo fiscal, las cuentas cierran en rojo, con un déficit más alto.
El déficit fiscal ocurre cuando un país tiene gastos más altos que los ingresos que recibe, por lo que se crea un hueco o faltante de recursos en el Presupuesto. Y esto obliga al Gobierno a pedir más créditos para cubrirlo.
Con datos al 28 de diciembre de 2025, el déficit fiscal del Presupuesto General del Estado llegó a USD 4.425 millones. Esta es una cifra más alta frente a la del año previo, cuando el déficit fue de USD 2.483 millones.
No obstante, con datos hasta el 28 de diciembre; el déficit todavía luce menor al que el Ministerio de Finanzas había previsto para 2025: USD 5.413 millones.
La eliminación del subsidio al diésel fue clave en 2025
El déficit fiscal aumentó a pesar de que en 2025 el Gobierno tomó algunas medidas de ajuste. La más relevante fue la eliminación del subsidio al diésel de los vehículos, anunciada el 12 de septiembre de 2025, mediante el decreto ejecutivo 126.
Según el Ministerio de Finanzas, en 2025, de no haberse aplicado la reforma, el subsidio al diésel habría alcanzado USD 1.243 millones.
Pero, debido a que el decreto ejecutivo 126 se comenzó a aplicar cuando faltaban casi cuatro meses para que termine 2025, lo destinado al subsidio en diésel se redujo a unos USD 819 millones en 2025, precisó el Ministerio de Finanzas.
De hecho, la eliminación del subsidio al diésel fue uno de los ajustes más profundos, pues era un beneficio vigente desde los años 70 que cada año drenaba cientos de millones del presupuesto, pero que ningún gobierno había logrado quitar.
Hanns Soledispa, director de la firma de investigaciones Exponential Research, explica que aunque la decisión fue positiva, en 2025 todavía no se pudieron ver los efectos de la eliminación del subsidio.
Esto, debido a que el Gobierno tuvo que implementar medidas de compensación a transportistas y agricultores, añade.
En 2025 Noboa también hizo otros ajustes:
1. Reducción del subsidio a las gasolinas Extra y Ecopaís a través de un cambio en la fórmula de fijación de precios en el sistema de bandas.
2. Eliminación del subsidio al diésel de los barcos atuneros.
3. Aumento de las tarifas eléctricas para las industrias.
4. La creación de una tasa para las empresas mineras.
5. Despido de unos 1.300 funcionarios públicos.
Sin embargo, estas decisiones no alcanzaron para compensar el alza del gasto público en medio de un año electoral y de Consulta Popular, dice Jorge Calderón, economista y rector del Tecnológico Argos.
Bonos, compensaciones y más pago de intereses
Calderón explica que hubo dos momentos clave en los que el Gobierno abrió más la llave del gasto en 2025, sobre todo, para entregar bonos.
Esos momentos fueron, en el primer trimestre del año, cuando Daniel Noboa se jugaba la reelección presidencial; y luego en las semanas previas a la Consulta Popular de noviembre de 2025.
De hecho, 2025 fue el año de los bonos, pues Noboa creó alrededor de 10 nuevas subvenciones o transferencias de efectivo.
Entre ellos: el bono Raíces, la compensación para los transportistas por la eliminación del subsidio al diésel, un bono para los migrantes retornados y un bono especial para militares y policías.
Así, el gasto público total pasó de USD 23.586 millones en 2024 a USD 25.241 millones (con corte al 28 de diciembre de 2025).
La cuenta que se conoce como "Transferencias Corrientes" es la que más aumentó. Pasó de USD 5.246 millones en 2024 a USD 5.912 millones en 2025.
Esta es la cuenta que agrupa gastos como: pago de bonos o pagos en efectivo a segmentos de la población y el aporte del 40% que hace el Estado a las pensiones de los jubilados.
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El segundo gasto que más creció en 2025 fue el pago de intereses de la deuda pública, que pasó de USD 3.483 millones en 2024 a USD 4.079 millones.
Calderón dice que otro problema es la calidad del gasto público en Ecuador, pues hay casos en los que las entidades no ejecutan con eficiencia los recursos durante la mayor parte del año.
"Y recién en los últimos meses, para no quedarse con alta subejecución, comienzan a ejecutar el dinero y hacer contrataciones aceleradas, que no siempre están bien hechas", añade Calderón.
Los ingresos del Estado se quedan cortos de nuevo
Este 2025 fue de recuperación económica, con más ventas y sin cortes de luz. Y eso permitió que aumente la recaudación de impuestos, dice Calderón. De ahí que el Presupuesto recibió alrededor de USD 862 millones más en ingresos tributarios frente a 2024, como muestra la gráfica:
Pero, pese a ello, el Presupuesto todavía enfrentó varios desafíos por el lado de los ingresos, agrega Soledispa.
Así, los ingresos de capital, que principalmente son petroleros, sumaron USD 1.460 millones hasta el 28 de diciembre de 2025; una cifra lejana a los USD 3.468 millones que el Ministerio de Finanzas preveía para este año.
Soledispa explica que la caída se debe a que la producción petrolera se desplomó. Además de la baja en el precio internacional del petróleo.
"El mayor problema ha sido la falta de inversión en el sector petrolero en muchos años. Lo ideal es que un país como Ecuador cada año aumente la producción, pero aquí va empeorando cada vez", agrega Soledispa.
La producción promedio de petróleo de Ecuador fue de 440.687 barriles diarios entre enero y el 25 de diciembre de 2025. Se trata de una caída de 7,3% frente a 2024.
Así, 2025 fue el peor año en la producción petrolera ecuatoriana desde 2003.
Además de la baja inversión, la producción petrolera se ha visto golpeada por desastres naturales, retrasos en proyectos clave, el cierre del bloque petrolero ITT y la inestabilidad administrativa de Petroecuador, la mayor petrolera del país, responsable de cerca del 80% de la producción nacional de crudo.
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