Jueves, 28 de marzo de 2024

La inflación mundial reduce la llegada de remesas a Ecuador

Autor:

Gabriela Coba

Actualizada:

7 Jul 2022 - 0:03

La llegada de remesas en 2022 dependerá de las medidas que adopten Estados Unidos y la Unión Europea para hacer frente a la inflación.

Personas forman una fila en el exterior de un local para enviar y recibir dinero, en el norte de Quito, el 6 de julio de 2022.

Autor: Gabriela Coba

Actualizada:

7 Jul 2022 - 0:03

Personas forman una fila en el exterior de un local para enviar y recibir dinero, en el norte de Quito, el 6 de julio de 2022. - Foto: PRIMICIAS

La llegada de remesas en 2022 dependerá de las medidas que adopten Estados Unidos y la Unión Europea para hacer frente a la inflación.

La entrada de remesas a Ecuador, que estaba marcando niveles históricamente altos desde 2021 experimenta ahora una ralentización.

En el primer trimestre de 2022 llegaron remesas al país por USD 1.103 millones, o un 19,7% más frente al mismo período de 2021.

Pero ese flujo de remesas cayó 8,8% en el primer trimestre de 2022, en comparación con último trimestre de 2021.

"Es probable que el flujo de remesas sea menor durante este año", afirma el exministro de Finanzas, Alfredo Arízaga.

Más inflación, menos remesas

La disminución en el ritmo de llegada de remesas a Ecuador en los primeros meses de 2022 se debe a dos factores, según el Banco Central.

El primero es el aumento de los precios de los alimentos y de la energía en el mundo, lo que deteriora el poder adquisitivo de los inmigrantes ecuatorianos, por eso envían menos dinero a sus familiares.

"En los países en donde residen los inmigrantes ecuatorianos se ha mantenido el empleo, pero la capacidad de ahorro de esas familias se redujo por el incremento de la inflación", sostiene Arízaga, quien también es director de la Escuela de Negocios de la Universidad SEK.

La inflación se debe a los subsidios y a las transferencias en efectivo que hicieron muchos países a su población a manera de paquetes de socorro financiero en medio de la pandemia de Covid-19.

La actual inflación también se explica por la rotura parcial de las cadenas de suministro, los nuevos confinamientos por contagios de Covid-19 en China y, luego, por la invasión de Rusia a Ucrania, factores que alteraron el comercio internacional.

El segundo fenómeno que está reduciendo el flujo de remesas es el bajo crecimiento de los países, y hasta una potencial recesión mundial.

Los temores de una recesión en las principales economía del mundo se han visto exacerbados por los persistentes problemas en la cadena de suministros, los nuevos confinamientos por el aumento de contagios de Covid-19 y el riesgo de estanflación, dice el Banco Mundial.

Mal año para Estados Unidos

Estados Unidos, donde reside la mayor colonia de inmigrantes ecuatorianos, alcanzará un crecimiento de apenas un 2,8% en 2022. Eso significa 1,2 puntos porcentuales por debajo de lo que el Sistema de la Reserva Federal proyectaba en diciembre de 2021.

Durante el primer trimestre de 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo 1,4% debido al resurgimiento de los casos de Covid-19.

Además, la economía de Estados Unidos experimentó contracción porque los precios de los alimentos y de la gasolina se dispararon, lo que deterioró la capacidad de consumo de los hogares.

Mientras que en Italia y España, donde vive un importante número de inmigrantes ecuatorianos, también cayó el PIB en los tres primeros meses de este año.

Consumo restringido

La tendencia a la baja en las remesas podría mantenerse durante el resto del año si Estados Unidos decide subir las tasas de interés para contener la inflación, un movimiento que debilitará la generación de empleo.

Y los empleos más vulnerables son los de los inmigrantes.

A su vez, la baja en el flujo de remesas es un freno en el consumo de los hogares ecuatorianos, que destinan esos recursos al pago de vivienda, alimentos y salud.

Las familias que acceden a remesas pertenecen a las clases socioeconómicas media y baja, que son las que sienten más el deterioro de su poder adquisitivo.

Hay señales que ya se ven en Ecuador. Por ejemplo, el consumo de los hogares ha experimentado una desaceleración en el primer trimestre de 2022, al crecer 6,7%, lo que equivale a 1,9 puntos porcentuales menos frente al cuarto trimestre de 2022.

Un menor consumo implica, a su vez, una caída de la actividad económica. En otras palabras, que las personas gasten menos significa un menor desempeño del PIB.

El Banco Central prevé que la economía ecuatoriana crezca 2,8% en 2022, tras el rebote de 4,2% de 2021.