Durante los meses de la pandemia se estima que el mercado de la comida keto, o dieta cetogénica, movió en Ecuador unos USD 2,1 millones.
María Párraga, 25 años, ejecutiva de ventas de una empresa, se dio cuenta un día de que lucía mal en las teleconferencias de trabajo a las que asiste diariamente desde que hace teletrabajo a causa de la pandemia.
“Me veía gorda, como cachetona”, sostiene. “Dicen que la cámara le regala a una persona algunos kilos, pero conmigo como que se le fue la mano”, señala entre sonrisas.
Por eso, tomó la decisión de hacer algo para bajar de peso. Por el confinamiento no era posible inscribirse en un gimnasio y no quería salir a la calle a trotar o caminar por miedo a enfermarse.
“Me puse a buscar en las redes algunas opciones de ejercicios en casa y de dietas, ahí me topé con la dieta keto, la adopté y mi vida cambió“, sostiene.
La dieta keto, o dieta cetogénica, es baja en hidratos de carbono (harinas, almidones y carbohidratos vegetales), que luego se transforman en glucosa; y rica en grasas. Al variar la alimentación, el cuerpo toma la energía de las grasas en lugar de tomarla de la glucosa.
Para sus defensores, es la mejor forma de perder peso de una forma rápida, sin el temido efecto rebote. Ponen como ejemplo el que se puede perder unos 10 kilos en las primeras cuatro semanas.
Una moda que no incomoda
La tendencia de consumo keto ha subido mucho en los últimos años. En Ecuador, desde el 5 de julio de 2020, se recibió un incremento en búsquedas de opciones keto por parte de habitantes del país.
En 2020 existió un aumento del 5,3% en el consumo y preferencia de productos keto, mientras que en el sector comercial se estima que el mercado de comida saludable creció hasta un 40% durante la pandemia.
“Me quedé sin trabajo y me puse a ofrecer comida keto a domicilio, ahora vivo de eso“, señala Claudia Castro.
“El negocio, literalmente, ha crecido de boca en boca. Me recomiendan los clientes y eso me ha hecho crecer al punto de tener que rechazar algunos pedidos, para quedar bien con la gente”, sostiene.
En Ecuador, existe una inclinación por nuevos bocadillos keto, el que desde el inicio del confinamiento ha movido unos USD 2,1 millones.
La diferencia de precio con la comida regular no es significativo.
“Si te preparas tu mismo, el plato de comida te puede llegar a costar unos USD 3, dependiendo. Pero si vas a un restaurante, con unos USD 5 puedes comer tranquilamente”, sostiene David Pareja, presidente ejecutivo de la cafetería PROT INN.
A escala mundial, el mercado keto estaba valorado en 2018 en USD 9.600 millones; sin embargo, se estima que para 2027 el valor de mercado alcance los USD 15.600 millones.
No es para todos
“Antes de comenzar cualquier dieta, es indispensable una visita al profesional que haga las evaluaciones y que nos haga entender el valor de la comida”, sostiene la doctora en Nutrición, María José Viteri.
Una vez con la valoración, se verá si el camino keto es el mejor para el paciente.
“No es para todos, cada cuerpo es diferente, único y reacciona de distinta manera al otro”, añadió Pareja, quien destaca que más por salud que por apariencia, las personas deberíamos comenzar a comer mejor.
Un estudio de Publicis Groupe reveló que los hábitos nutricionales se convertirán en alternativas naturalmente saludables y funcionales que respalden el concepto de cuerpo y mente resilientes.
“En comida, lo barato sale caro”, señaló Pareja.
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