Miércoles, 24 de abril de 2024

Hartos de la violencia, pobladores se toman ingreso a Buenos Aires y exigen salida de mineros ilegales

Autor:

Mercedes Alvaro

Actualizada:

27 May 2019 - 0:05

Autor: Mercedes Alvaro

Actualizada:

27 May 2019 - 0:05

Mineros de varias nacionalidades viven hacinados en la montaña y extraen oro de manera ilegal. - Foto: Cortesía fuerzas de seguridad

La comunidad de El Triunfo pide que se termine la minería ilegal en la parroquia La Merced de Buenos Aires, a la que pertenece. El sábado 25 de mayo de 2019, los habitantes de la comunidad cavaron una zanja para evitar el ingreso y salida de vehículos de la mina donde grupos ilegales explotan un yacimiento de oro desde hace más de año y medio.

Unas 200 personas de la comunidad El Triunfo mantienen cerrado desde las primeras horas del 25 de mayo el ingreso a las minas de la parroquia La Merced de Buenos Aires, al norte de Imbabura.

“Están en contra de la minería ilegal, sobre todo por la situación de pánico, de incertitumbre, de miedo y temor que están viviendo. Dicen ya basta y piden que salgan todos los que hacen minería ilegal”, dijo a PRIMICIAS el gobernador de Imbabura, Galo Zamora.

Los miembros de la comunidad de El Triunfo, ubicada a unos 40 minutos del ingreso a la Merced de Buenos Aires, cavaron una zanja para impedir la entrada o salida de vehículos a la zona, confirmó el gobernador.

Una fuente de la Policía comentó a este medio que la reacción de la población se dio luego de que recibieran amenazas por parte de los grupos armados que operan en las minas, “e incluso hubo un intento de asesinato de una persona del sector”.

El sábado, según conoció PRIMICIAS, “hubo un altercado en el interior de las minas con una persona del sector” por lo que los habitantes de El Triunfo “procedieron a cerrar la vía, manifestando que se encuentran cansados de los problemas a causa de la minería ilegal”.

Según el gobernador, miembros de la Policía acudieron el fin de semana al lugar para controlar posibles enfrentamientos entre pobladores y los grupos armados que operan ilegalmente en la zona.

El 23 de mayo, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, reconoció la presencia de elementos que tienen armamento pesado, de grueso calibre, en la zona minera de Buenos Aires.

“No es la primera vez que se han detectado elementos armados en ese lugar”, dijo pero descartó la presencia de grupos armados organizados. Es decir, que tengan un mando responsable con operaciones ilegales sostenidas.

Hasta el cierre de esta edición la toma del ingreso a la población de Buenos Aires continuaba, “pues la comunidad está decidida a que esto se detenga (la minería ilegal)”, según dijo el gobernador.


La última palabra

El Triunfo es una pequeña comunidad perteneciente a la parroquia de Buenos Aires, del cantón Urcuquí.

Una fuente policial dijo que los pobladores de El Triunfo quieren a sacar a los mineros ilegales de sus tierras, "aunque las autoridades tienen la última palabra".

No descartó, además, que pudieran darse enfrentamientos entre los grupos armados que operan en las minas y la población de El Triunfo que exige su salida.

Desde noviembre de 2017, Buenos Aires se ha visto invadida por miles de mineros ilegales, muchos de Zaruma y Portovelo, poblaciones tradicionalmente mineras del sur de Ecuador.

Pero también hay miles de venezolanos, colombianos, cubanos, peruanos y de personas de otras nacionalidades que han acudido a la zona, ubicada a solo 20 kilómetros de la frontera con Colombia, para explotar oro en las montañas conocidas como La Joroba y El Lomón, dentro de una concesión perteneciente a la minera Hanrine, subsidiaria de la firma australiana Hancock Prospecting.

Diversos operativos combinados entre la Policía y el Ejército dese 2018 no han podido, hasta el momento, desalojar a los grupos armados y a los mineros ilegales.


La Merced de Buenos Aires, una tragedia minera que degeneró en corrupción, violencia y extorsión

Informe

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Informes de inteligencia de la Policía señalan que actualmente hay más de 2.000 mineros ecuatorianos, 2.000 venezolanos, unos 1.200 colombianos y 500 peruanos que llegaron atraídos por una enorme veta de oro. Quedan un legado de destrucción ambiental alarmante y un problema difícil de solucionar para el gobierno.

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