Viernes, 26 de abril de 2024

El sector textil ecuatoriano ve crecimiento en cinco mercados

Autor:

Gabriela Coba

Actualizada:

10 Mar 2021 - 0:04

Las exportaciones de hilo de acrílico, de poliéster y de polialgodón se elevaron 26,5% en 2020 en comparación con 2019.

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Autor: Gabriela Coba

Actualizada:

10 Mar 2021 - 0:04

Un trabajador en una fábrica textil en Ecuador en 2020. - Foto: Cortesía AITE

Las exportaciones de hilo de acrílico, de poliéster y de polialgodón se elevaron 26,5% en 2020 en comparación con 2019.

Canadá, Estados Unidos, México, Chile y Colombia son mercados con potencial para los productos textiles de Ecuador, según Javier Díaz, presidente ejecutivo de la Asociación de Industriales Textiles de Ecuador (AITE).

De los cinco países Ecuador tiene acuerdos comerciales solo con dos: Colombia y Chile.

Que el sector textil nacional considere que hay oportunidades en esos cinco mercados se debe que a durante la pandemia esos países tuvieron que abastecerse con producción regional.

Esto se explica por las dificultades de importar textiles desde los países asiáticos, por el cierre de mercados debido a la pandemia de Covid-19, al confinamiento y la poca disponibilidad de embarcaciones.

"Se ha vuelto más fácil para un productor colombiano comprar hilo ecuatoriano que importarlo desde Asia", afirma Díaz.

Las exportaciones de hilo acrílico, de poliéster y de polialgodón se elevaron 26,5% en 2020 en comparación con 2019.

Otros productos que del sector textil ecuatoriano que tienen potencial de crecimiento en los mercados internacionales son aquellos con valor agregado, como sombreros, ropa deportiva y calcetines.

El crecimiento de las exportaciones textiles es parte del plan de mejora competitiva que ha desarrollado el sector y que aspira a contar con la cooperación técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), explica Díaz.

El plan busca el desarrollo de las siete principales provincias textileras del país: Azuay, Imbabura, Guayas, Cotopaxi, Chimborazo, Pichincha y Tungurahua.

Chimborazo es la provincia que presentó la mayor contracción económica en 2020.

Radiografía del sector

Que el sector textil quiera reactivarse a través de las exportaciones se debe a que ese es el único indicador que creció en 2020, mientras que las ventas internas, la producción y las importaciones se contrajeron.

En 2020 las ventas domésticas de las actividades textiles y de confección cayeron 36% o el equivalente a USD 500 millones frente a 2019.

La reducción de las ventas es un fenómeno que el sector experimenta desde 2019, lo que en parte responde a que el comercio ilícito, forma de contrabando, subfacturación y falsificación de productos, ha ganado espacio.

"Más del 60% de la tela de importación que se declara formalmente, en teoría, ante la aduana está subfacturada. Es decir, que se declara por debajo de su precio real para pagar menos impuestos", afirma Díaz.

La caída de las ventas domésticas en 2020 se tradujo en una reducción de la producción textil de 9,9%.

Lo que, a su vez, ha significado en 2020 una contracción en la importación de materias primas del orden de 37,40% en comparación con 2019.

En total las importaciones del sector textil se redujeron 10,17% en 2020 o el equivalente a USD 72 millones frente a 2019.

Nuevos consumos, nuevos negocios

Para que las exportaciones y las ventas domésticas crezcan después de la pandemia las empresas tienen que escuchar a los clientes, dice María José Pinto, gerente de producción de Pinto, cuya fábrica se encuentra en Otavalo, en la provincia de Imbabura.

Por eso la empresa Pinto, que tiene 118 años de existencia, adaptó sus productos y sus canales de ventas.

"El consumo cambió completamente. Ahora vendemos cosas que no habríamos comercializado hace un año. Un ejemplo de ello son los shorts y los pantalones deportivos, que se han convertido en prendas importantes, porque las personas buscan comodidad para estar en casa", afirma Pinto.

Para atender las nuevas necesidades Pinto dice que la empresa está invirtiendo en maquinaria, aunque no precisó el monto.

La caída en el flujo de personas en tiendas físicas llevó a Pinto a cerrar dos de sus 34 tiendas y a crear canales digitales de venta y pop up stores, también conocidas como tiendas fugaces, para atender a otros segmentos del mercado.

La empresa utiliza las tiendas fugaces, que son islas que funcionan en centros comerciales por un cierto período de tiempo, para ofrecer productos en descuento, concluye Pinto.