Jueves, 02 de mayo de 2024
En sus Marcas, Listos, Fuego

En el combate a la corrupción, los candidatos dan palos de ciego

Felipe Rodríguez Moreno

Felipe Rodríguez Moreno

PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.

Actualizada:

28 Jun 2023 - 5:28

He leído en las propuestas de todos los candidatos, como eje central junto a la seguridad, el combate frontal a la corrupción. Pero lo siento, ninguno de ustedes tiene experiencia en el campo penal y, por ende, están dando palazos de ciego.

Escribo esta columna para que, con o sin descaro, se roben esta idea, la hagan suya, porque esto no se trata de quien la pensó primero, sino de quien es el primero en limpiar a este país del lumpen.

La Fiscalía se jacta de lograr decenas de sentencias condenatorias y millonarias indemnizaciones para el Estado.

¿Cuánto recuperan? Cero pollitos, cero. ¿Y por qué nos emocionamos? Porque somos adictos a la letra muerta. Creemos que una sentencia que imponga el pago de millones de dólares al corrupto, es triunfo suficiente.

Desde 2016 se instauró en el país el eslogan pisoteado de "vamos a recuperar lo robado". Esto parece el mal chiste del borrachito que llega a la casa de madrugada y, para que la mujer le abra la puerta, dice:

-Traigo flores para la belleza.

La esposa, emocionada, le abre la puerta y al no ver flores le pregunta

-¿Y las flores?

El borrachito le responde:

-¿Y la belleza?

Así de malo es el chiste del combate contra la corrupción en este descolorido tricolor.

Por eso quiero, candidatos, que lean este ovillo de proyecto de ley que propongo, que es un híbrido entre lo que hacen en Estados Unidos, España, Alemania y Suiza.

Esto sería aplicable a: lavado de activos, enriquecimiento ilícito, enriquecimiento privado no justificado, defraudación tributaria, cohecho, concusión, peculado, enriquecimiento ilícito, etcétera.

La regla: El condenado por corrupción podrá reducir su tiempo de condena privativa de libertad en caso de que pague al Estado el valor impuesto como reparación integral en los siguientes porcentajes:

  • Pago del 100% = reducción del 90% de la pena.
  • Pago del 90% = reducción del 80% de la pena.
  • Pago del 80% = reducción del 70% de la pena.
  • Pago del 70% = reducción del 60% de la pena.
  • Pago del 60% = reducción del 50% de la pena.
  • Pago del 50% = reducción del 40% de la pena.
  • Pago del 40% = reducción del 30% de la pena.
  • Pago del 30% = reducción del 20% de la pena.
  • Pago del 20% = reducción del 10% de la pena.
  • Pago del 10% = reducción del 5% de la pena.

¿Si ven? En ningún caso se salvaría de cumplir la pena privativa de libertad, en la mayoría de estos delitos mantiene la pena perpetua de ejercer cargos públicos y el Estado recupera nuestro maldito dinero, ese que se debe invertir en educación, salud, seguridad e infraestructura, y no en finos brandis para los maltratados estómagos de los mafiosos.

Algunos de ustedes me dirán que propongo ser benévolos, que los corruptos deben sufrir y pudrirse en una cárcel. Sí, sí, todo lo que quieran, pero por eso ustedes no son juristas sino meros opinadores.

El fin de toda ciencia es ser útil; el Derecho es una ciencia social (aunque a algunos cuadrados les cueste aceptarlo), por lo que el fin de la condena ha de ser rendirle tributo al pragmatismo.

Somos el tugurio que somos, llenos de carteles de droga, hospitales sin medicinas, policías sin balas, carreteras atiborradas de cráteres, educación de inframundo, porque los corruptos han desfalcado al país.

El fin de un proceso penal no puede seguir siendo la venganza pura y dura, eso dejémoslo a los bajos instintos de los mediocres.

El proceso penal ha de buscar un fin útil, frío, esto es, el de quitarle el goce monetario al corrupto, obligarlo a vaciar sus bolsillos, permitirle recuperar la paz a cambio de devolver lo robado, convertirlo en un paria social (sí, sin duda) y así recuperar el dinero que nos pertenece a todos.

Para quitarles las dudas, les voy a explicar algo que les ayudará a abrir los ojos. Han visto que en Estados Unidos nuestros políticos fugitivos son condenados por lavado de activos y corrupción (cometido en nuestros países).

¿A dónde creen que va a parar el dinero (robado de nuestro país) invertido en fianzas para salir libres? ¿Por qué creen que hacen un 'guilty plea' (procedimiento abreviado) y cumplen una pena insignificante? Sí, exacto, porque entregan su dinero sucio al Estado a cambio de reducir su pena.

Esperen, esperen ¿a quién entregan lo robado para reducir su pena? Exacto, exacto. No a Ecuador.

Es que por eso otros son primer mundo y otritos somos del tercer mundo, porque allá, en el norte, no tienen ni un pelo de pendejos.

Y nosotros aquí, con ese romanticismo punitivo de ver al panzón nuevo rico entrando a una celda con violadores.

Créanme, que sufra los vejámenes que sufra, eso no hará más ricas nuestras escuelas, más abastecidos nuestros hospitales, más pacíficas nuestras calles.

Así que, estimados candidatos a la Presidencia (excepto a ese tal Bolívar Armijos que no se ha enterado de que corrupción también es candidatizarse y hacernos gastar recursos públicos en una candidatura tan, pero tan pendeja que no alcanzará ni el 2% de los votos, ¿qué opinan si dejamos el discurso sanguinario para adoptar el discurso de estadista?

Claro que esta es solo una columna, de alguien que algo, algo ha estudiado Derecho Penal, que aún podemos hablar de aumentar las penas sanguinariamente (no con fines preventivos, sino con miras a una buena negociación que haga atractivo devolver lo robado).

Por lo que, si a alguno de ustedes le interesa que les regale la reforma de ley, solo es cuestión de pedir, y sin sonrojarse, por favor.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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