Es una pregunta difícil, porque la respuesta debe ser un "¡no!" rotundo, pero eso molestaría a los fanáticos de Marlon 'Chito' Vera y también al círculo comercial que gira alrededor suyo. Pero qué pena, el 'Chito' Vera no es un modelo a seguir para los jóvenes de Ecuador.
Al menos, no es un modelo a seguir que propondría cualquier padre sensato. Qué madre querría ver a su hijo con la cara destrozada y ensangrentada, más que el Jesús de Mel Gibson. Qué padre rezaría a Dios para que su hijo se gane la vida en una actividad tan violenta como la UFC, que puede causar daños físicos y heredar secuelas cerebrales irreversibles.
Por supuesto, algunos modelos de la juventud siempre han sido, digamos, incovenientes. Por seguir al Che Guevara, miles de jóvenes se lanzaron a la sangrienta aventura de las guerrillas. Ahora se imita a los 'influencers' y sus muy intelectuales retos de TikTok.
Se dirá, y con razón, que 'Chito' Vera se ha convertido en un símbolo de superación para Ecuador por mérito propio. Migrante, oriundo de un país como Ecuador donde el horizonte aparece descorazonador, este luchador de artes marciales mixtas puede contar una historia de éxito, tanto financiero como personal (aunque el dinero nos gusta más).
La enorme expectativa causada por la posibilidad de ser campeón del la UFC (campeón de una empresa, en estricto rigor) se debió, como siempre, a la función social del deporte. Ha sido normal, desde la misma Prehistoria, que la tribu se enorgullezca de su cazador más hábil o de su soldado más eficiente... en matar, por supuesto.
El deporte ha reemplazado, o al menos esa fue la idea, a las guerras y las confrontaciones violentas. Por eso, los héroes de la Independencia fueron suplantados por los héroes del deporte (y del espectáculo). Antes, era obligatorio pensar en que un coliseo deba llamarse 'Abdón Calderón'. Hoy, ya están buscando una calle para que se llame 'Kitu' Díaz.
La pasión, mal entendida, ha hecho que ciertos seguidores desvirtúen al deporte. En la cancha de fútbol, por ejemplo, ningún jugador muere por fallar un penalti. Fuera de la cancha, hay autos destrozados, insultos, acuchillamientos y mafias. Y, a veces, sí mueren los jugadores.
Con todas estas consideraciones, es posible pensar en que el 'Chito' Vera aparece, honradamente, como un símbolo aspiracional. Si él pudo triunfar en la vida a base de puñetazos y patadas, todos pueden. Y hasta suena testosteronamente espectacular decir: "Yo me gano la vida con mis puños".
Creer en eso es un error. Los jóvenes deberían contar con las suficientes oportunidades de estudio y empleo para que no sea necesario acabar como un mártir dentro de una jaula y con lesiones permanentes, por más jugosa que sea la recompensa. Si el 'Chito' debe ser un símbolo, es justamente de esto mismo: el suyo no es el camino.
Lesiones del 'Chito' Vera luego de su pelea del 9 de marzo de 2024. Capturas
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