Viernes, 29 de marzo de 2024
Canal cero

"Tengo hecha la maleta"

Enrique Ayala Mora

Enrique Ayala Mora

Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.

Actualizada:

18 Sep 2022 - 5:26

Clemente Yerovi Indaburu

A inicios de 1966, la Junta Militar de Gobierno se tambaleaba. La oposición de los comerciantes importadores, que se negaban a pagar impuestos, de los políticos que pedían el 'retorno' al régimen civil y de los estudiantes, que sufrían la represión, levantó una ola de paros y manifestaciones.

En febrero de 1965, militares armados asaltaron la Universidad Central, destruyeron instalaciones y laboratorios, vejaron a profesores y alumnos, tomaron prisioneros y se instalaron en el campus.

Las universidades de Guayaquil y Cuenca fueron clausuradas. Una reacción nacional llevó a la caída de la dictadura. Una "Junta de Notables" designó presidente interino a Clemente Yerovi Indaburu.

Don Clemente era un destacado exponente de la elite guayaquileña, especializado en temas económicos. Estaba vinculado familiarmente con Carlos Arroyo del Río y había ejercido varias funciones públicas de carácter técnico.

Tomó el poder, como presidente interino, el 29 de marzo de 1967. Formó un gabinete de concertación nacional. Respetó las garantías ciudadanas, aunque en realidad era un dictador civil.

Estuvo dispuesto a dejar el cargo en cualquier momento. Decía "Tengo hecha la maleta" para volverse a Guayaquil. Manuel de Guzmán Polanco cuenta que la tenía en el despacho presidencial.

"Se trataba de una valija manual con efectos personales, que la usaría para volver a su casa –decía- si es que las inconformidades, las presiones, trataran de alterar su programa".

En su gobierno se eliminaron las reformas arancelarias de la dictadura y se estabilizó la economía con medidas convencionales, muy del agrado del poder económico. Logró reducir el déficit presupuestario y la deuda pública; elevó la reserva monetaria internacional.

Liberó a los presos políticos, restableció el derecho de huelga y asociación. Dio facilidades para que los desterrados por la dictadura pudieran volver. No clausuró periódicos ni radiodifusoras.

Respetó la autonomía universitaria, creó varios centros educativos y el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (SECAP).

Restableció la vigilancia sobre las doscientas millas de mar territorial e impulsó el proceso de integración andina. Fomentó las finanzas particulares con la fundación de la Corporación Financiera del Ecuador.

Impulsó la construcción de varias carreteras y otras obras públicas, creo la Flota Bananera y la Infantería de Marina.

Yerovi preparó la elección de la Asamblea Constituyente, no buscó quedarse como presidente, como había sido la costumbre. Cuando el presidente interino fue electo se retiró del mando y sin haber podido presentar su informe a la Asamblea, volvió a Guayaquil.

No necesitó hacer su maleta, ya la tenía hecha desde que llegó al Palacio de Gobierno.

Luego de su paso por el mando conservó mucho prestigio. En 1974 fue designado embajador ante la Santa Sede. Habrá llevado a Roma su maleta pequeña, porque no duró mucho y volvió a Ecuador, donde murió en 1981.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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