Miércoles, 01 de mayo de 2024
De la Vida Real

Un crack de la vida, el deporte y la actuación

Valentina Febres Cordero

Valentina Febres Cordero

Es periodista y comunicadora. Durante más de 10 años se ha dedicado a ser esposa y mamá a tiempo completo, experiencia de donde toma el material para sus historias. Dirige Ediciones El Nido. 

Actualizada:

11 Sep 2023 - 5:58

El miércoles por la noche fuimos al teatro con mi marido. Cuando se acabó la función no me quería levantar de la butaca. Sentí que debía asimilar todo lo vivido y lo reído.

Estuvimos en el stand-up de Alfredo Cobo, más conocido como El Arete Cobo. Soy su fan. Lo descubrí en TikTok y luego nos hicimos amigos por Facebook. Compré uno de sus libros, que me encantó. Cuenta anécdotas de su vida con humor. Es de lectura fácil, pero tiene un detalle que me cautivó: hace, sin darse cuenta, reflexiones y críticas sociales muy inteligentes. 

No pretende dar lecciones de moral ni motivacionales, pero al terminar cada anécdota al lector le hace pensar un poquito más allá de lo evidente. Y ese es el mejor regalo que un autor nos puede dejar.

Al enterarme de que iba a presentar su "Stand-Up de Mierda" en el Patio de Comedias, compré las entradas inmediatamente. No pensé ni en la logística de encargar a mis guaguas. Quería ir a verle. Me pareció increíble que haya decidido hacer un monólogo contando su vida y sus anécdotas.

De lo que cuenta en su TikTok, el Arete es ciclista de profesión. Ha sido campeón nacional miles de veces en un montón de categorías. Es uno de los pioneros en hacer Down Hill en Ecuador. Tiene tres hijos, que son igual de encantadores que él porque los muestra en sus videos, y una novia guapísima a la que ama.

Por medio de sus tiktoks nos ha enseñado sus bicis, sus rutas, sus amigos, y nos ha compartido parte de su día a día. Es un tipo que cautiva. Dice lo que piensa con humor y respeto.

En el fondo, amaría ser como él porque no tiene vergüenza. Se lanza a hacer lo que él cree que debe y quiere hacer. Siento que va poniendo un visto a todo lo logrado en su vida. En su show contaba que recién hace tres años se compró su primera moto, algo que había querido desde niño. Un día decidió escribir y ya va por su octavo libro. Desde hace 35 años había querido hacer comedia, y ahí estaba ahora parado frente al escenario haciendo reír a un centenar de espectadores.

Cuando se terminó la función sentí una admiración profunda por él. Porque tiene 56 años y es libre de mente y espíritu. Decidió contar su vida sin tapujos y lo hizo de una manera espontánea. En su show noté que muchas veces se salía del guion. Me imagino que es un tipo experto en autogestión e improvisación. Tener cautivado a un público por más de hora y media es propio de una mente ágil. Y eso también es admirable. 

Mientras estábamos en la fila para entrar al teatro, unos chicos conversaban sobre cómo conocieron Al Arete: "Nos fuimos a una rodada hace años. El man es una bestiaf, además es tan buena gente. Desde ahí, a cosa que organiza el man a cosa que me apunto. Por eso estoy aquíf".

Cada vez que pasábamos por un grupo de gente, alguien contaba alguna anécdota con El Arete Cobo. Me quedaba a oír un poquito de cada cosa.

Al entrar a la sala nos sentamos delante de otros chicos. Conversaban muertos de la risa sobre las aventuras que han pasado con el Alfredo: "Con este loco he recorrido medio país. Ecuador sería una potencia si fuera ordenadito. El otro día nos fuimos a Pimampiro, unos paisajes a 3.000 metros que son una locura, no sabes brother lo que fue ese paseo". Me dio pena no saber si se fueron en bici o en moto, pero me dio más vergüenza averiguar.

Por eso en este mundo hay que ser más Arete Cobo: no tener vergüenza de lanzarse a preguntar, y jamás quedarse con la duda.

¿Por qué le dicen Arete? Eso sí le pregunté cuando se terminó su show. Me puse roja de la vergüenza, pero tenía que felicitarle y quitarme la duda. "Cuando era peladito, de unos 21 años, trabajaba en una radio. En esa época muy poca gente se ponía aretes, pero yo usaba en las dos orejas y tenía el pelo largo. Cuando alguien iba a dejarme algo le decían al guardia: Le entrega esto al chico del arete. Y así me quedé como El Arete Cobo".

Le di un abrazo y le agradecí por su show. Tiene un manejo escénico excelente. Di por hecho que el de actor era su segunda profesión, pero esa noche por un video de TikTok me enteré de que la del Patio de Comedias era la segunda función que daba en su vida. "El man es un crack", pensé.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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PaulSan
6 diciembre, 2023 12:13

Qué chévere historia! Me ha gustado mucho como presentas un personaje que a través de su autenticidad genera un sentimiento muy necesario en nuestro Ecuador en estos momentos.

Sabes dónde podemos comprar sus libros?