Sábado, 20 de abril de 2024

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EFE / Redacción Primicias

Actualizada:

11 Sep 2020 - 7:45

El Jumbo-Visma de Primoz Roglic se mira en el espejo de Johan Cruyff

El tren del Jumbo-Visma cuidando a Primoz Roglic, en la Etapa 12 del Tour de Francia, el 10 de septiembre de 2020.

Autor: EFE / Redacción Primicias

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11 Sep 2020 - 7:45

El tren del Jumbo-Visma cuidando a Primoz Roglic, en la Etapa 12 del Tour de Francia, el 10 de septiembre de 2020. - Foto: EFE

Holanda dio al mundo el fútbol total, de la mano de Johan Cruyff, y ahora quiere trasplantar ese espíritu al ciclismo a través del equipo Jumbo, que ha dominado la primera mitad del Tour de Francia con tres victorias de etapa y un maillot amarillo.

Liderados por el esloveno Primoz Roglic, el equipo Jumbo-Visma dirigido por Grischa Niermann aspira a convertirse en la referencia del pelotón con una nueva forma de plantear el ciclismo en la que cada corredor tiene un papel específico.

Una receta con la que, con la mitad de presupuesto, por el momento están plantando cara al todopoderoso Ineos Grenadiers (donde corre el ecuatoriano Richard Carapaz), intocable en la última década.

"Mi objetivo es mostrar que se puede ganar con todo nuestro equipo. Podemos dominar en todos los terrenos, en llano y en montaña. La selección holandesa (de los 70) jugaba de manera colectiva y todos estaban al máximo nivel. Es lo que queremos hacer nosotros", asegura Richard Pugge, el "alma mater" del Jumbo.

Máquina amarilla

Su sueño es que el equipo que ha formado sea conocido en el pelotón como 'La máquina amarilla', a imagen y semejanza de la 'Naranja mecánica' del fútbol.

Comparado a menudo con Dave Brailsford, el hombre que creó la estructura del actual Ineos, Pugge tiene trazado un plan que persigue llevar a uno de sus corredores al escalón más alto del podio en París.

Por ahora, su trayecto se asemeja bastante a lo que había planeado. Salvo en dos detalles. El primero es que el Jumbo contaba con afrontar el Tour con tres ciclistas capaces de ganarlo, pero el holandés Steven Kruijswijk, tercero de la pasada edición, sufrió una caída en el Dauphiné, lo que le impidió acudir al Tour.

El segundo es que el también holandés Tom Dumoulin, vencedor del Giro de Italia en 2017, no parece en condiciones de disputar la general y, tras las primeras citas con la montaña, parece relegado a un papel de gregario de lujo de Roglic.

Dos elementos que no desaniman a la formación holandesa, que asegura contar con suficientes elementos como para que su líder esloveno pueda aguantar hasta el final con el maillot amarillo y sume así su segunda carrera de tres semanas, tras la Vuelta a España del año pasado.

Sepp Kuss, Robert Gesink y George Bennet son los hombres designados para ayudar al líder en la montaña, Tony Martin el escudero en el llano y Wout van Aert el todoterreno que debe guardar las espaldas de su líder hasta el final.

"Estoy convencido de que Dumoulin será una ayuda preciosa en lo que resta de Tour", asegura Pugge.

Sin errores

Con ello, el Jumbo espera superar la ventaja con la que cuenta Ineos Grenadiers. "Ellos ya saben lo que es ganar el Tour. Nosotros no. En eso, son el equipo a batir", apunta el director que, sin embargo, no renuncia a superarlos con otras armas.

Para ello, como en la mítica selección holandesa de fútbol, el nivel de exigencia debe ser máximo y la implicación de cada uno suprema.

"Nuestra receta es ser lo más profesionales posibles en todos los dominios y obtener la implicación máxima de cada miembro del equipo", señala Pugge, un mandamiento que recuerda mucho a las "ganancias marginales" que aportó el actual Ineos al pelotón.

En el equipo holandés reconoce que el camino hasta París es todavía largo y que el enemigo es difícil de derrotar. "El más mínimo error puede echarlo todo por tierra", señala su director.

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