Viernes, 26 de abril de 2024

"Las medallas importan, pero lo más valioso es disfrutar el trabajo"

Autor:

Martha Córdova

Actualizada:

6 Feb 2022 - 9:30

La marchista imbabureña Glenda Morejón ha procesado las enseñanzas de su participación en los Juegos Olímpicos y está compitiendo al más alto nivel. Ya ganó el Campeonato Nacional, se quedó con el oro en el Campeonato Sudamericano de Lima y ganó el Campeonato Mundial en Omán.

Glenda Morejón durante su participación en el campeonato nacional de Machala, el 8 de enero de 2022.

Autor: Martha Córdova

Actualizada:

6 Feb 2022 - 9:30

Glenda Morejón durante su participación en el campeonato nacional de Machala, el 8 de enero de 2022. - Foto: Armando Prado

La marchista imbabureña Glenda Morejón ha procesado las enseñanzas de su participación en los Juegos Olímpicos y está compitiendo al más alto nivel. Ya ganó el Campeonato Nacional, se quedó con el oro en el Campeonato Sudamericano de Lima y ganó el Campeonato Mundial en Omán.

Para Glenda Morejón "lo importante es disfrutar el proceso, incluso en los días duros, porque el deporte nos enseña que si nos caemos, nos levantamos con más fuerza. Tengo 21 años y una carrera muy larga por delante", dice la marchista imbabureña.

La medalla de oro en los 5 kilómetros marcha del Mundial Junior de 2017 hizo estremecer al país, no por el himno nacional que se entonó en Kenia -sede del evento-, sino porque antes de llegar a esa cita Glenda entrenó con los zapatos rotos.

Dos años después ganó dos medallas mundiales, en la división absoluta y logró la mejor marca técnica para los 20 kilómetros marcha.

Glenda confirmó que es un talento en su máxima expresión. Recibió el premio de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) como una de las mejores atletas de la temporada.

Debutó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, con proyección para llegar hasta en cuarto lugar, pero en la mitad de la competencia se retiró por una fuerte fatiga.

"No lo voy a ocultar, hubo mucha presión", dice un semestre después de aquella dramática tarde en la ciudad japonesa de Sapporo.

Sintió que le falló a todos. A ella misma y a quienes esperaban un mejor resultado. Por eso desde agosto, cuando regresó al país, ha seguido un proceso psicológico para procesar y dar cauce a todas las emociones vividas.

"Es muy diferente la presión de participar en un torneo nacional a un sudamericano; a un panamericano; inclusive de un Mundial frente a los Juegos Olímpicos. Son totalmente diferentes las sensaciones que uno siente en un evento de alto rendimiento. En mi caso sucedió así. Aprendí mucho", reflexiona.

Cambió de entrenador, dejó a Andrés Chocho y hoy es el azuayo Julio Chuqui, quien dirige su plan deportivo.

Fue Chuqui quien puso como parte esta primera etapa de su preparación su trabajo en la parte psicológica.

"El último día de 2021, mi hermano Luis me dijo que la experiencia no se compra con dinero. Lo que pasó en Tokio nos sirvió para madurar y crecer en algunos aspectos", dice Glenda, con ese rostro que refleja inocencia.

Señala a su familia como un puntal importante en su recuperación. "A Dios porque con él todas las cosas son posibles, en los momentos difíciles, me ha hecho más fuerte. Estoy agradecida con mi entrenador por todo el apoyo que me brindó, especialmente en la parte emocional. Vamos a seguir preparándonos para los próximos retos", añade.

Ya libre de ese peso emocional y con las presiones transformadas en motivaciones, Glenda Morejón tiene un calendario intenso y competitivo, que empezó con el Campeonato nacional de Machala, donde se quedó con el primer lugar.

El domingo 6 de febrero de 2022, Glenda se quedó con el primer lugar en los 20 kilómetros marcha, en el Campeonato Sudamericano que se desarrolló en Lima.

La ibarreña fue muy superior a sus rivales, registró un tiempo de 1:31:09 y llegó a la meta en solitario. Morejón cruzó con una bandera de Ecuador y después se abrazó con su entrenador Julio Chuqui.

Y el sábado 5 de marzo de 2022, Glenda Morejón volvió a sorprender al mundo. Corrió por primera vez en los 35 kilómetros en el Mundial de Omán y se llevó el oro.

La ecuatoriana exhibió su técnica exquisita y fue dejando rivales en el camino. Al final, también cruzó la meta en solitario, con un tiempo de 2:48.33.

Además, colaboró para que Ecuador se lleve el campeonato mundial, ya que se corría por equipos y la delegación nacional tuvo una excelente participación, con cinco corredoras entre las 10 primeras.

Estará en cinco o seis eventos internacionales, incluyendo los Juegos Sudamericanos, un certamen del ciclo olímpico rumbo a los Juegos París 2024.

El año pasado ya ganó las medallas de oro en el Sudamericano Sub 23 realizado en Guayaquil, en los Juegos Panamericanos de la Juventud en Cali, Colombia.

El 8 de enero pasado se coronó campeona nacional de los 20 kilómetros, en Machala.

"Las medallas son importantes, pero lo más valioso es disfrutar el trabajo: el dolor de cada entrenamiento, la estrategia de cada competencia. El análisis de las rivales, el clima".

Ama lo que hace. Ama el deporte y el atletismo con todas sus complejidades. "La vida no es fácil, pero siempre hay que ver el lado positivo de las cosas. Tener salud, hoy en época de pandemia, es un milagro", agrega.

Hace dos años y medio, cuando decidió dejar Ibarra para entrenarse en Cuenca, hizo un alto también en sus estudios universitarios. Empezó a estudiar Administración, pero desde abril seguirá la carrera de Psicología.

"Me ayudará a prepararme para mis competencias", dice.