El Ministerio de Salud pasó de registrar 62 a 1.995 casos diarios de coronavirus en cerca de dos meses. Las hospitalizaciones son bajas.
Detrás del repunte de contagios de Covid-19 que experimenta el país desde mayo de 2022 hay una explicación: la llegada de las dos subvariantes BA.4 y BA.5, que tienen su origen en la variante ómicron.
Un estudio del Instituto de Microbiología de la Universidad San Francisco de Quito identificó que estas dos subvariantes circulan, al menos, en Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua y Manabí.
El director del Instituto, Paúl Cárdenas, cree, sin embargo, que la presencia de esas subvariantes no se limita a estas cuatro provincias, sino que ya están presentes en todo el país porque han demostrado tener la capacidad de propagarse rápidamente.
"Estas dos subvariantes se están volviendo predominantes en todo el mundo y Ecuador no es la excepción", dice Cárdenas.
Los últimos estudios de la Universidad San Francisco, al igual que investigaciones de organismos como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), muestran que las dos subvariantes producen, en algunas personas, síntomas más intensos que su antecesora ómicron, aunque no siempre requieren ser hospitalizadas.
Entre los que tienen mayor prevalencia están: fatiga extrema, desmayos, diarrea y hasta aumento del ritmo cardíaco. Se suman también los síntomas tradicionales del coronavirus como fiebre y malestar corporal.
El epidemiólogo Mauricio Espinel explica que los virus mutan cuando pasan de persona a persona, abriendo la posibilidad a que presenten nuevas características.
En el caso de las subvariantes BA.4 y BA.5, no solo se trata de los síntomas citados, sino de otras tres particularidades:
- Tiene mayor capacidad de producir reinfección. Cárdenas explica que antes de la aparición de las subvariantes, el porcentaje de reinfección era del 1%. Ahora, la cifra es del 10%. Esto quiere decir que de cada 100 personas que se contagian con BA.4 y BA.5, 10 vuelven a contraerlas.
- Pueden causar neumonía. A diferencia de ómicron, que producía malestar en la garganta, las dos subvariantes puede provocar complicaciones más severas como neumonía.
- Esquivan la inmunidad. Aunque aún no hay investigaciones concluyentes, los primeros estudios hablan de la capacidad que tienen las dos subvariantes para evadir los anticuerpos que producen las vacunas.
Espinel y Cárdenas coinciden en que esto no significa que las personas deban dejar de vacunarse. "Al contrario, la vacuna sigue siendo la mejor herramienta para evitar casos graves y la muerte".
Contagios al alza
La curva de contagios por Covid-19 en Ecuador sigue al alza. Datos del Ministerio de Salud muestran que el país pasó de registrar 62 a 1.995 contagios diarios entre mayo y la tercera semana de julio de 2022.
El aumento no solo coincide con la llegada de las subvariantes BA.4 y BA.5, sino con la eliminación del uso obligatorio de la mascarilla en espacios abiertos y cerrados.
El crecimiento de casos positivos se concentra, sobre todo, en Pichincha y Guayas. En Pichincha, los contagios pasaron de 323.858 a 350.175 entre el 1 de mayo y el 12 de julio de 2022, siendo la provincia con la mayor prevalencia de Covid-19.
En su capital, Quito, la positividad pasó del 6,6% al 38% en el mismo período. Esto quiere decir que de cada 100 pruebas procesadas, 38 arrojaron un resultado positivo.
Mientras que en Guayas, los casos positivos aumentaron de 135.079 en los primeros días de mayo a 143.505 durante la tercera semana de julio.
Esto llevó a que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal de Guayaquil mantenga el uso obligatorio de la mascarilla en espacios cerrados y recomendarlo en espacios abiertos como conciertos y estadios.
Para evitar que el coronavirus siga propagándose, Cárdenas considera que el uso de la mascarilla debe volver a ser obligatorio, al menos, en los espacios cerrados de todo el país.
El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional asegura que, por ahora, esa medida está descartada.
Durante la sesión que mantuvo el organismo, el 7 de julio de 2022, decidió recomendar el uso del cubrebocas en espacios cerrados.
Pocas hospitalizaciones
La baja ocupación hospitalaria es el principal argumento con el que el Ministerio de Salud afirma que la pandemia del Covid-19 sigue bajo control en el país.
El subsecretario Nacional de Vigilancia de la Salud, Francisco Pérez, dice la positividad ya no es un indicador que permite medir la incidencia que tiene el Covid-19 en la ciudadanía, pues algunas personas que se contagian ya no se someten a una prueba que confirme la presencia del virus.
Los datos que maneja el Ministerio de Salud señalan que la ocupación de camas de hospitalización no supera el 32% en los hospitales del sistema nacional de salud.
El porcentaje más alto está en las casas de salud del Instituto de Seguridad Social (IESS), del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas del Ecuador (Issfa) y del Instituto de Seguridad de la Policía (Isspol), con un promedio del 32%.
Una situación similar presentan las camas de cuidados intensivos. Los hospitales del IESS, del Isspol y del Isffa registran la mayor ocupación, con el 42%, mientras que en los hospitales públicos llega al 12%.
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