Jueves, 25 de abril de 2024

El 71% de los niños que trabaja en Quito tiene menos de 14 años

Autor:

Jonathan Machado

Actualizada:

1 Jun 2020 - 0:05

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Autor: Jonathan Machado

Actualizada:

1 Jun 2020 - 0:05

Ventas en los exteriores del Hospital Vicente Corral Moscoso en Cuenca, el 9 de mayo de 2020. - Foto: API

A pesar de que la Constitución prohíbe el trabajo infantil, la pobreza obliga a que muchos de ellos abandonen la escuela en búsqueda de ingresos económicos. La Cepal alerta que, debido a la crisis causada por el coronavirus, el trabajo infantil aumentará en Latinoamérica.

Locales comerciales, construcciones, fincas y la calle son los principales lugares en los que trabajan los niños menores de 14 años que viven en Quito.

Así lo revela el Consejo de Protección de Derechos de la ciudad en un estudio realizado a finales de 2019 y publicado a mediados de mayo de 2020.

El texto señala que el 71% de los niños que trabaja tiene entre 5 y 14 años. El 29% restante oscila entre los 15 y los 17 años.

Según la entidad, la pobreza, causada sobre todo por la falta de empleo formal, no es la única razón por la que los niños se ven obligados a trabajar.

También "existen prácticas culturales que promueven, apoyan y configuran el trabajo infantil: el trabajo en el hogar de las niñas, el trabajo revalorizado por sobre la educación y la noción de “ayudar” o “acompañar” al trabajo materno o paterno".

El Consejo señala, además, que los principales problemas de salud que presentan los niños a causa de la carga laboral son: agotamiento, fiebre, lesiones, heridas, quemaduras y problemas en la piel y en los ojos.

Esto también implica que tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades, lo que pone en peligro su estado de salud en el corto y largo plazo.

El estudio agrega que el trabajo infantil existe a pesar de que la Constitución y el Código del Trabajo prohíbe que los niños menores de 14 trabajen. Organizaciones nacionales e internacionales realizan constantes llamados a los gobiernos para erradicar el trabajo infantil.

Una de ellas es la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que advierte que las cifras actuales de trabajo infantil se incrementarán debido a las pérdidas de empleo que ha causado la crisis del coronavirus.

"Es probable que las familias más pobres envíen a sus hijos al mercado de trabajo, lo que aumentará las tasas de trabajo infantil".

Cepal

El sociólogo Marco Villena dice que el trabajo infantil "está presente en la sociedad debido a que aún hay padres que creen que la educación es un gasto y no una inversión para sus hijos".

Niños que ni estudian, ni trabajan

Otra cara de esta realidad está formada por los niños que no estudian, pero que formalmente tampoco están encasillados en el grupo que trabaja.

A ellos se los conoce como Ninis y suman el 11,4% del universo de niños en situación de trabajo infantil.

El Consejo de Protección de Derechos explica que este grupo de niños se dedica a labores domésticas no remuneradas o a la mendicidad, por lo que sus padres consideran que no realizan ninguna actividad laboral.

El Banco Mundial recomienda que los gobiernos identifiquen a este grupo para que tomen "acciones que eviten que no se queden ni fuera de la escuela ni fuera del trabajo digno al que podrían acceder si logran, por un lado educarse, y por el otro, dejar el trabajo precario al que probablemente se dedican".

¿Y los adolescentes?

El 29% de menores de edad que trabaja en Quito está conformado por quienes oscilan entre 15 y 17 años.

Al igual que con los niños entre 5 y 14 años, los locales comerciales, construcciones, fincas y la calle son los principales lugares en los que trabajan.

El estudio del Consejo de Protección detalla que la Constitución permite el trabajo de este grupo etario, siempre que reciban afiliación a la seguridad social, un salario justo y que no abandonen el colegio.

Sin embargo, solo dos de cada 10 de ellos tienen acceso a la Seguridad de Social y el 21% se ha visto obligado a dejar de estudiar para percibir ingresos económicos.

La realidad es más crítica si se toma en cuenta los ingresos económicos. "Los adolescentes que están asegurados reciben un salario mínimo de USD 90, mientras que los que no tiene afiliación a la seguridad social reciben USD 23".

Para la institución, esos salarios violan la normativa vigente que determina que el salario básico en Ecuador es de USD 400. Es por eso que se pregunta: ¿Dónde están los inspectores de trabajo?

Reducción del trabajo infantil

El estudio del Consejo de Protección de Derechos de Quito reconoce que el trabajo infantil en la ciudad ha registrado una reducción sostenida. La razón principal: mayor inversión en educación y salud.

El seguimiento histórico demuestra que en 2006 el 10% de los niños trabajaba, cifra que se elevó al 12,5% en 2008 y que, a 2017, descendió al 3%.

Sin embargo, la entidad recomienda que las autoridades adopten políticas integrales para erradicar el trabajo infantil en la ciudad en el corto plazo, aunque las estimaciones señalan que no será posible hasta, por lo menos, 2028.