Miércoles, 24 de abril de 2024

Los perros de Chernóbil, ¿genéticamente distintos por la radiación?

Autor:

EFE

Actualizada:

5 Mar 2023 - 7:11

Un estudio recientemente publiado ayudaría a comprender sobre todo cómo se altera la salud de las poblaciones de grandes mamíferos.

Los perros que deambulan por Chernóbil descienden de las mascotas abandonadas luego del accidente nuclear.

Autor: EFE

Actualizada:

5 Mar 2023 - 7:11

Los perros que deambulan por Chernóbil descienden de las mascotas abandonadas luego del accidente nuclear. - Foto: EFE

Un estudio recientemente publiado ayudaría a comprender sobre todo cómo se altera la salud de las poblaciones de grandes mamíferos.

Un estudio genético con 302 perros salvajes de la Zona de Exclusión de Chernóbil (ZEC) identificó poblaciones caninas genéticamente distintas entre sí y de perros de otros lugares del mundo.

El estudio sostiene que "la singular diversidad genética de estos perros" los convierte en "candidatos ideales" para los estudios sobre los efectos genéticos a largo plazo de los entornos altamente radiactivos. Esto ayudaría a comprender sobre todo cómo se altera la salud de las poblaciones de grandes mamíferos.

La investigación fue dirigida por Gabriella Spatola, del National Human Genome Research Institute de la Universidad de Carolina del Sur. También colaboró Elaine Ostrander, del National Human Genome Research Institute. Los detalles se publican en Science Advances.

Poco después de que en abril de 1986 se produjera en Chernóbil la mayor catástrofe nuclear de la historia, el gobierno soviético ordenó evacuar la zona que rodea a la central nuclear y sacrificar a los animales domésticos.

La ZEC fue dividida en cuatro zonas concéntricas. De ellas, la cuarta (la más cercana a la central y la más peligrosa) tiene un radio de 30 kilómetros.

Con los años, la falta de humanos favoreció el retorno de la vida silvestre y la presencia de animales salvajes. Algunos de ellos, como los perros, son descendientes de los animales domésticos que quedaron allí.

Algunos estudios han analizado los efectos genéticos de la exposición a la radiación ionizante (se sabe que eleva las tasas de mutación genética en diversas especies de plantas y animales). Pero sigue sin estar claro cómo puede afectar a poblaciones de animales grandes como los perros.

Para averiguarlo, Spatola y su equipo usaron muestras de sangre de 302 perros silvestres recogidas entre 2017 y 2019 por la Chernobyl Dog Research Initiative. Desde 2017, esta entidad presta atención veterinaria a estos perros y recoge muestras para realizar análisis genéticos.

Las muestras se recogieron en perros que vivían en la ciudad de Chernóbil (a 15 km) y en Slavutych (a 45 km).

El equipo identificó 15 estructuras familiares complejas exclusivas de la población de Chernóbil en comparación con otros perros de todo el mundo. Se hallaron amplias variaciones genómicas dentro y entre ubicaciones geográficas de la ZEC. Esto sugiere que los perros se desplazan entre emplazamientos, viven cerca unos de otros y se reproducen libremente.

Críticas al estudio

Sin embargo, en declaraciones al SMC España, James Smith, de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), no está sorprendido. El estudio "solo muestra que hay una mezcla diferente de razas y familias en Chernóbil en comparación con otros lugares. Esto no es un hallazgo sorprendente, dado que la población actual depende de la mezcla particular de razas que sobrevivieron al sacrificio de animales domésticos en 1986".

En la misma línea, Germán Orizaola, de la Universidad española de Oviedo, cree que el estudio solo describe cómo es la estructura de la población silvestre de perros de Chernóbil. No obstante, al no incluir datos sobre la exposición a radiación, no sirve para estudiar los efectos de la radiación en estos animales.

Además, puntualiza el investigador español, el trabajo se hizo entre 2017 y 2019, cuando los niveles de radiación en la zona se han reducido más de un 90 % desde el accidente. Además, los isótopos más dañinos para los organismos vivos, como el I-131 hace décadas que han desaparecido.