Leyenda Urbana
Estrategias, alianzas y candidatos; un festival de máscaras en Ecuador
Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC
Actualizada:
06 ago 2024 - 11:02
Una operación política de precisión quirúrgica habría sido puesta en marcha en Ecuador sin despertar mayores sospechas, mientras el país contempla, con asombro, una suerte de festival de máscaras, en el que nadie es lo que parece, pues sirve para que los candidatos oculten sus verdaderas identidades e intenciones.
La decisión de Centro Democrático (CD) de abandonar la candidatura de Carlos Rabascall para ingresar al mundo de las probabilidades electorales con Jimmy Jairala, director de la agrupación, y José Serrano, exministro correísta radicado en Miami, como precandidatos, no puede ser si no producto de una premeditada estrategia.
Una estrategia que se confirma con la inmediata afiliación de Rabascall a la Izquierda Democrática (ID), para ser probablemente su candidato en 2025, habiendo sido el partido con el que rivalizó en 2021, cuando el binomio naranja lo integraron Xavier Hervas y María Sara Jijón.
Por esta maniobra, la papeleta presidencial del 5 de febrero tendría no uno sino dos candidatos cercanos al correísmo: Jimmy Jairala (o José Serrano) y Carlos Rabascall compitiendo entre ellos, lo que implicaría fraccionar la votación de los simpatizantes, dejando para Luisa González —o para quien escoja el mandamás del movimiento— únicamente la votación de la militancia y la de sus incondicionales.
Una operación de este calibre no es tema menor y para descubrir a los autores solo hay que seguir lo que dicen los manuales y preguntarse a quién beneficia.
Observando a la ID, un partido dividido y con dirigentes acusándose entre ellos, las pistas llevan hasta Wilma Andrade, militante de larga data, como una de las actoras de la operación que favorece al presidente-candidato, Daniel Noboa, de quien ella es su embajadora en España.
Pero, en el círculo rojo de la política se habla de que un asesor del ministro de Gobierno sería el cerebro de la operación en Centro Democrático y la ID; y se le considera a él mismo haber, supuestamente, conseguido sacar de la campaña nada menos que a Jan Topic, quien iba por el Partido Social Cristiano (PSC), porque ponía en riesgo el apoyo de un segmento importante del electorado que se habría dividido entre él y Noboa. Hoy, ya no.
En el escenario actual, estas maniobras que favorecen al presidente-candidato complican al correísmo que no pasa por su mejor momento, no solo porque no alcanza a sellar, hasta ahora, una alianza electoral, sino porque al ser visto como el movimiento chavista-madurista de Ecuador, lo que sucede en Venezuela le ubica como una agrupación parte del eje La Habana-Managua-Caracas.
Pero esto no les ha detenido.
Los esfuerzos por juntar a las izquierdas, plasmado en una reunión de la semana anterior, con la presencia de partidos y movimientos de la tendencia, en realidad habría sido una movida estratégica orquestada desde el correísmo, que para las elecciones de 2025 busca el apoyo de Leonidas Iza y de la facción del movimiento indígena que está con él.
El asunto tampoco es fácil porque gran parte de la dirigencia indígena no olvida que cuando Correa fue presidente solía descalificarlos llamándolos “ponchos dorados”, y porque fraccionó al movimiento al perseguir a unos, y nombrar embajadores a otros.
En realidad, para ningún candidato está resultando fácil este proceso, pero el origen estaría en la estructura actual de los partidos y movimientos, que ya no representan ideologías ni tienen posturas políticas de cara a la compleja realidad del país, sino que suplen esos vacíos con altas dosis de cinismo, apelando al populismo y hasta cotizando casilleros electorales para las elecciones o fichando candidatos de tiendas opuestas.
Lo que sucede con los partidos y movimientos que tienen plazo hasta el 17 de agosto para sellar acuerdos y alianzas, es insólito. Hace falta papel y lápiz para entender los cambios de camiseta y conocer a quién representarán, el 5 de febrero, estas figuras políticas. Veamos:
En 2023, Andrea González fue binomio de Fernando Villavicencio, por el movimiento Construye; hoy será candidata a la Presidencia por Sociedad Patriótica del coronel Lucio Gutiérrez. En 2021, Pedro José Freire fue candidato presidencial por el movimiento Amigo, luego candidato a la Alcaldía de Quito por el Partido Socialista, y ahora buscará la Presidencia por SUMA.
Daniel Noboa se inscribió, en 2023, por la alianza ADN, integrada por Pueblo, Igualdad y Democracia (PID) y Mover (antes Alianza País); hoy buscará la reelección por ADN, su propio movimiento. Carlos Rabacall, quien en 2021 fue binomio de Andrés Arauz, auspiciado por la alianza Centro Democrático Fuerza Compromiso Social, hoy iría por la ID.
Henry Cucalón fue asambleísta, en dos períodos, por el PSC-Madera de Guerreo, hoy es el candidato presidencial de Construye.
Para la primera magistratura, el Partido Socialista apoya a Pedro Granja, un abogado guayaquileño; mientras que Leonidas Iza, quien en su libro “Estallido” proclama el comunismo indoamericano y la toma del poder por la fuerza, quiere someterse a las urnas.
Luis Fernando Tillería emigró a Inglaterra hace 21 años y es concejal de uno de los 25 distritos de Londres; hoy busca gobernar Ecuador; se inscribirá por el movimiento Amigo.
Henry Kronfle, presidente de la Asamblea Nacional, ha sido dos veces asambleísta por el PSC, ahora quiere la Presidencia de la República. Si el partido lo nomina entregará al correísmo el primer poder del Estado.
El movimiento CREO que llevó al poder a Guillermo Lasso hoy pondrá de candidato a Francesco Tabacchi, cuyo antecedente político es haber sido candidato a prefecto del Guayas y gobernador de esa provincia.
Jorge Escala irá por Unidad Popular, luego de una larga militancia en el MPD, el antiguo nombre de la agrupación.
También han dicho que buscarán una candidatura presidencial Cristina Reyes parlamentaria andina, y el general Víctor Araus, excomandante de la Policía.
Lo más reciente es la renuncia irrevocable de Iván Saquicela al cargo de juez de la Corte Nacional, para participar en las próximas elecciones. Se conoce que correría por la Presidencia de la República por Democracia Sí y por un sector de la ID. La división en este partido tendrá una deriva política de difícil pronóstico. Nada está dicho.
Así va, hasta la fecha, la política electoral.
Con un país violentado y sufrido como telón de fondo, los partidos y movimientos escenifican alianzas contra natura, pactos políticos mefistofélicos. Un festival de máscaras que sirve para ocultar los verdaderos intereses de los candidatos. La vieja política está más presente que nunca.
La temporada electoral está por comenzar.