Referendo 2025 | El regreso de bases militares extranjeras a Ecuador, una pregunta con efectos geopolíticos regionales
La propuesta del presidente Daniel Noboa revivió los recuerdos de la Base de Manta, un puesto de operaciones avanzadas del Comando Sur de EE.UU. que funcionó en Ecuador durante una década.

Imagen referencial de un grupo de militares estadounidenses en Jaramijó, durante la ejecución de ejercicios, el 11 de julio de 2025.
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US Army
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Estados Unidos podría tener intereses en juego en el referendo del 16 de noviembre de 2025, planteado por el presidente Daniel Noboa. La pregunta para reformar parcialmente la Constitución y permitir la apertura de bases militares extranjeras en el país, puede brindarle a Washington la opción de tener una ubicación privilegiada en la región.
Aunque la versión oficial del Ejecutivo es que está trabajando con países europeos, para que abran una base militar conjunta, que sirva como punto de control para el tráfico de drogas que sale desde Ecuador hacia ese continente. A Estados Unidos lo ha mencionado solo como una de varias opciones.
Pero, la cercanía e insistencia con la Casa Blanca los ubica como la opción más deseada, en caso de que el referendo sea aprobado por los ecuatorianos el 16 de noviembre. "Si nos invitan a regresar, lo vamos a estudiar", dijo el secretario de Estado, Marco Rubio, en su reciente visita a Quito, en la que anunció más cooperación en materia de seguridad.
Esto se suma a la próxima visita de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a Ecuador. En su segundo viaje, el Gobierno anunció que discutirían los detalles para la apertura de "bases de Homeland Security" en el país. Pero no podría tratarse de instalaciones militares, puesto que la funcionaria estadounidense no representa al Departamento de Defensa.
Los intereses de Estados Unidos
Washington tiene claros los riesgos que implicaría la apertura de una base militar china o rusa en Ecuador. Puesto a que el cambio constitucional solo elimina la prohibición de esas instalaciones militares extranjeras, en general.
En un artículo publicado en septiembre en Military Review, la revista profesional del ejército de Estados Unidos, se analiza los "importantes desafíos geopolíticos y de seguridad para Estados Unidos y la región latinoamericana en general".
Por lo que la posibilidad de que otra potencia ocupe ese espacio no convence a la Casa Blanca. "Esto podría alterar el equilibrio de poder regional, potencialmente socavando la influencia estadounidense e impulsando una reevaluación de las estrategias militares y diplomáticas", afirma la publicación.
Incluso habla de que eso "representaría una amenaza directa para la seguridad nacional de Estados Unidos". La ubicación geográfica estratégica de Ecuador, con una proximidad al Canal de Panamá, "generaría preocupación sobre la seguridad de las rutas comerciales y la posibilidad de interrupciones en caso de un aumento de las tensiones".
El análisis militar también se enfoca en las rutas del narcotráfico y otros negocios del crimen organizado transnacional y como Ecuador, especialmente Guayaquil, ha pasado a "ser un centro marítimo de distribución, para el envío de cantidades significativas de cocaína oculta en cargamentos legítimos, como plátanos".
A esto se suma el debilitamiento de las relaciones e influencia de Washington en Latinoamérica, que cuenta entre sus aliados incondicionales solo El Salvador, Ecuador y Argentina. A esos e suma el posible fin del convenio con Honduras para el uso de su base aérea Soto Cano, que "representan un revés militar y un desafío multifacético que podría desestabilizar la región y socavar los intereses estadounidenses".
Es por eso que "una base aérea estadounidense en Ecuador representa una importante oportunidad estratégica que podría brindar mayor acceso mediante una presencia permanente para realizar operaciones antinarcóticos y promover la estabilidad regional", apunta la publicación.
¿Qué pasa en Ecuador?
Cuando el Presidente ecuatoriano planteó su propuesta de referendo, en septiembre de 2024, argumentó que la salida de los estadounidenses de la Base de Manta "fue el primer pacto con el crimen transnacional". Haciendo alusión al correísmo, pero sin nombrarlo, dijo que "repartieron el país a las mafias con una falsa noción de soberanía".
En su guerra contra el crimen organizado, el Gobierno apuesta por conseguir el apoyo de otros países, para poder enfrentar la violencia que sigue creciendo en Ecuador. En ese camino, el Ejecutivo cuenta ya con los acuerdos bilaterales negociados por el expresidente Guillermo Lasso.
Se trata de una trilogía de documentos que regulan ya el ingreso y actuación de personal, equipos y vehículos estadounidenses, sus inmunidades, exenciones y privilegios, para ejecutar el Estatuto de las Fuerzas, Operaciones contra Actividades Marítimas Transnacionales Ilícitas y Asistencia para Interceptación Aérea.
Pero esto no es suficiente para el Ejecutivo, por eso la propuesta de permitir las instalaciones militares extranjeras permanentes. Mientras tanto, el equipo del presidente Noboa ha buscado otras formas de facilitar el acceso de los militares estadounidenses a Ecuador.
En diciembre de 2024, el Gobierno aprobó del "Proyecto de Seguridad Integral en la Región Insular" y el "Instructivo para la aplicación de los acuerdos de cooperación entre Ecuador y Estados Unidos", lo que permite el ingreso de buques y desembarco de personal estadounidense en el Archipiélago. Esto incluye la adecuación o construcción de facilidades adicionales a las ya instaladas en los puertos o aeropuertos locales.
En abril de 2025, se conoció que Ecuador llevaba adelante la planificación y construcción de una nueva base naval en Manta, con viviendas y oficinas administrativas de estilo cuartel diseñadas para apoyar operaciones sostenidas y al personal militar estadounidense.
La cadena CNN hablaba de un acuerdo entre el Ministerio de Defensa y Autoridad Portuaria de Manta, para construir un muelle de 150 metros y ampliar el puerto existente en más de 700 metros cuadrados. El ministro Gian Carlo Loffredo se limitó a afirmar que sí existían distintos acuerdos con Estados Unidos que estaban en marcha, incluyendo la construcción de infraestructura.
Las bases estadounidenses en Ecuador
La antigua Base de Manta se instaló en 1999. Fue un puesto de operaciones avanzadas (FOL, por sus siglas en inglés) del Comando Sur de EE.UU., donde operaban aviones inteligentes, en el contexto del Plan Colombia. Sin embargo, no solo generó cooperación de seguridad, sino también denuncias de violaciones de derechos humanos.
El objetivo de esa instalación militar, que operó hasta el 2009, fue contrarrestar el narcotráfico con la interdicción de avionetas y embarcaciones. Sin embargo, barcos pesqueros que transportaban migrantes ecuatorianos indocumentados también fueron interceptados en el mar.
En esa época, la presencia del FOL fue validada con un decreto ejecutivo del presidente Jamil Mahuad, un documento de siete páginas y 24 artículos, que planteó el marco general de las actividades estadounidenses en territorio ecuatoriano.
Esa fue la segunda ocasión en la que EE.UU. tuvo presencia militar en territorio ecuatoriano. Ocurrió también en la Segunda Guerra Mundial; en 1942, ambos países acordaron establecer una base naval estadounidense en las Islas Galápagos, debido a su importancia estratégica.
El propósito de la Base Beta, también conocida como 'La Roca', era ampliar el alcance y la influencia de la Casa Blanca en la región, contrarrestando las entonces crecientes amenazas de ataques alemanes o japoneses.
Esta vez, la disputa geopolítica es distinta y, desde hace más de una década, a Washington le preocupa principalmente la influencia de China y Rusia en Latinoamérica.
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