El Gobierno minimiza el descontento, tras una jornada con focos de protesta dispersos este 22 de septiembre
Las manifestaciones contra la eliminación del subsidio al diésel y por los diversos problemas que enfrenta el Ecuador, este 22 de septiembre tuvieron poco respaldo y estuvieron focalizados.

Un grupo de manifestantes se tomaron la Panamericana y fueron dispersados de manera pacífica por la policía y el ejército, en las afueras de Latacunga, el 22 de septiembre del 2025.
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API / Rolando Enríquez
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En las ciudades más grandes del país, Quito y Guayaquil, las actividades cotidianas se desarrollaron con normalidad, en medio de una tensión y expectativa por posibles manifestaciones frente a la eliminación del subsidio al diésel, decretada por el presidente Daniel Noboa.
Este lunes 22 de septiembre empezó la segunda semana de protestas, pero estuvo lejos de lo que fueron los paros de 2019 y 2022, cuando los gobiernos de turno se vieron obligados a echar la medida para atrás. En esta ocasión solo hubo focos dispersos en tres provincias.
El Ejecutivo se adelantó y distribuyó a las fuerzas del orden en sectores estratégicos de las principales arterias viales del país y movió la sede de la Presidencia a Latacunga, corazón del movimiento indígena, para impedir que una posible manifestación avance hacia la capital.
Pero no solo eso. Después de la eliminación del subsidio y en medio de los primeros conatos de manifestaciones, el Gobierno empezó la entrega de más de USD 300 millones en incentivos, que llegaron a 590.000 familias, como parte de lo que denominan el plan de redistribución de recursos.
Eso se sumó a una agresiva agenda del Primer Mandatario en las provincias de la Cotopaxi, Chimborazo, Bolívar, Azuay, Napo, donde hay mayores porcentajes de población indígena, que han sido los protagonistas de las anteriores paralizaciones. Además de un estado de excepción y toque de queda en muchos de esos territorios (Cotopaxi, Imbabura, Chimborazo, Bolívar y Carchi).
Junto a la crisis de inseguridad, la creciente debilidad de las organizaciones sociales y a los problemas internos del movimiento indígena, especialmente de la Conaie, todo esto ha favorecido al Ejecutivo en el avance de su agenda y en el control del orden público.
"Son pequeños grupos que no superan los 60 u 80 personas, hay un ánimo de trabajo en los ecuatorianos, no hay para nada un ánimo de apoyar un paro o caotizar el país", minimizó la vocera de Carondelet, Carolina Jaramillo.
El epicentro fue Imbabura
El traslado de la sede de la Vicepresidencia de la República a Otavalo, en Imbabura, no surtió tanto efecto como la militarización intensa de Latacunga y el traslado del Primer Mandatario. Esa provincia fue el epicentro de las manifestaciones más largas e intensas de este 22 de septiembre.

En la mañana, un convoy militar salió desde el redondel de El Cajas con dirección a Otavalo para despejar la Panamericana Norte, donde se registraron varios cierres viales, que dejaron a decenas de vehículos particulares varados, en el marco del paro nacional convocado por la Conaie.
El avance se detuvo en el sector de San Pablo, donde alrededor de 200 manifestantes intentaron impedir que los uniformados despejen la vía. Ahí sucedió el primer enfrentamiento de la jornada, con una mezcla de piedras, troncos y gas lacrimógeno.
Ante la magnitud de la resistencia de las comunidades, los militares evitaron continuar hacia Otavalo y decidieron regresar al redondel de El Cajas, abriendo nuevamente el paso que había vuelto a ser obstaculizado en 15 puntos distintos. Esto dejó una jornada marcada por choques intermitentes y un ambiente de tensión creciente en Imbabura.
Volvieron las contramarchas
Al estilo del expresidente Rafael Correa, el presidente Daniel Noboa organizó su primera contramarcha en Latacunga. La ciudada amaneció con decenas de autobuses con simpatizantes del Gobierno, que llegaron desde distintos puntos del país, para apoyarlo. Los manifestantes liderados por funcionarios públicos se ubicaron en el parque Nintinancazo, al sur de la ciudad.
Posteriormente, se agruparon en la avenida Unidad Nacional y marcharon rumbo a la Gobernación de Cotopaxi, donde funciona temporalmente el despacho presidencial, aunque el Mandatario prefiere estar fuera de la ciudad, que se mantiene bajo fuerte resguardo militar.
Pero ese mismo operativo policial y militar, que se radicalizó en las últimas horas, lo evitó. Y la contramarcha oficialista terminó sin llegar a su destino, pese a la participación de varios ministros, como la de Gobierno, Zaida Rovira, quien llamó a los manifestantes a reactivar la economía de Latacunga, golpeada por los cierres y medidas de seguridad tomadas por el Ejecutivo.
Por su parte, las comunidades indígenas se concentraron en el sector conocido como La Estación, en el centro. La convocatoria, realizada por el Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC) tuvo poca acogida en las primeras horas del día. Sin embargo, a partir de las 11:00, alrededor de 500 personas caminaron por la avenida Eloy Alfaro hasta llegar al ingreso norte de la ciudad.

En la caminata participaron dirigentes del MICC, como su presidente, Rafael Negrete, y Apawki Castro; también estuvo el expresidente de la Conaie, Leonidas Iza. Durante el recorrido, los manifestantes gritaron consignas en contra del Gobierno y exigieron la derogatoria del decreto que eliminó el subsidio al diésel.
Al llegar al sector de la avenida Héroes del Cenepa, los indígenas decidieron regresar hasta el lugar en el que inició la marcha y, posteriormente, instalar una asamblea en su sede para decidir las acciones que tomarán en las siguientes horas.
En Guayaquil, el paro pasó desapercibido
La primera jornada del paro nacional convocado por la Conaie transcurrió sin cierres viales ni alteraciones significativas en el Puerto Principal, solamente con resguardo policial preventivo en zonas estratégicas.

El Terminal Terrestre Jaime Roldós Aguilera, principal estación de transporte del país, operó sin contratiempos, con boleterías activas, cooperativas despachando en sus horarios regulares y un constante flujo de pasajeros. El Municipio también confirmó que las estaciones de la Metrovía funcionaron con regularidad, mientras que las clases escolares se desarrollaron de manera regular.
Mientras que el mercado mayorista de Montebello, en el norte de Guayaquil, también mantuvo su dinámica habitual. Los comerciantes reportaron un abastecimiento normal de productos agrícolas provenientes de la Sierra e incluso una mayor afluencia de compradores que buscaban prevenir un posible desabastecimiento, en caso de que los cierres interprovinciales se prolonguen.
No obstante, la jornada en el norte de Guayaquil estuvo marcada por cortes de energía eléctrica que afectaron sectores como Ceibos, Santa Cecilia y Mapasingue, durante casi una hora en la mañana.
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