El presidente Daniel Noboa avanza sin una clara oposición partidista hacia el nuevo referendo y consulta popular
Las organizaciones políticas en Ecuador están en declive, por lo que el mayor contrapeso del Gobierno durante la campaña electoral será el escepticismo social.

El presidente Daniel Noboa en un evento en Machala, el 16 de octubre de 2025.
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El presidente Daniel Noboa y su movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) llegarán a la consulta popular y referendo 2025 con una ventaja: una oposición partidista debilitada. La única otra agrupación que puede influir en la campaña autorizada es la Revolución Ciudadana, que se ha ido fragmentando.
Y, justamente, de frente a una contienda tan relevante, en la que los puntos clave son las intenciones del Gobierno de ir a una nueva Asamblea Constituyente y de permitir la apertura de bases militares extranjeras, la lista 5 llega desgastada.
No solo por sus dos últimas contiendas presidenciales. Este año, por primera vez desde 2013, el correísmo no mantuvo el control de la Asamblea Nacional. Al contrario, perdieron todo espacio de maniobra y de poder.
A esto se suman sus pugnas internas, los casos de corrupción, el cambio de bando de algunos de sus miembros y el notorio alejamiento de sus principales figuras públicas, que representarán un reto para el despliegue y alcance de su campaña electoral en contra de las propuestas de Noboa.
Sin embargo, la Revolución Ciudadana sigue siendo el principal representante de la oposición. Y prácticamente el único. En el escenario político quedan apenas retazos de lo que alguna vez fueron el Partido Social Cristiano (PSC) y Pachakutik (PK), que se diluyen en el Legislativo.
Mientras que las otras agrupaciones políticas existen básicamente como membrete o recuerdo de alguna polémica o antigua victoria: Izquierda Democrática, Sociedad Patriótica, Unidad Popular, Centro Democrático, Partido Socialista, Creo, Construye, Avanza, SUMA, Amigo, Democracia Sí, RETO, Pueblo Igualdad y Democracia (PID).
La mayoría de ellas participaron en las últimas elecciones presidenciales y no consiguieron llegar ni al 1% de respaldos. Entre todas las opciones, por fuera de Daniel Noboa y Luisa González, sumaron casi el 12% de votos.
Y, pese a su evidente deterioro, además del correísmo, una decena de esos partidos y movimientos están registrados para participar en la próxima campaña, que será oficialmente entre el 1 y el 13 de noviembre. Centro Democrático, Unidad Popular, PID, Democracia Sí, Partido Socialista y Pachakutik impulsarán el No.
En el otro bando, respaldando a Noboa y ADN estarán los movimientos Creo y Amigo. Mientras que Sociedad Patriótica hará campaña por el Sí en la mitad de preguntas y por el No en la otra mitad.
Gasto y publicidad en redes
Para esta contienda en medios de comunicación y vallas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) aprobó un monto de USD 209.080 como Fondo de Promoción Electoral. Es decir, las organizaciones políticas y sociales deberán dividirse, en partes iguales, USD 104.540 por cada tendencia, Sí o No.
Pero, esa campaña no será un obstáculo para el Primer Mandatario. Y, gracias a la decisión de las autoridades, el correísmo podrá participar oficialmente sólo en la promoción del 'No' en dos preguntas: sobre la Asamblea Constituyente y sobre la reducción de legisladores. En los temas de bases militares extranjeras y financiamiento estatal a los partidos y movimientos, la RC fue inhabilitada.
Sin embargo, como es usual con las agrupaciones que están en el poder, el presidente Daniel Noboa no ha dejado de impulsar sus propuestas desde que las anunció, incluso hace más de un año. En los eventos estatales en los que participa el Mandatario habla de la necesidad de aprobar sus preguntas.
Además, como lo han dejado claro las mismas autoridades electorales, las redes sociales son tierra de nadie, por lo que en las plataformas digitales todos los actores políticos, sociales y de cualquier tipo podrán difundir material a favor o en contra de las opciones de referendo y consulta.
Y, aunque los montos invertidos en las redes sociales ya deben contar como parte del gasto electoral, las organizaciones políticas no los declaran como tales y el CNE no ha hecho nada por fiscalizar esos recursos.
Por ejemplo, desde inicios de este mes en Meta ya pautan dos nuevas cuentas a favor de las preguntas del Gobierno: Ahora Sí Ecuador y Yo voto Sí. Ambas fueron creadas el 7 y 6 de octubre respectivamente y, desde entonces, suman casi USD 20.000 en pauta electoral.
Pero, aunque la oposición partidista esté diluida y el correísmo pase por su peor momento, el electorado también está cansado de las constantes votaciones. Al escepticismo se suma el descontento, por las varias crisis que atraviesan al país.
Ese es uno de los factores que sí puede subirse a la tarima electoral. Especialmente después de la constante militarización de las zonas de manifestaciones, tras la eliminación del subsidio al diésel. Las denuncias digitales de violaciones a los derechos humanos, algunas de ellas recogidas por la CIDH, superan en número a la pauta por la consulta y referendo en redes.
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