Cada jueves por la noche, en las calles de Quito, suenan los motores de las clásicas Vespa. Desde hace 11 años el Club El Avispero agrupa a decenas de amigos que comparten el amor por estas motocicletas.
Vespa se fundó en 1946, después de la Segunda Guerra Mundial, y enseguida se convirtió en un ícono de innovación. A quienes gustan de estos scooters no solo les llama la atención el viajar en la motocicleta, sino también el proceso de restauración que implica este modelo clásico.