Radiografía del sector agroalimentario ecuatoriano que sostiene el 15,4% del PIB del país

Ecuador se ha consolidado como una potencia agroexportadora en América Latina, gracias a su privilegiada ubicación geográfica, diversidad climática y tradición agrícola. El sector agroalimentario no solo representa una importante fuente de divisas, con más de USD 24.849 millones en exportaciones no petroleras en 2024, sino que también es fundamental para la seguridad alimentaria nacional y la generación de empleo rural.

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El Atlas Agroeconómico del Ecuador 2024, elaborado por el Ministerio de Producción, Comercio Exterior e Inversiones (MPCEI), el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGP) y ProEcuador, con apoyo técnico de la FAO, ofrece una radiografía detallada de este sector estratégico. Los datos revelan que una de cada tres personas empleadas en el país trabaja en actividades agropecuarias, y que el sector ha logrado mantener su dinamismo a pesar de los desafíos globales.

Contribución al PIB: un sector de doble impacto

El sector agroalimentario ecuatoriano se compone de dos grandes pilares: el sector agropecuario y la agroindustria. Según los datos del Banco Central del Ecuador consolidados en el Atlas 2024, el PIB agropecuario aporta el 8,6% del PIB nacional, lo que equivale a USD 9.781 millones. Por su parte, el PIB agroindustrial contribuye con el 6,8%, sumando USD 7.675 millones. En conjunto, ambos sectores representan el 15,4% del Producto Interno Bruto, con un valor agregado total de USD 17.456 millones.

Dentro del sector agroindustrial, destacan tres actividades principales: el procesamiento y conservación de camarón (32% del VAB agroindustrial), la elaboración y conservación de carne (12%), y la molinería y elaboración de productos alimenticios (8%). Estos subsectores no solo agregan valor a la producción primaria, sino que también generan empleo calificado y fomentan la innovación tecnológica en el procesamiento de alimentos.

Liderazgo mundial en exportaciones agroalimentarias

Ecuador ha consolidado su posición como uno de los principales exportadores agroalimentarios del mundo. En 2024, las exportaciones no petroleras alcanzaron los USD 24.849 millones, con un crecimiento del 12,1% respecto al año anterior. Hasta septiembre de 2025, las exportaciones suman USD 21.430 millones, manteniendo el dinamismo del sector. De este total, los productos agroalimentarios representan una proporción significativa, liderados por el camarón, el banano y el cacao (Gráfico 2).

El camarón continúa siendo el producto estrella de las exportaciones ecuatorianas. Hasta septiembre de 2025, las exportaciones suman USD 6.204 millones, lo que representa el 28,9% del total de las exportaciones no petroleras, según los datos más recientes del Banco Central del Ecuador (BCE), manteniendo el liderazgo que el Atlas Agroeconómico 2024 ya destacaba al posicionar a Ecuador como el mayor exportador mundial de camarón. Sus principales mercados siguen siendo China, Estados Unidos y España, países que valoran la calidad, sostenibilidad y certificación sanitaria del producto ecuatoriano.

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El cacao y elaborados se mantienen como el segundo producto más exportado, con USD 3.333,4 millones hasta septiembre de 2025 (15,6% del total de exportaciones no petroleras), confirmando la posición que Ecuador ostenta según el Atlas Agroeconómico 2024 como segundo exportador mundial de cacao y líder en la categoría de cacao fino de aroma, especialmente valorado por la industria chocolatera internacional.

El banano y plátano registran USD 3.173 millones hasta septiembre de 2025 (14,8% del total), consolidando el liderazgo mundial de Ecuador en este producto que el Atlas Agroeconómico 2024 ya documentaba, con ventas a más de 150 países, siendo Rusia, Estados Unidos y los Países Bajos los principales destinos.

Otros productos importantes muestran un desempeño destacado hasta septiembre de 2025: enlatados de pescado (USD 1.413 millones, 6,6%), flores naturales (USD 773,7 millones, 3,6%), atún y pescado (USD 272,7 millones, 1,3%), y café y elaborados (USD 104,1 millones, 0,5%). 

Rendimientos agrícolas: tecnificación y diversidad territorial

Uno de los indicadores más reveladores de la competitividad agrícola ecuatoriana es el rendimiento por hectárea. El Atlas 2024 muestra que Ecuador ha logrado mejorar sus rendimientos en varios cultivos clave, gracias a la adopción de mejores prácticas agronómicas, asistencia técnica y tecnología. Sin embargo, es importante distinguir entre el rendimiento técnico por hectárea y el volumen real de producción según las zonas tradicionales de cultivo (Tabla 1).

Por producto, el banano es el cultivo con mayor rendimiento promedio nacional, alcanzando 42,99 toneladas por hectárea. La provincia de Cotopaxi registra el mayor rendimiento técnico de cacao en el país, con 70,67 t/ha, gracias a la aplicación de tecnología avanzada en áreas específicas. Sin embargo, las principales zonas productoras son Guayas, Los Ríos y El Oro, provincias costeras que concentran la mayor superficie cultivada y el volumen real de producción. Guayas alcanza 46,39 t/ha y Los Ríos 43,64 t/ha, con superficies que superan las 50.000 hectáreas cada una.

El cacao, por su naturaleza de cultivo permanente, tiene un rendimiento nacional de 0,79 toneladas por hectárea. Azuay reporta el mejor rendimiento técnico con hasta 0,94 t/ha en fincas especializadas, pero Manabí, Los Ríos y Guayas son las zonas de mayor producción real, concentrando más del 70% de la superficie nacional cacaotera. Aunque el rendimiento parezca bajo, el cacao ecuatoriano es principalmente de tipo fino de aroma, que requiere procesos más cuidadosos y tiene mayor valor en el mercado internacional.

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La palma aceitera alcanza un rendimiento promedio de 16,87 t/ha. Cotopaxi registra el rendimiento técnico más alto del país con 33,72 t/ha en áreas específicas que cuentan con tecnología de punta. No obstante, Esmeraldas y Sucumbíos son las provincias de mayor producción, donde se concentran las grandes plantaciones palmeras del país. Esmeraldas lidera con casi 900.000 toneladas producidas en más de 56.000 hectáreas.

El brócoli, producido principalmente en la Sierra ecuatoriana, tiene un rendimiento promedio de 12,52 t/ha. Tungurahua destaca con el mayor rendimiento técnico de 14,79 t/ha, mientras que Pichincha y Cotopaxi lideran en volumen de producción. Este producto, destinado principalmente a la exportación congelada, ha ganado mercado en Estados Unidos, Japón y Europa por su calidad, color verde intenso y sabor característico.

La pitahaya amarilla muestra un rendimiento nacional de 12,29 t/ha, con Napo alcanzando el mayor rendimiento técnico de 13,64 t/ha. Sin embargo, Pichincha y Morona Santiago registran las mayores producciones, siendo zonas que han desarrollado cadenas comerciales más consolidadas. La pitahaya roja tiene un rendimiento de 15,07 t/ha, con Guayas liderando en rendimiento técnico con 19,67 t/ha, aunque Morona Santiago y Guayas comparten el protagonismo en volumen productivo.

El plátano registra un rendimiento promedio de 8,06 t/ha. Aunque Zamora Chinchipe alcanza el mayor rendimiento técnico con 15,12 t/ha en pequeñas superficies, Los Ríos, Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas son las principales zonas productoras, concentrando más del 75% de la producción nacional. Este cultivo es importante tanto para el consumo interno como para la exportación a Estados Unidos, Chile y España.

Esta distinción entre rendimiento técnico y producción real es fundamental para entender la geografía productiva del Ecuador. Mientras algunas provincias logran altos rendimientos en áreas reducidas con tecnología avanzada, las zonas tradicionales mantienen el liderazgo en volumen gracias a su vocación agrícola histórica, extensión cultivada e infraestructura consolidada.

Generación de empleo: inclusión y oportunidades

El sector agroalimentario es el mayor generador de empleo en Ecuador. Según los datos del INEC y el MAGP, una de cada tres personas empleadas trabaja en actividades agropecuarias, lo que representa más de 2 millones de personas involucradas directa e indirectamente en la cadena productiva (Tabla 2).

El cacao es el cultivo que más empleo genera, con 411.544 personas involucradas en su producción. De este total, el 73% son hombres y el 27% mujeres. El cacao se cultiva principalmente en pequeñas y medianas parcelas, lo que lo convierte en un motor de inclusión económica para familias campesinas.

El plátano emplea a 127.224 personas, con una distribución de 75% hombres y 25% mujeres. Este cultivo es especialmente relevante en las provincias de Manabí, Guayas y Santo Domingo de los Tsáchilas, donde constituye una fuente fundamental de ingresos para comunidades rurales.

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El banano, a pesar de ser el principal producto de exportación, genera empleo para 124.707 personas, con una participación del 85% de hombres y 15% de mujeres. La cadena del banano incluye desde trabajadores en fincas hasta empacadores, transportistas y personal en puertos.

Las rosas presentan una particularidad importante: generan empleo para 51.313 personas, con una distribución casi equitativa de 47% hombres y 53% mujeres. Este es uno de los sectores agroalimentarios con mayor participación femenina, lo que refleja la naturaleza del trabajo en floricultura, que requiere destreza manual y atención al detalle.

La generación de empleo en el sector agroalimentario no solo tiene un impacto económico directo, sino también social. Contribuye a la reducción de la pobreza rural, fortalece la cohesión comunitaria y permite el desarrollo de capacidades técnicas en las zonas de producción. Además, la creciente demanda de certificaciones internacionales (orgánicas, de comercio justo, de sostenibilidad) ha impulsado la capacitación de trabajadores agrícolas, mejorando sus condiciones laborales y abriendo nuevas oportunidades de desarrollo.

Desafíos y oportunidades: hacia un sector más sostenible

A pesar de sus fortalezas, el sector agroalimentario ecuatoriano enfrenta varios desafíos que deben abordarse para garantizar su sostenibilidad y competitividad a largo plazo.

Uno de los principales retos es la dependencia de mercados específicos. Por ejemplo, entre enero y septiembre 2025 alrededor del 48% de las exportaciones de camarón se destinaron a China, lo que genera vulnerabilidad ante cambios en las políticas comerciales o demanda de ese país. Diversificar mercados y consolidar acuerdos comerciales con nuevas regiones es esencial.

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Otro desafío importante es el cambio climático, que afecta los patrones de lluvia, aumenta la frecuencia de eventos extremos y altera los ciclos productivos. Esto exige inversión en sistemas de riego, investigación en variedades resistentes y fortalecimiento de seguros agrícolas.

La agregación de valor es otra área de oportunidad. Si bien Ecuador exporta grandes volúmenes de productos frescos, aún existe un potencial significativo para desarrollar industrias de procesamiento que generen mayor valor agregado. El Atlas 2024 destaca productos con potencial agroexportable como el puré de banano, chocolate, café soluble, harina de quinua y snacks saludables, que podrían capturar segmentos premium en mercados internacionales.

El sector agroalimentario ecuatoriano tiene todas las condiciones para seguir creciendo: recursos naturales excepcionales, una base productiva diversificada, acceso a mercados internacionales y un creciente reconocimiento de la calidad de sus productos. Con inversión estratégica, Ecuador puede consolidarse como un referente global en alimentación saludable, sostenible y de origen transparente.

(*) Economista, analista económica Gestión Digital.