¿Por qué no es sostenible el boom de las Reservas Internacionales?
Las Reservas Internacionales (RI) se encuentran en aumento constante. Para noviembre de 2025, llegaron a USD 9.684,9 millones; mientras que, para el 12 de diciembre alcanzaban USD 10.246 millones, el nivel más alto desde la dolarización ¿Qué explica esta recuperación y cuán sostenible es en el mediano y largo plazo? A continuación, presentamos un análisis situacional de las RI y sus implicaciones.

Lingotes de oro sobre billetes de cien dólares.
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Las Reservas Internacionales (RI) constituyen uno de los principales anclajes de estabilidad macroeconómica en economías dolarizadas, al reflejar la capacidad del país para respaldar los pasivos del sistema financiero, atender obligaciones externas y absorber choques de liquidez. En el caso ecuatoriano, la evolución reciente de las RI muestra un cambio significativo de tendencia, con una recuperación marcada durante 2025.
Entre noviembre de 2024 y noviembre de 2025 se observa una reversión clara del deterioro previo, tendencia que se consolida hacia el cierre del año. Según el Banco Central del Ecuador, al 12 de diciembre de 2025 las Reservas Internacionales alcanzaban USD 10.246 millones, el nivel más alto registrado desde la implementación de la dolarización, lo que constituye un hito relevante para la política macroeconómica del país.
Según los últimos datos mensuales de las RI, en noviembre de 2025, las Reservas Internacionales (RI) alcanzaron USD 9.684,9 millones, lo que implicó un aumento mensual de USD 360,1 millones, explicado por el saldo neto entre los flujos de ingresos y egresos registrados durante el mes. Mientras que, de manera interanual, se tuvo un incremento de USD 2.029,75 millones entre noviembre de 2024 y noviembre de 2025 (Gráfico 1).
Detrás de este aumento de las RI se encuentran movimientos clave que no son visibles en la cifra agregada. En las siguientes secciones se descompone el comportamiento de las RI para examinar qué flujos de ingresos fortalecieron la posición externa del país y qué egresos la atenuaron entre octubre y noviembre de 2025, ofreciendo una lectura más fina sobre los motores reales del reciente repunte de las reservas.
¿Qué alimenta las Reservas Internacionales?
El aumento de los ingresos de las RI a USD 5.949,9 millones se explica principalmente por los giros del exterior del sector privado (72,8%), los desembolsos de endeudamiento externo (16,2%), la exportación de hidrocarburos (6,3%) y los depósitos de efectivo en las bóvedas del BCE (4,2%). En conjunto, estos rubros alcanzaron USD 5.918,1 millones, equivalentes al 99,5% del total de ingresos (Gráfico 2).
Los giros del exterior del sector privado, que aumentaron en USD 1.979,5 millones, reflejan una mayor entrada de divisas asociada a mayor dinamismo de las operaciones privadas vinculadas al comercio exterior, flujos financieros, pagos interbancarios y movimientos de capital, en un contexto de mayor actividad económica y normalización de transacciones internacionales.
Mientras que los desembolsos por endeudamiento externo, que pasaron de USD 4,8 millones en noviembre de 2024 a USD 965,3 millones en noviembre de 2025, muestran el acceso del sector público a financiamiento multilateral y bilateral, lo que contribuyó de manera significativa a la acumulación de reservas en el corto plazo.
No obstante, desde una perspectiva estructural, destaca la menor contribución del sector petrolero. Las exportaciones de hidrocarburos se redujeron en USD 198,8 millones, lo que limita la capacidad de generación autónoma de divisas y refuerza la dependencia de flujos financieros para sostener el nivel de reservas.
La letra chica de los ingresos de reservas
Con el objetivo de profundizar el análisis más allá del nivel alcanzado por las RI, GESTIÓN desarrolla una metodología propia y sencilla de desagregación de las fuentes de ingreso, basada en un criterio de sostenibilidad macroeconómica para Ecuador.
El enfoque clasifica los flujos que alimentan las reservas según su capacidad de permanencia en el tiempo, distinguiendo entre fuentes estructurales, financieras y transitorias, diferenciando aquellas que descansan en fundamentos sólidos o en factores de carácter más coyuntural. Dicha clasificación se encuentra descrita en la Tabla 1.
El análisis de la composición de los ingresos que alimentaron las Reservas Internacionales revela que la acumulación observada en noviembre de 2025 estuvo dominada por fuentes financieras, que representaron el 77,4% del total de ingresos (USD 4.607,6 millones) (Gráfico 3).
Este predominio evidencia que el fortalecimiento reciente de las RI respondió principalmente a flujos volátiles y sensibles a expectativas, más que a ingresos estructurales. Las fuentes transitorias, asociadas al endeudamiento externo, explicaron el 16,2% (USD 965,3 millones), lo que contribuyó al aumento del stock, aunque a costa de mayores obligaciones futuras. En contraste, las fuentes estructurales apenas aportaron el 6,3% (USD 377 millones), reflejando una base real limitada de generación de divisas, condicionada, entre otros factores, por la caída sostenida de la producción petrolera.
En conjunto, el semáforo de calidad muestra una acumulación de reservas cuantitativamente robusta, pero con desafíos en términos de sostenibilidad de mediano plazo.
Las salidas que tensionan las Reservas Internacionales
Por otro lado, los egresos sumaron USD 5.589,8 millones en noviembre de 2025, creciendo en 29,8% (USD 1.284,1 millones) respecto a octubre de 2025. Los rubros más relevantes correspondieron a los giros al exterior del sector privado, el servicio de la deuda externa pública y la importación de derivados, los cuales concentraron aproximadamente el 95% de las salidas de las RI (Gráfico 4).
Los egresos de divisas alcanzaron USD 5.589,8 millones en noviembre de 2025, lo que representa un incremento interanual de USD 1.284,1 millones (29,8%). Este crecimiento estuvo asociado principalmente a una mayor salida de recursos por parte del sector privado, en un contexto de mayor dinamismo económico.
El principal rubro de salida corresponde a los giros al exterior del sector privado, que aumentaron en USD 1.631,3 millones. Este comportamiento está vinculado al pago de importaciones, servicios, amortizaciones financieras y transferencias internacionales realizadas por empresas y hogares, reflejando una mayor integración del sector privado con los mercados internacionales.
No obstante, este aumento fue parcialmente compensado por una reducción del servicio de la deuda externa pública, que disminuyó en USD 105,2 millones, lo que alivió la presión sobre las reservas y sugiere una reprogramación o menor carga de pagos en el período analizado.
Más allá del máximo histórico: perspectivas a mediano y largo plazo
El comportamiento de los ingresos y egresos de las RI en noviembre de 2025 permite extraer implicaciones clave para la economía ecuatoriana. La acumulación neta de reservas refleja una mejora en la liquidez externa, fortaleciendo la capacidad del Banco Central para respaldar los pasivos del sistema financiero en un régimen de dolarización.
No obstante, la composición de los flujos evidencia que la recuperación de las RI depende en gran medida del financiamiento externo y de flujos financieros privados, mientras que las fuentes estructurales de generación de divisas, como las exportaciones petroleras, muestran un desempeño más débil. Esta situación introduce riesgos de sostenibilidad, especialmente en un contexto de volatilidad financiera internacional y posibles restricciones futuras al acceso a recursos externos.
El reciente aumento de las RI, que alcanzan niveles históricos, está estrechamente ligado a la gestión de la deuda pública. Gran parte de estos ingresos proviene de préstamos internacionales, incluyendo los desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI), como el crédito previsto en diciembre de 2025 por USD 620 millones dentro del programa firmado en mayo de 2024. Si bien este flujo fortalece las reservas, no refleja un superávit estructural, sino que evidencia la necesidad de financiar déficits persistentes.
Según el Ministerio de Economía y Finanzas, la deuda pública se mantendrá insostenible mientras el déficit fiscal no se corrija, obligando al Estado a endeudarse continuamente para cubrir intereses y gastos básicos; en 2025, la deuda alcanzaría 52,4% del PIB y podría llegar a 57,2% en 2028 si no se estabiliza el balance primario.
En este sentido, las RI funcionan como un colchón temporal dependiente de la capacidad de endeudamiento externo, mientras que la sostenibilidad real exige mantener superávits primarios, ampliar ingresos permanentes y controlar el déficit fiscal. Este vínculo explica por qué, pese a los récords en reservas, la presión sobre las finanzas públicas persiste, limitando la capacidad del país para utilizar efectivamente estas reservas en inversión social y estabilidad económica. Para consolidar niveles elevados y sostenibles de RI, será necesario avanzar hacia una mayor diversificación de la matriz exportadora, una gestión prudente del endeudamiento público y el fortalecimiento del sector productivo, de modo que la acumulación de reservas refleje flujos reales y estructurales, y no únicamente entradas transitorias de capital.
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