Manabí: Aumenta la presencia de mujeres y menores de edad en las estructuras delictivas y criminales
La Policía de Manabí ha identificado mayor presencia de mujeres en bandas criminales y ha confirmado su participación directa en delitos de sicariato. El primer caso de este tipo se registró en Manta.

Adolescente detenido por segunda vez en cinco días en Manta. Su madre también fue apresada.
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Policía Nacional
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Que las mujeres estén implicadas en el mundo criminal y delincuencial aumenta la preocupación en Manabí. Desde hace dos décadas hay información que da cuenta de los roles claves que han ocupado: desde liderar una banda hasta coordinar temas de logística.
Sin embargo, el caso registrado el 21 de mayo de 2025 en la ciudad costera de Manta, no tiene precedentes o, al menos, no hay registros: dos mujeres habrían participado directamente en un sicariato.
“Lastimosamente, hemos identificado personas de sexo femenino, quienes están siendo parte de estas bandas, ya sea como conductoras de motocicletas o de vehículos”.
Renán Miller, comandante de la Policía en la Zona 4.
Ese día, en el barrio Juan Montalvo, parroquia Eloy Alfaro de Manta, se registró un ataque armado que dejó sin vida a Leida Lorena Moreira Roldán (44) y a su madre herida.
De acuerdo con el parte policial, las víctimas estaban en la vía pública cuando fueron interceptadas por “dos personas de sexo femenino a bordo de una motocicleta, quienes detonaron un arma de fuego”.
“Es el primer caso en Manabí: llama la atención que una mujer sea parte de una banda de sicarios y también conductora de motocicleta. Están siendo reclutadas y también los menores de edad”, dijo el comandante de la Policía en la Zona 4, Renán Miller.
Niños y adolescentes están siendo usados para cometer diversos delitos. Las autoridades policiales de la provincia aseguran que, al ser la justicia más “laxa” con este grupo poblacional, las bandas delictivas y criminales los reclutan.
Un ejemplo registrado también este año: un adolescente fue detenido por dos ocasiones en cinco días en Manta. Ha sido acusado por los presuntos delitos de extorsión y posesión de armas.
Mujeres parte del mundo criminal
Otro caso ocurrió el 26 de mayo de 2025. A las 08:06 se reportó un ataque armado contra dos hermanas tras salir de un gimnasio en el barrio La Floreana, parroquia Los Esteros, de Manta.
Rebeca Zambrano Hurtado, de 31 años, y su hermana Colyn Jamileth Zambrano, de 28 años, fueron las víctimas. La primera falleció en sitio y la segunda resultó herida.
Por el caso, “se retuvo a una ciudadana. En el teléfono celular de ella se encontraron mensajes en los que coordinaba, que le avisaban respecto al hecho delictivo, los pasos que daban estos delincuentes. Existen indicios suficientes que la vinculan con el hecho”, aseguró Geovanni Naranjo, comandante de la Policía de la subzona Manabí.
Además, Naranjo reveló que el móvil del crimen fue el microtráfico. La sospechosa guarda prisión preventiva en la cárcel de mujeres Tomás Larrea, de Portoviejo, y es procesada por los presuntos delitos de asesinato y tráfico ilícito de sustancias sujetas a fiscalización.
El caso de la parroquia Eloy Alfaro sería el primero en la provincia en el que se registra la participación de mujeres en delitos de sicariato. Pero la presencia de mujeres en el mundo criminal no es nuevo, solo que este segmento ha ido escalando en los roles.
La banda de Los Gatos Secos, por ejemplo, que nació al norte de Manabí, en el cantón Pedernales, en 2000 fue liderada por dos mujeres y policías, según el Ministerio del Interior.

De hecho, está organización fue señalada por supuestamente incendiar el Comando de Policía de Pedernales, el 25 de noviembre de 2013.
Incluso, el Ministerio del Interior dijo que esta agrupación no solo dominaba en Pedernales, sino que también tenía presencia en otros cantones y contaba con "un poder paralelo a los establecidos por la institucionalidad democrática" de Ecuador.
La banda Los Gatos Secos está vinculada con delitos como sicariato, robo, extorsión, tráfico de drogas y desaparición de personas.
Otra muestra de la presencia de mujeres en el crimen fue el caso registrado el 25 de mayo de 2022, en Manta, cuando fueron asesinados la fiscal Luz Marina Delgado y su asistente Jefferson Mendoza.
Por el caso, Génesis C., Ginger S. y María C. fueron sentenciadas a 34 años y ocho meses de prisión, como coautoras del crimen. De acuerdo a la sentencia, un día antes del sicariato, las mujeres proporcionaron a los asesinos un vehículo en el que persiguieron a la fiscal.
Además, durante su estadía en Ecuador, a los sicarios (de nacionalidad venezolana y colombiana) los recibieron las mujeres en la terminal terrestre de Manta. Luego, ellas los llevaron hasta una vivienda que habían rentado en el sector de La Pradera.
De victimarias a víctimas
Así como hay mujeres que forman parte del esquema delictivo y criminal, también hay preocupantes registros de que son asesinadas.
Como muestra, en los primeros cinco meses de 2025, en Manabí más de 30 mujeres fueron acribilladas a tiros. De esa cifra, 18 corresponde a quienes fueron asesinadas en el distrito Manta (comprende Montecristi y Jaramijó).
“El incremento (de ataques violentos) no es un fenómeno de coincidencia o dirigido directamente a las mujeres, más bien existen diferentes líneas investigativas aquí en Manta”, aclaró José Luis Erazo, jefe de la Policía del Distrito Manta.
Según Erazo, las motivaciones pueden ir desde vínculos con trata de personas, problemas de familiares involucrados en tráfico de drogas con víctimas colaterales, deudas (dinero) o por el simple hecho de ser esposas o tener algún tipo de relación sentimental con cabecillas de bandas delincuenciales.
En noviembre de 2024, Romina Villavicencio González, de 38 años, prima del extinto líder de la organización criminal 'Los Choneros', Jorge Luis Zambrano, alias ‘Rasquiña’, fue asesinada en Manta cuando la mujer circulaba en un vehículo.
El jefe policial reconoció que sí hubo un caso en Manta “que estaba direccionado directamente al crimen organizado, pero son diferentes tipos de motivaciones, entonces no podemos decir que van contra las mujeres por temas de género”, manifestó Erazo.
Es decir, según la teoría de José Luis Erazo, los asesinatos a mujeres bajo el crimen organizado no se categorizan por género ni por edades, porque este tipo de violencia no distingue clases sociales.
Además, agrega que, si se realiza un estudio, se evidencia un incremento en otros países y en el caso de Ecuador, no solamente en Manta, también en Guayas, El Oro y Esmeraldas. “Entonces habría que hacer una análisis socieconómico para decir qué es lo que sucede porque también hay un incremento en adolescentes”.
“Si hacemos un análisis, en 2024, en Colombia, por ejemplo, hubo un incremento del 4,5%, entonces es un fenómeno que se ve un alza a escala regional, también se vio en México”.
José Luis Erazo
Población permeable
Según un estudio sobre el impacto del crimen organizado en mujeres, niños y adolescentes (2024), publicado en el marco del proyecto interagencial de Naciones Unidas para la paz, la seguridad y la reducción de las violencias en Ecuador, la interacción de las mujeres y adolescentes con el crimen organizado se presenta en un contexto de debilitamiento del Estado y extensión de la economía criminal en el mundo; así como en la coexistencia de formas tradicionales y nuevas formas de violencia que colocan a ciertos grupos en una situación de mayor vulnerabilidad.

Para el jefe policial José Luis Erazo, a los menores de edad, un grupo vulnerable, “se les puede manipular y fácilmente reclutar, hay un estudio que hizo una ONG, en el que se tomó inclusive a Manta y se ve cómo desde la escuela se los puede reclutar con el uso de las drogas, como se les entrega y se les regala para irlos metiendo de a poco en el mundo de las drogas y posterior en el mundo criminal”.
“Día a día tenemos detenidos, lastimosamente están saliendo en libertad… los menores de edad están siendo reclutados, los grupos delictivos saben, conocen que no son imputables y los están incentivando para que puedan cometer actos ilícitos”
Giovanni Naranjo, comandante de la Subzona Manabí.
A finales de mayo de 2025, un adolescente de 17 años fue detenido dos veces en cinco días en Manta, por los delitos de extorsión, posesión de un arma de fuego y una granada.
Además, las autoridades policiales informaron que, en un operativo también capturaron a la madre del menor, quien es acusada de ser miembro de una banda delictiva dedicada a la extorsión.
Incluso, la Policía reveló que, de acuerdo a los mensajes hallados en el celular, la mujer podría estar dirigiendo actividades ilícitas.
“Como ven, aquí no hay una rehabilitación, esta gente ya se dedica a esto, son parte de bandas y no hay otra forma subsistencia, por ello es que debemos de cambiar las leyes”, insitió Naranjo.
Las detenciones de menores vinculados a delitos como secuestro, extorsión o asesinato, viene escalando en la última media década.
Entre enero y mediados de octubre de 2024, según cifras de la Policía Nacional, se detuvo a 3.086 menores de edad por diferentes crímenes en Ecuador. En ese mismo período en 2023, fueron 1.889 aprehendidos y en 2022, 1.610.
Esas detenciones se concentraron en su mayoría en las provincias de Guayas, Pichincha, El Oro, Los Ríos y Manabí.
Los registros de niños y adolescentes que son reclutados por bandas criminales y delictivas no son nuevos en Manabí. Según información policial, en 2020, ‘Los Gatos Secos' empezaron a reclutar adolescentes y jóvenes, quienes deben pasar una prueba para pertenecer a la banda y ganar jerarquía.
José Luis Erazo dice que la edad de quienes son utilizados por las bandas “siempre va a terminar a los 25 años, porque les ponen a los 14, 15 años para el expendio, 18 años para el crimen —para matar— y a los 25 pueden estar en la cúspide o muertos”.
¿Cómo evitar que sean reclutados?
Desde el distrito policial de Manta, trabajan en tres aristas en las instituciones educativas: capacitación, información y sensibilización y “no solamente en el uso de droga, también en la prevención del delito”, explicó Erazo.
Sin embargo, el jefe policial reconoce que lo anterior no es suficiente, porque es una política de Estado, es decir, que todas las instituciones deben de involucrarse e incluso se “debe de partir mucho antes de que un niño igrese a una institución educativa”.
El jefe policial se refiere al círculo familiar como un papel fundamental y decisivo para que los menores no sean reclutados.
Para Edison Zambrano, especialista en educación, la pobreza es una de las detonantes para que menores caigan en manos de los grupos delictivos. Debido a la ausencia de derechos como la educación “muchos chicos comienzan a desertar de la educación por la falta de recursos”.
Según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) - Anual, 2024, publicada el 28 de febrero de 2025 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Manabí alcanzó una tasa de pobreza del 26,7%. Y para 2025 se estima una tasa en la provincia del 28%.
“Aquí no es cuestión de hacer más fuerte la ley o endurecer las penas, no, aquí hay también problemas subyacentes, como la pobreza que conlleva ese padre que no tiene trabajo, es alcohólico o está envuelto en droga, el papel también lo hace muchas veces la mamá; entonces muchos menores se encuentran en medio de ese reflejo o ese discurso”, explicó Zambrano
Asimismo, según los últimos datos publicados por el INEC, el 49,4 % de los niños y niñas en Ecuador viven en una situación de pobreza por necesidades básicas insatisfechas.
¿Hay salida?
“Que el Estado dé verdadera importancia a la educación, no es solo pensar en bancas, uniformes o libros, porque la educación es integral”.
Edison Zambrano
Y cuestiona “¿por qué en una zona urbana – marginal, de 1.000 niños que están en edad escolar solo van 200 y el Estado no le importa? Le importa que estén los 200 con sus uniformes, libros, etiquetas y sus publicidades y no es así, deben de ir a ver qué pasa con esos 800 niños”.
Finalmente dice que hay las herramientas y los insumos, pero no las aplican “solo sirven para la foto y como para decir que inauguraron un año lectivo y aquí hay 1.320 niños en este colegio, bellísimo, está full, pero el colegio debe de tener 1.500 estudiantes, dónde están los 180 y de esos una gran parte se nos van a los grupos delictivos”, finalizó Zambrano.
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