Solo por debajo de Guatemala y Belice, Ecuador es ya el tercer país de América Latina en el que más crecieron las muertes violentas en 2021.
Tras el primer mes de 2022, 15 países de América Latina y el Caribe han hecho públicas las cifras de muertes violentas registradas en 2021.
Ese es el principal indicador de violencia e inseguridad en un país, según la Oficina de las Naciones Unidas sobre Crimen Organizado (Unodc). Y para tener una imagen real del fenómeno se calcula la tasa de muertes por cada 100.000 habitantes.
En 2021 el panorama de violencia en la región no cambió radicalmente. Jamaica, Venezuela y Honduras siguen siendo los países con tasas más altas, esto es superiores a 40 casos por cada 100.000 habitantes.
Luego, vienen seis países con tasas entre los 20 y los 30 casos por cada 100.000 habitantes. Y seis naciones con valores entre 10 y 20 muertes. A este grupo, en el último año se sumó Ecuador.
Ecuador, entre los que más crecen
En 2020, en pleno año de la pandemia de Covid-19, solo cuatro países tuvieron incrementos en sus tasas de violencia, respecto a 2019: Chile, Ecuador, Panamá y Costa Rica.
Entre 2019 y 2020 las muertes violentas en Ecuador subieron de 1.177 a 1.371, representando una tasa de 7,83 por cada 100.000 habitantes. Mientras que en 2019 esa tasa fue de 6,88 y en 2018, de 5,84.
En 2020, Ecuador tuvo la segunda alza más significativa de la región, solo por detrás de Chile, que en 2020 alcanzó una tasa de 3,7 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
Ya para 2021, con una tasa de 14,06, Ecuador registraba la tercera alza más significativa de ese coeficiente en la región. Mientras que Chile logró estabilizar su tasa y presentó una reducción de 0,1.
Pero Ecuador, Panamá y Costa Rica siguieron en ascenso y a estos países se sumaron otros como Guatemala y Belice.
Con la tasa de 14,06 registrada en 2021, Ecuador se acerca a la media de la región que es de 17,8 y que es considerada una de las más altas del mundo.
La tesis oficial
En Ecuador, según el Gobierno, el aumento de los homicidios se debe en gran medida a la ola de violencia en las cárceles, que se inició desde 2020. Aunque también, en menor medida, ha aumentado la violencia en las calles.
En ambos casos, este incremento de violencia se debe al narcotráfico y a actividades ligadas con el tráfico de narcóticos.
Además, el Ejecutivo cree que esta realidad empeora por las dificultades del sistema de justicia para investigar y procesar a los presuntos delincuentes. Así como el problema estructural del hacinamiento en las prisiones.
La organización internacional InsightCrime, que investiga los fenómenos relacionados con la seguridad en la región, explica lo que ocurre en Ecuador de la siguiente manera:
"El aumento de la violencia en Ecuador ha mostrado una trayectoria ya conocida: la presencia de más cocaína significó más dinero en efectivo y más armas para las pandillas. El gobierno, enfocado en controlar la pandemia de Covid-19, no logró contener el creciente conflicto, especialmente en el hacinado sistema penitenciario del país".
El Gobierno de Lasso ha señalado al narcotráfico y a la infiltración de carteles internacionales -como los mexicanos- como los principales culpables de la violencia.
Pero la participación real de los principales carteles de México en Ecuador, según InsightCrime, es difícil de comprobar, si bien está claro que los grupos mexicanos necesitan socios locales.
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