Martes, 30 de abril de 2024

Aerovía se inaugura en Guayaquil con dudas de su efecto en la movilidad

Autor:

Carolina Mella

Actualizada:

21 Dic 2020 - 0:05

aerovía

Autor: Carolina Mella

Actualizada:

21 Dic 2020 - 0:05

Vista general de las cabinas de la Aerovía, que une a Guayaquil y Durán. - Foto: API

La Aerovía, que se inaugura el 21 de diciembre de 2020, fue construida con una inversión de USD 115 millones financiados por la Agencia Francesa de Desarrollo, que considera que el sistema tiene un potencial para eliminar 15.000 toneladas de CO2 al año.

En Guayaquil circulan diariamente cerca de 496.000 vehículos particulares y públicos que se suman a los 2.800 buses, que cubren 104 rutas y transportan a la mayoría de los ciudadanos de Guayaquil, Durán, Daule y Samborondón.

No se puede hablar de movilidad en Guayaquil sin tomar en cuenta a los cantones de los que la ciudad esta apena separada por puentes.

Esos puentes son infraestructuras clave para la movilidad entre cantones, pero también suelen convertirse en picos de botella y un conductor puede tardar más de 30 minutos en cruzarlos. 

Por eso conectar a Guayaquil con esos cantones ha sido un desafío permanente. El área metropolitana se ha expandido hacia esos cantones con grandes proyectos habitacionales, que necesitan enlaces con Guayaquil.

En la búsqueda de esa soluciones en 2015 el exalcalde Jaime Nebot propuso la creación de un sistema de transporte tipo teleférico, con cabinas que se desplazan a través de cables suspendidos en grandes postes

 La aerovía tiene el único trayecto entre Durán y el centro de Guayaquil. API

Ese sistema fue bautizado como Aerovía y tiene cinco estaciones, que conectan a Durán con el centro de Guayaquil. El sistema espera mover a 2.600 personas por hora, en cada sentido.

En la “hora de demanda máxima, pueden estar 2.600 personas yendo de Guayaquil a Durán y 2.600 de Durán a Guayaquil” explica Camilo Ruiz, gerente de la Aerovía. 

El sistema tiene la capacidad de transportar 35.000 personas al día, pagando un boleto de USD 0,70, que incluirá el pasaje de bus en Durán hacia una estación del sistema.

El funcionamiento de este sistema no reducirá la cantidad de buses, pues no se eliminará ninguna ruta. El gerente de la Aerovía reconoce que el proyecto no es la solución a los problemas de movilidad de la ciudad.

"Nunca se ha planteado como un sistema que solucione todos los problemas del transporte público del gran Guayaquil. Es imposible porque tiene una capacidad limitada" admite Camilo Ruiz, gerente de la Aerovía. 

Desde la visión institucional se trata de “una solución complementaria con las demás soluciones, como son los puentes y otras medidas de manejo y gestión de tránsito entre Guayaquil y Durán” dice Ruiz.

“Creo que a largo plazo no va a ser una solución integral. Va a ser una buena novelería al principio”, considera el planificador urbano, Carlos Jiménez. Su preocupación es el tamaño de las cabinas y porque la conexión es solo con dos puntos. 

Para el experto, los problemas deben ser atendidos de manera integral. Considera que "con la mitad del presupuesto, el Municipio pudo haber hecho un buen plan de ordenamiento y desarrollo. Con información cartográfica, planos de toda la infraestructura urbana, uso de suelo y una proyección a largo plazo".

Ordenar el suelo es el inicio, dice Jiménez. La ciudad se expande hacia las afueras sin una planificación de vías. Uno de los tantos ejemplos es lo que le ocurre en Vía a la Costa. 

Se construyeron grandes proyectos inmobiliarios en la ruta que también conectará al nuevo aeropuerto de Daular, por lo que para solventar la carga de movilidad prevén construir un túnel que cruce por el bosque protegido de Cerro Blanco

Lo que ha alimentado en enfrentamientos entre autoridades y ecologistas. 

Una solución verde a futuro

La Aerovía se construyó gracias a un crédito de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) por USD 115 millones a 20 años plazo, sin garantías del Estado, lo que facilitó el acceso para el Municipio de Guayaquil. 

Este crédito tiene una característica especial, explica Clotilde Boutrolle, la directora de la AFD en Ecuador, y es que la entidad financia proyectos que tengan un impacto positivo en el medio ambiente. 

“En las grandes ciudades, el transporte público es importante porque disminuye la congestión, pero también la producción de CO2. Los buses todavía van a existir, pero si no hay esta infraestructura, quizás los buses serían más numerosos en el futuro.” 

Según Boutrolle, al momento de evaluar el proyecto hicieron un cálculo del impacto ambiental. El resultado es que transportando 35.000 pasajeros por día “la Aerovía va a permitir bajar en la producción de 15.000 toneladas de CO2 por año”.

Para la directora de la AFD, el proyecto permite planificar a futuro, “primero se va a reorganizar el recorrido de los buses en Durán hacia las estaciones, para así alentar su uso”.

La Agencia Francesa de Desarrollo hará un seguimiento no sólo de la situación financiera del Municipio de Guayaquil para el pago del crédito, sino también del cumplimiento de los objetivos ambientales y sociales.

Tránsito violento

El tránsito en Guayaquil y en sus cantones aledaños tiene ciertas particularidades que tienen que ver con un estilo agresivo de conducción, expresado en violentos cambios de carril, cruces de semáforo en amarillo y un sinnúmero de infracciones que se cometen de forma casi natural.

Eso hace que Guayas lleve la delantera en las estadísticas de accidentalidad. En 2019, la provincia reportó 9.346 percances de tránsito, casi el doble de los registrados en Pichincha, una provincia con similar población y parque automotor, pero que reportó 4.977 accidentes en 2019.

Del total de accidentes en Guayas, el 75% ocurrió en Guayaquil y la principal causa es el irrespeto a las señales de tránsito, seguida por el exceso de velocidad o la ebriedad, además de la impericia.

En el transporte público, el panorama es aún peor por la cantidad de pasajeros que usan las 104 rutas que operan con 2.800 buses.

En esas unidades los pasajeros deben soportar temperaturas superiores de los 30 grados centígrados, sin aire acondicionado, y viajan bajo el riesgo de ser asaltados.