La marca busca ofrecer una nueva experiencia de conducción divertida y eléctrica en un empaque clásico.
Si Alec Issigonis pudiera volver a diseñar el Mini clásico hoy, este tendría un motor eléctrico. Después de todo, el original lanzado en 1959 fue creado durante una crisis petrolera y se basó en la idea de ahorrar combustible.
Es así que, el nuevo modelo MINI Recharged sigue los pasos de su antecesor al continuar su enfoque de movilidad sostenible en el siglo XXI.
Para experimentar el manejo tradicional de un go-kart con un tren motriz libre de emisiones, la marca reemplazó el motor de gasolina original por un motor eléctrico moderno. Durante la conversión, el motor original es reutilizado para prolongar el uso de los modelos clásicos y darles una nueva oportunidad de vida.
Este aspecto forma parte de la visión de economía circular de la marca pues no se crean nuevos vehículos y tampoco se desperdician partes.
El motor eléctrico genera una potencia continua de hasta 90 kilowatts y acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en nueve segundos. La energía proviene de una batería de alto voltaje con autonomía de 160 kilómetros.