La sostenibilidad es un componente esencial de las credenciales ambientales de un automóvil, por esta razón la empresa ofrece vehículos que ofrece automóviles con larga vida útil.
Por esta razón, los modelos de Mazda están sometidos a un proceso de pruebas exigentes, que ahora también prestan atención a parámetros ambientales.
Asimismo, la empresa utiliza su sede central en Hiroshisma para someter sus modelos a las condiciones meteorológicas más extremas, de modo que, después, las olas de calor o las tormentas de nieve de nuestra vida cotidiana no supongan el más mínimo problema.
Los ingenieros de Mazda ponen sus productos a prueba de fenómenos climáticos como olas de calor o temperaturas bajas en extremo. Por otra parte, las baterías se someten a exámenes para estudiar los efectos térmicos en los fluidos del vehículo en movimiento.
Los técnicos realizan verificaciones constantes para mantener la calidad, mientras que robots se encarga de rodar el automóvil por diversos circuitos de prueba como recorridos con baches, pistas de tierra, etc.
Por otra parte, el laboratorio de ensayos de corrosión de vehículos dispone de una avanzada tecnología de simulación de salpicaduras. Con ella se agilizan los procesos de ensayo y los ingenieros pueden resolver problemas de forma creativa, dentro de los plazos de desarrollo de un nuevo modelo.
El objetivo último de estos procedimientos de pruebas no es otro que construir autos más sostenibles. Como afirma la marca, si un vehículo es fiable necesita menos repuestos y eso reduce a su vez su huella medioambiental.