El kilometraje permite a los usuarios tener una idea del uso que ha tenido un vehículo y si es conveniente realizar o no una compra.
Existen varios factores a tomar en cuenta al momento de comprar un auto de segunda mano, pero el kilometraje es un punto clave.
Este elemento muestra las prestaciones de un motor como su tiempo y uso. Por sí solo, el kilometraje podría pasar desapercibido. Pero al momento de contrarrestarlo con el año de fabricación del automotor, este puede ser un aliado importante para compradores.
De esta forma, si el kilometraje es muy alto, evidencia un mayor desgaste del vehículo, lo que implica gastos en repuestos y mantenimiento continuo. Mientras que, si el kilometraje es muy bajo, el cliente debe prestar atención a una posible alteración o estafa.
Atento a las alteraciones
No se puede saber con certeza si una persona ha modificado o no el kilometraje a menos que se lleve el vehículo a un taller oficial y lo comprueben.
De hecho, es común que los vendedores alteren estos números para elevar el precio y hacer creer que un modelo es poco utilizado.
Pero, existen claves que permitirán estar atento a posibles estafas.
- Odómetro Análogo: Para alterar esta pieza se necesita desmontar ciertos elementos. Por esta razón el comprador debe prestar atención a partes plásticas con rayones o tornillos desgastados.
- Odómetro digital: Las personas que alteran este tipo de sistemas no suelen dejar rastros visibles, por lo que es recomendable acudir a un taller oficial para que realice pruebas con escáner.
- Inspeccionar la carrocería: De preferencia esta actividad se debe realizar en días soleados. Esto se debe a que la noche o la lluvia pueden esconder desperfectos.
- Pedir facturas de mantenimiento: El tener a la mando registros de mantenimiento se puede hacer un estimado del uso mediante fechas.