El IESS tenía una nómina de 34.821 trabajadores a noviembre de 2023. El 2 de enero de 2024, la entidad anunció una "optimización" de su nómina.
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) gastó cerca de USD 714 millones en el pago de remuneraciones y beneficios de casi 35.000 funcionarios en 2023.
El pago a la nómina representó el 7% de su presupuesto anual, que sumó USD 10.070 millones en 2023.
Además, se trata de un importante gasto para una institución que tiene un presupuesto deficitario. Los gastos del IESS superan a los ingresos, lo que complica año a año el pago de las prestaciones de sus diferentes seguros, como las pensiones jubilares.
El gasto en nómina de 2023 representó un incremento de USD 55,3 millones frente a 2022.
La cifra también superó en más de USD 100 millones a la de 2019, a pesar de que para entonces, el IESS tenía más empleados, y en USD 23,7 millones al de 2020, cuando subió la nómina por la pandemia de Covid-19.
Con la emergencia sanitaria, a diciembre de 2020, el IESS llegó a superar los 37.000 empleados, pero luego la nómina disminuyó.
Sin embargo, entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023, se sumaron 128 personas.
Para este año, el IESS prevé recortar su nómina con el fin de “precautelar los recursos institucionales" y cumplir "con la entrega oportuna de las prestaciones", anunció la entidad este 2 de enero de 2024, en un comunicado.
"Las medidas que se adoptarán son necesarias, oportunas y no afectarán los servicios de salud y las prestaciones que brinda la institución", aseguró el Seguro Social. Por lo que se entendería que los ajustes serán en el personal administrativo.
De los USD 714 millones que gasta el IESS al año en salarios, 81% corresponde al personal médico.
¿Perfiles adecuados?
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), publicado en julio de 2021, ya hacía referencia a un importante incremento de talento humano en el IESS entre los años 2006 y 2019, que no necesariamente implicaba un "fortalecimiento institucional".
Esto debido a que las nuevas contrataciones de esos años no siempre eran las adecuadas para las funciones que debían realizar.
La OIT señalaba que existían "carencias en el proceso de selección y reclutamiento", por lo cual el proceso no aseguraba contratar a las personas que se requieren para realizar tareas específicas, especialmente en funciones críticas como el análisis actuarial y financiero.
Y advertía sobre la "necesidad de disponer de una política de promoción según el mérito y realizar inversiones en el desarrollo y la formación de los recursos humanos.
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