Viernes, 26 de abril de 2024

Cocaína en contenedores, la pesadilla de empresas en Holanda y Ecuador

Autor:

Arturo Torres

Actualizada:

10 Ene 2022 - 0:05

En 2021, la Policía ecuatoriana incautó 210 toneladas de droga, de las cuales 173 fueron de cocaína, 45 toneladas más que el año anterior. Otra cifra récord de capturas.

Autor: Arturo Torres

Actualizada:

10 Ene 2022 - 0:05

En 2021, la Policía ecuatoriana incautó 210 toneladas de droga, de las cuales 173 fueron de cocaína, 45 toneladas más que el año anterior. Otra cifra récord de capturas.

Los propietarios y empleados de la empresa holandesa de importación de frutas y verduras De Groot Fresh Group viven en la zozobra desde que en mayo de 2019 encontraron 400 kilos de cocaína en un contenedor de frutas, procedente del puerto de Guayaquil.

Siguiendo los protocolos, William De Groot, propietario de la compañía, llamó a la Policía holandesa que en las horas siguientes incautó la droga.

"Estimado William, le hacemos saber que lo hacemos personalmente responsable por la pérdida de nuestro negocio. En adelante se le impondrá una multa de 1,2 millones de euros", dice un mensaje de texto que De Groot recibió en su celular.

Desde entonces, los narcotraficantes han quemado y baleado casas de empleados de la empresa, han colocado granadas de mano en las viviendas de los hijos del dueño.

Incluso han usado explosivos para amedrentar a quienes tenían relación con De Groot Fresh Group, que opera desde el puerto holandés de Hedel.

El año pasado, la casa de un empleado de la importadora de frutas ecuatorianas Groot Fresh Group en Hedel, Holanda, fue quemada como retaliación por narcotraficantes.

El año pasado, la casa de un empleado de la importadora de frutas ecuatorianas Groot Fresh Group en Hedel, Holanda, fue quemada como retaliación por narcotraficantes. Foto archivo

La mano mafiosa

En esta ciudad portuaria la población vive aterrorizada por las mafias que operan con extorsionadores y avezados delincuentes.

Mafias que durante años, han controlado el negocio del narcotráfico en los Países Bajos, considerado un punto neurálgico para el comercio de cocaína y de otras drogas en Europa.

Casi que de la noche a la mañana Holanda se convirtió en el epicentro de los envíos de los mayores cargamentos de cocaína desde Ecuador.

Eso se evidencia en las capturas de 2021, que en diciembre cerraron con una nueva cifra histórica: la Policía incautó de 210 toneladas de droga, de las cuales 173 son de cocaína, 45 más que el año anterior, cuando se decomisaron 128 toneladas.

El general Geovanny Ponce, director Antinarcóticos, confirma que a escala regional el principal  destino de la droga que se embarca desde Ecuador es Europa (20%). Le siguen Norteamérica (12,4%) y América del Sur (7,3%).

Con el 12% del total de las capturas, Holanda encabeza la lista de países a donde se dirige la mayoría de alijos de cocaína desde los puertos ecuatorianos.

Luego están Bélgica, Guatemala, España, Rusia, Grecia y Estados Unidos, en su orden.

¿A qué se debe el despunte? Un agente de Antinarcóticos explica que hay un vertiginoso crecimiento de la demanda en Europa, que se volvió el mercado más rentable para las mafias del narcotráfico, especialmente con la llegada de la pandemia, en 2020.

Con mejores márgenes de ganancia y menores riesgos que Estados Unidos, Europa se ha posicionado los últimos años como el mercado de cocaína más importante del mundo, dice Ponce.

Mientras un kilo de cocaína cuesta USD 28.000 al por mayor en Estados Unidos, en Europa el precio oscila entre USD 55.000 y USD 80.000.

Antes de la pandemia, conseguir un gramo de cocaína en las calles de París costaba USD 70. Pero, según la Oficina Antinarcóticos Francesa (Ofast), el confinamiento disparó el precio del alcaloide hasta USD 115 el gramo.

Esto llevó a las organizaciones mafiosas a cambiar su dinámica hacia un modelo más 'corporativo' y especializado, con 'ajustes empresariales' en toda la cadena de producción, transporte y distribución.

También aumentó la competencia, diversificó el mercado y multiplicó los jugadores. Los carteles colombianos se disputan el lucrativo mercado europeo con los mexicanos, los albaneses y los rusos, destaca el investigador.

Para los envíos a Europa los carteles albaneses y el de Sinaloa tejen alianzas. Sus principales mercados son Holanda, Bélgica, Albania, Grecia y España.

El general Ponce recalca que la mayoría de la cocaína sale desde los cinco puertos de Guayaquil, especialmente el más grande, de Contecon.

Ataque a los contenedores

"Si tomamos en cuenta la droga aprehendida en los puertos, que suma 53 toneladas, significa que un 65% del alcaloide sale en contenedores, en grandes cargueros de frutas y materias primas, hacia Europa y un 35% a Norteamérica", dice Ponce.

La droga que ingresa a Estados Unidos sale, en buena medida, en lanchas rápidas, barcos pesqueros y sumergibles, desde las playas manabitas y esmeraldeñas, por el llamado corredor del Pacífico.

En alta mar, Antinarcóticos, en coordinación con la Armada y las agencias de Estados Unidos y de Colombia, detectaron 25 toneladas de cocaína. Las capturas ocurrieron en aguas internacionales.

La Mocromaffia

En este contexto, el principal problema de Holanda es el narcotráfico, que afecta a puertos como Róterdam, por donde transitan cada día más de 23.000 contenedores, observa otro oficial Antinarcóticos.

En 2021 fueron detenidas más de 450 personas que se introdujeron en ese puerto para sacar cocaína proveniente de Latinoamérica.

Las sangrientas disputas entre los grupos del crimen organizado se reflejaron en la explosión de más de 50 bombas en distintas ciudades holandesas, el año anterior.

Además, hubo cientos de actos intimidatorios entre las bandas, como arrojar granadas de mano en zonas residenciales y tiroteos en restaurantes y empresas importadoras de frutas.

Años atrás, la Policía advertía que Holanda podría convertirse en un narcoestado, según notas de la prensa local.

La evolución de este fenómeno es tal que incluso el Primer Ministro holandés, Mark Rutte, ha cambiado su rutina.

Por las amenazas directas de muerte de la Mocromaffia, dejó de ir en bicicleta a la sede del gobierno en La Haya, y hoy se transporta en vehículo, con escolta.

Mocromaffia es el apelativo que tienen todas las organizaciones criminales que operan en Holanda y que son de origen marroquí.

El patrón de estos grupos no es el de una mafia jerarquizada. Son clanes autónomos que se alían dependiendo de las circunstancias para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana.

Se caracterizan por actuar con una violencia extrema, que desde 2012 ha dejado unos 100 muertos.

Tanto en Holanda como en Bélgica han cometido crímenes cruentos calcados del guion de los carteles mexicanos. Una de sus acciones favoritas es el uso de explosivos.

Un policía holandés desactiva un explosivo colocado por clanes del narcotráfico en Roterdam, el año pasado.

Un policía holandés desactiva un explosivo colocado por clanes del narcotráfico en Roterdam, el año pasado. Foto archivo

Las facciones de la Mocromaffia negocian con todos los carteles internacionales, especialmente con los colombianos y los mexicanos, las mafias italiana, rusa y de los Balcanes.

Las organizaciones holandesas controlan los puertos de Róterdam y Amberes (Bélgica). Son los sitios por los que más cocaína se introduce en Europa.

En Róterdam, hasta noviembre de 2021, se incautaron 63 toneladas de cocaína y en Amberes, 65 toneladas más.

De los Balcanes a Guayaquil

Esta explosiva penetración del narcotráfico en Europa explica bien por qué en la última década Guayaquil se convirtió en un puerto donde hoy confluyen narcotraficantes albaneses, rusos y españoles, que viven en lujosos conjuntos residenciales en Samborondón.

Otros también se han instalado en Manta, el puerto de principal de la provincia de Manabí.

Los mafiosos de los balcanes operan como un holding, que subcontrata los servicios de las bandas locales como Los Choneros, los Lobos, los Tiguerones y los Chone Killers para tareas de seguridad, logística, almacenamiento, transporte y sicariato.

Sus cabecillas dirigen las operaciones delictivas desde las prisiones, donde su expansión ha sido muy rápida.

En muchos casos estas organizaciones reciben el pago en clorhidrato de cocaína, que comercializan al menudeo para microtráfico en Ecuador.

Durante el último año fueron capturadas 17 toneladas de cocaína dirigidas al mercado interno y 507 kilos de heroína, otra sustancia con creciente demanda interna y en Estados Unidos.   

Los agentes de Antinarcóticos creen que la frontera norte, particularmente entre el departamento colombiano de Putumayo y y la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, es la ruta principal que utilizan los clanes de Los Balcanes para contrabandear cocaína.

El área está controlada por disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ahora convertidas en un partido político, y miembros de La Constru, una organización paramilitar que trabaja para el Cartel de Sinaloa y mafia de los albaneses.

Entre 2014 y marzo de 2020, en Ecuador fueron arrestadas 24 personas involucradas con grupos balcánicos, sobre todo de Albania.

En noviembre de 2020, sicarios asesinaron a tiros al albanés Adriatik Tresa en la sala de su casa, en pleno Samborondón (Guayaquil).

Los albaneses también han tendido macro redes en Colombia, donde compran la cocaína al Clan del Golfo y a la guerrilla del ELN, que sale por puertos del norte de ese país, como Barranquilla.

Caletas y cocaína represada

La expansión del crimen organizado desde los Países Bajos afecta a toda Europa. Está desbordando las capacidades de los organismos de control.

Hay un creciente número de consumidores, especialmente, tras el largo encierro por la pandemia.

"La droga que está saliendo no es de reciente producción. Esta cocaína está, digamos, a la cola de lo que debía exportarse en 2021; está represada por el Covid, que supuso una paralización de tránsito y del comercio mundial durante meses", dice Diego Castillo, director de BASC, empresa de Gestión de Riesgos y Seguridad, que certifica a firmas exportadoras.

La mayoría de la cocaína incautada en Ecuador, especialmente en Guayaquil, tenía como destino países europeos, seguidos por Estados Unidos.

La mayoría de la cocaína incautada en Ecuador, especialmente en Guayaquil, tenía como destino países europeos, seguidos por Estados Unidos. 

Castillo es un estudioso del peligro que implica para las empresas la contaminación de sus cargamentos de productos legítimos.

"Se paró todo el transporte terrestre, aéreo y marítimo; por lo tanto, toda esa droga tuvo que almacenarse en algún lado" y ahora está emergiendo, según Castillo.

El jefe Antinarcóticos Geovanny Ponce coincide en que aumentaron las capturas de droga encaletada.

En 2021 en estos sitios de acopio la Policía descubrió 47,5 toneladas de cocaína. La mayoría en Guayaquil, otros poblados de Guayas y El Oro.

El 68% del alcaloide se encontró en casas y el 15% en bodegas. Las autoridades ecuatorianas abrieron 115 casos judiciales.

La cocaína se encaleta en ciudades, poblados y fincas con ruta directa y facilidades hacia los puertos y playas en Guayas, comenta Ponce.

“El año que acaba de terminar, por ejemplo, en Manabí encontramos algo más de dos toneladas cerca de una finca, muy cerca a las playas, desde donde se buscaba transportarla en lanchas hacia Centroamérica”.

En los operativos que la Policía efectuó en 2021 fueron detenidos 10.982 implicados en microtráfico y 687 en tráfico internacional de drogas. 

Mejora el control 

El talón de Aquilés del control antidrogas han sido los puertos. Pero desde el gobierno anterior, el control en los embarcaderos de Guayaquil mejoró considerablemente.

En eso coinciden Castillo y Ponce. Eso ha significado una reducción en las capturas de droga en los contenedores que transportan carga, destaca el jefe Antinarcóticos.

La cooperación de quienes administran los puertos también ha incidido en revisiones más efectivas, así como la coordinación y el intercambio de información sobre las cargas que se exportan, sobre el puerto de Contecon.

"El control, sin duda, ha mejorado, porque el actual Gobierno ha definido tareas claras y específicas de control en los puertos", agrega Cevallos.

Durante los últimos 15 días del gobierno de Lenín Moreno se firmó un convenio interinstitucional entre la Policía y el Puerto de Guayaquil.

Los administradores están obligados a mejorar la tecnología, el equipamiento y el personal dentro de las instalaciones, bajo la supervisión de la Policía.

Se han adquirido vehículos y se están implementando nuevos sistemas informáticos de análisis de datos.

No obstante, uno de los principales problemas que persiste es la falta de escáneres para inspeccionar las cargas sospechosas.

En el puerto de Contecon, por ejemplo, no existe esa tecnología, los controles son manuales, con perros.

Lo que ha sido aprovechado por las mafias para introducir alijos de cocaína en los contenedores ubicados con productos en patios internos de los desembarcaderos, a la espera de ser transportados en navíos.   

Para solventar ese vacío, el presidente Guillermo Lasso firmó un decreto que establece la obligatoriedad de que todas las instalaciones por las que pase la carga de exportación cuenten con equipos de inspección no intrusiva, incluidos estos detectores electrónicos, apunta Cevallos.

El puerto de Posorja, en este sentido, es el que está a la vanguardia, pues tiene un sistema efectivo de cámaras y de detectores electrónicos para escanear contenedores.

"Hay cambios significativos porque hasta 2020 en uno de los puertos operaba una red de empleados que trabajaba para los narcotraficantes".

Geovanny Ponce, director Antinarcóticos

Desde 2021, siguiendo alertas de la Policía, se cambió al personal y el nuevo administrador está en constante coordinación con los agentes.

Otro puntal de esta estrategia es la creación del Centro de Análisis Integrado de Puertos y Aeropuertos, con el apoyo de las embajadas de Gran Bretaña y Estados Unidos. 

Desde este centro se hará el perfilamiento de las cargas en los diferentes puertos. Así los analistas no estarán en esas locaciones, como ocurría antes, sino que permanecerán en el Centro para recibir y analizar la información de las navieras y sus embarques.

"Harán sus análisis sin el riesgo de ser reclutados por las mafias en los puertos", asegura Ponce.

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