Jueves, 25 de abril de 2024
Canal cero

"Nosotras parimos, nosotras decidimos"

Enrique Ayala Mora

Enrique Ayala Mora

Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.

Actualizada:

25 Dic 2022 - 5:26

Movimiento de mujeres

Desde finales del siglo XX se siente cada vez más fuerte el reclamo: "Nosotras parimos, nosotras decidimos", que viene desde los movimientos de mujeres.

Eso ha llevado a que se discuta la cuestión, antes considerado un tabú, condenado sin distinciones, pero practicado con frecuencia en las peores condiciones.

El aborto es un tema duro y complejo. Por eso Ecuador debe afrontarlo con seriedad, con un debate de fondo y una solución definida: despenalizarlo.

No porque ya se lo ha hecho en muchos países, sino porque así evitaremos los abortos clandestinos, que provocan muertes, abusos y atropellos.

¿Qué es despenalizar el aborto? Es establecer que no debe considerarse más como delito, sujeto a enjuiciamiento y prisión, sino una opción voluntaria de quien se somete a él.

Porque ya el embarazo forzado o no deseado es un grave problema, sobre todo para las mujeres pobres, para que, además, sean consideradas delincuentes y perseguidas por el Estado.

¿Quiere decir que el Estado debe promover el aborto? Desde mi punto de vista no. El Estado debe hacer lo que esté a su alcance para evitarlo, dando soporte a las mujeres que están en la disyuntiva, facilitando adopciones legales y garantizando los derechos de las gestantes.

Pero si con todo ello una mujer decide abortar, el Estado no puede ni debe perseguirla, lanzándola a buscar un oscuro procedimiento en condiciones de insalubridad que ponen en riesgo su salud y hasta su vida.

Debe poner normas claras para que haya garantías mínimas de que el procedimiento no se transforme en una carnicería.

Los hombres no quedan encinta. Mantener la penalización discrimina a las mujeres en general y sobre todo a las más pobres.

Las que tienen plata pueden hasta viajar al exterior para tener un aborto 'seguro'. Son las mujeres de pueblo las que van donde 'abortistas' clandestinos. Por equidad y justicia hay que cambiar las normas.

Quienes se manifiestan en contra del aborto dicen que despenalizarlo es promover que las mujeres aborten. Esa es una tergiversación. Nadie puede obligarlas o incitarlas a tomar semejante decisión.

Lo correcto es que, dejando de ser un delito, el aborto es una posibilidad que debe asumir cada quien según su conciencia, de acuerdo con la realidad y las circunstancias.

El movimiento Pro Vida dice que el aborto es crimen porque implica un asesinato del feto. Todo respeto para ese movimiento, pero esa es una afirmación muy debatible.

Existen diversas posturas al respecto basadas en datos científicos. Nadie obliga a nadie a aceptar una u otra interpretación. Pero eso no les da derecho de imponer sus ideas a quienes tienen opiniones contrarias.

Llegará el tiempo en que se despenalice el aborto, pero ahora urge que al menos se lo considere para ciertos casos. Constatar una realidad y ver que para otra parte se perpetúa el discrimen, la criminalización de un derecho y un grave problema social.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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