Lunes, 29 de abril de 2024
De la Vida Real

Maura: un legado en verso

Valentina Febres Cordero

Valentina Febres Cordero

Es periodista y comunicadora. Durante más de 10 años se ha dedicado a ser esposa y mamá a tiempo completo, experiencia de donde toma el material para sus historias. Dirige Ediciones El Nido. 

Actualizada:

2 Oct 2023 - 5:56

Maura es un pedazo de vida que te enamora en 17 minutos. Y sí, creo que esa es la única objeción que vi en este cortometraje: dura muy poco.

Maura es dos en uno. Maura es la protagonista de la historia, tiene 84 años, pero también es el nombre de este documental lleno de detalles. Maura, la señora, representa el paso del tiempo y la extinción de las tradiciones. Era joven de pelo negro y “mocita”, como dice de a sí misma cuando ve una fotografía antigua. Ahora es una mujer de pelo blanco que brilla con su vestido amarillo. Maura representa esa mujer de la costa que no deja de ser vanidosa a pesar de que la vida pasa. Maura representa también el tiempo que se dedicaba a aprender poesía y activar la memoria. Sí, Maura es esa mujer que deja un testimonio y un legado.

Maura recita amorfinos con humor y alegría. Maura debe ser también de las últimas grandes conversadoras que quedan, porque ese privilegio lleno de virtudes también está en extinción.

Maura, el cortometraje, cuida cada detalle de la toma, de la edición, de la música de fondo que es el sonido de una guitarra que entra en las escenas precisas y después se desvanece. 

El corto, (para mí en realidad cortísimo), está producido por Isabel Rodas y Gabriel Páez, (Filmarte Ecuador) a quienes no les conozco.  Sin embargo, creo que aquí demuestran todo su talento. Porque hacer una obra tan bien lograda sobre un personaje tan rico y conseguir que el espectador se quede largo tiempo reflexionando sobre cada detalle, demuestra que trabajan con un equipo lleno de sensibilidad visual y auditiva.

La historia transcurre en un pueblo donde pasan cosas cotidianas y es en este escenario en el que Maura, el documental, nos transmite paz. A través de tomas abiertas observamos cómo las hamacas se tejen y las cartas se juegan mientras la gente descansa, todo en silencio y en calma. Crear ese espacio sin tiempo no debió haber sido fácil. Maura es un corto que por momentos provoca ternura, a ratos saca una que otra sonrisa, pero, sobre todo, deja sentir la calma, que sopla tan leve, tan refrescante, como una brisa. ¿Cómo lograron transmitir eso? No sé.

Existen tomas bellísimas en las que no se pronuncia palabra, pero la imagen habla sola. Un plano cerrado y un par de zapatos debajo de una antigua máquina de coser, como las que nuestras abuelas utilizaban y que funcionan a pedal, nos muestra el paso del tiempo, el arte, el trabajo, el cansancio, pero, sobre todo, nos enseña con elegancia la humilde vivienda de bloque donde vive Maura. Sin decirnos nada, da indicio de que ella también sabe coser. Son detalles que, mediante imágenes y tomas, nos permiten conocer más acerca de quién es esta mujer tan cautivadora: Maura Alejandro Malave.

Y mientras habla sobre lo que ama, sobre los versos y sobre su memoria, con un plato de espuma flex ventila el fuego en que asa un maduro. Sí, Maura, a su edad, todavía prende el carbón para cocinar. Y al tiempo que las tradiciones se apagan, ella, que solo cursó hasta el tercer grado de escuela, escribe sus versos en un álbum de fotos rojo y viejo. Porque para dejar registro no importa dónde se escriba, lo importante es que quede ahí su testimonio con letra manuscrita, perfectamente dibujada en cada palabra. Maura guarda las fotos en una caja de cartón junto con algunos otros recuerdos.

Maura es consciente de su feminidad. Se zafa sus trenzas frente al espejo con cuidado porque cuando ella recita sus versos con humor y alegría se convierte en la estrella. Y ella lo sabe.

Maura es eso: un documental que cuenta la historia de una señora que nos abre la ventana de su casa, de su alma y de su memoria para que todos conozcamos un poco de ella y de este arte que está en extinción: el amorfino, como la protagonista llama a sus versos. Y, como desde ahora, nosotros, los espectadores, llamaremos: "Los amorfinos de la señora Maura".

Maura recita con picardía, entre las risas de sus amigas:

"Los muchachos de este tiempo/ son como el limón podrido/ que apenas tienen 15 años/ ya dicen mamita quiero marido".

Como espectadores nos derretimos ante sus encantos. "Maura", el documental, nos proporciona datos y nos informa que la protagonista aún baila al ritmo de la guitarra y disfruta de una vida sencilla, plena, tranquila. 

Este documental es un registro vivo de las tradiciones, costumbres y vivencias de un pequeño pueblo, allá en Santa Elena…

En fin, creo que Maura es una obra que merece ser vista.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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