Los ataques inéditos sufridos a principios de semana han llevado a la declaratoria de conflicto armado interno o coloquialmente una guerra civil. Como país debemos formar un frente común para recobrar nuestra sociedad, nuestra paz. Somos más allá de cualquier diferencia en pensar una sola República.
Un valioso concepto para ayudar a los tomadores de decisiones a que puedan concebir el entorno en estos tiempos difíciles en los que vivimos es el análisis BANI (Brittle, Anxious, Nonlinear, Incomprehensible) por sus siglas en inglés.
B = Frágil: todos lo construido sobre bases frágiles puede desmoronarse de la noche a la mañana. Se habla mucho del concepto de anti-fragilidad pensando que equivale a la resiliencia.
Pero basados en el libro de Nassim Taleb, la anti-fragilidad es una propiedad de los sistemas en que estos aumentan su capacidad para prosperar como resultado de factores estresantes, choques, volatilidad, ruido, errores, fallas, ataques, etc. Quizás esta tragedia nos impulse a generar consensos y ejecutar los cambios necesarios.
A = Ansiedad: De lo más presente hoy en día, no solo en la vida personal sino en nuestras pesadillas. Por ejemplo: ¿Seré asaltado, secuestrado, vacunado, o víctima colateral en este conflicto? Tenemos que aprender a desestresarnos y nada como la familia para aquello.
Debemos considerar, también, las consecuencias invisibles de esta creciente ansiedad, especialmente en los más jóvenes, como es El costo psicológico en los jóvenes (y en todos) de las pandemias de Covid-19 y del crimen.
N = No lineal: eventos que parecen desconectados y desproporcionados. Sin una estructura bien definida y ordenada, no es posible construir organizaciones estructuradas. Por ejemplo, ¿cómo organizarnos ante los retos coyunturales a nivel personal, empresarial, o como sociedad? Lastimosamente, las experiencias de Colombia, México, etc. muestran que estos conflictos internos pueden durar mucho tiempo. Toca organizarnos.
I = Incomprensible: Debemos entender que no tenemos control sobre todas las cosas. Por ejemplo, ¿Qué pasó con Ecuador, isla de Paz? Tristemente, esa realidad dejo de existir y debemos adaptarnos.
Una guerra, sea externa o interna, tiene grandes efectos en la economía. Ecuador cerró el 2023 con un déficit fiscal de USD 5.789 millones por la baja en los ingresos petroleros y tributarios, junto con el incremento en pago de gastos corrientes.
Las cuentas por pagar del Estado crecieron por encima de USD 4.000 millones, generando un serio problema en la cadena de pagos. Esto incrementa la tasa de interés, por ejemplo, hay bancos que emiten avales al 4-4,5% para que sean redescontados en otros bancos al 12% convirtiéndose en un crédito de 16-16,5% para empresas productivas.
Vale notar que, aun con el alto riesgo país, hay fuentes de financiamiento en el extranjero tanto para capital de trabajo, expansión, nuevos activos, proyectos verdes, azules, y rosados para empresas grandes y microemprendimientos en temas sociales.
La expectativa es que las tasas internacionales bajen antes que las locales y esto podría ayudar al pago de intereses de la deuda, como indicamos en ¿Qué sucede con las finanzas en EE.UU. y cómo nos puede afectar?
La Reserva Monetaria se encuentra casi en USD 4.000 millones, algo que se veía venir y a lo que debemos prestar atención. Entre enero y septiembre del 2023 la Inversión Extranjera Directa (IED) llegaba a USD 266 millones, según el Banco Central del Ecuador (BCE), una caída de USD 614,5 millones. ¿Cómo seguirá siendo afectada en esta coyuntura?
En 20 años hemos tenido 18 reformas tributarias parches, porque no ofrecen una solución al problema crónico de déficits altos que significa crecimiento de la deuda absoluta.
Debemos recuperar el crecimiento económico para ganar este conflicto armado interno.
Aquí salta la interrogante, si ante la emergencia actual y las ofertas de ayuda de la Unión Europea, EE.UU., China, entre muchos países amigos; si no se debería pedir mayor financiamiento en condiciones blandas junto con un reperfilamiento de nuestra deuda externa.
Noam Chomsky dijo: “Si asumes que no existe esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que existe un instinto hacia la libertad, entonces existen oportunidades de cambiar las cosas”.
Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.
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