Viernes, 03 de mayo de 2024
Leyenda Urbana

Iza es el caballo de Troya del correísmo, Pachakutik se desmorona

Thalía Flores y Flores

Thalía Flores y Flores

Periodista; becaria de la Fondation Journalistes en Europa. Ha sido corresponsal, Editora Política, Editora General y Subdirectora de Información del Diario HOY. Conduce el programa de radio “Descifrando con Thalía Flores” y es corresponsal del Diario ABC de España.

Actualizada:

9 May 2023 - 5:28

Los ecuatorianos aún recuerdan uno de los más grandes embustes electorales jamás registrado en el país, cuando faltando una semana para ir las urnas, en abril de 2021, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) de la época, Jaime Vargas, anunció que la organización apoyaría al candidato Andrés Arauz, del correísmo, en la segunda vuelta contra Guillermo Lasso.

Fue una falacia urdida en contubernio con los mismos que manipularon el pensamiento de la gente, falseando la verdad, durante una década, sin siquiera ruborizarse.

"Andrés logró lo que yo no pude", escribió con impostada humildad, en Twitter, el sentenciado de Bélgica, aludiendo al supuesto acuerdo progresista del correísmo con el movimiento indígena.

La farsa se desplomó en pocas horas, cuando los dirigentes de Pachakutik (PK) Cecilia Velasque y Apawki Castro desmintieron tal apoyo y llamaron a Vargas traidor.

Recordaron que la Conaie resolvió no respaldar a ninguno de los finalistas y optar por el voto nulo ideológico.

Vargas quiso sorprender al país con el supuesto apoyo para complacer, de forma que solo la psiquiatría podría explicar, a quien durante una década les había perseguido, dividido y denigrado, llamándoles "indios fracasados" y "ponchos dorados".

Odiador contumaz, Vargas había hecho campaña contra Yaku Pérez, el candidato de PK, quien catapultó al movimiento indígena al obtener una votación tan alta que estuvo a un tris de pasar a la segunda vuelta.

Y fue decisivo para que 27 legisladores llegasen a la Asamblea Nacional, convirtiendo a PK en la segunda fuerza parlamentaria.

Algo ocurre con los presidentes de la Conaie que han elevado a Correa a una suerte de deidad a la que veneran y sirven, aunque ello implique traicionar a su propia gente.

Leonidas Iza, sucesor de Vargas, le ha heredado también esa extraña fidelidad por el sentenciado y la actitud mezquina con los suyos, cuando discrepan.

Iza está entregado por entero al correísmo, porque sueña que le auspicien su candidatura presidencial, porque a pesar de no creer en la democracia sino en el estallido social, usará el mecanismo que fuere para hacerse del poder.

Si controla a PK tendrá el respaldo de dos sectores.

Aunque Correa tiene nombres de su propio movimiento para las próximas elecciones, conocedor de la política y sus mentiras, alimenta el ego de Iza.

Correa, conocedor de la política y sus mentiras, alimenta el ego de Iza.

Además, a los dos los une una obsesión común: bajarse a Lasso, para lo cual manejar los votos de PK en la Asamblea es imprescindible.

Para conseguirlo, han manipulado hasta dividir al bloque. Y no cejan en su empeño.

En la convención para elegir al coordinador de PK, que fue una exhibición de los peores vicios de la política con alteración de padrones, denuncias de fraude, violencia y guardia indígena metiendo miedo, se vio con claridad que el objetivo es cooptar el brazo político de la Conaie.

Para conseguirlo, son capaces de todo. 

El objetivo es cooptar el brazo político de la Conaie.

Prevalido de ser el candidato de Iza, sin todavía ser declarado de manera oficial nuevo coordinador de PK, Guillermo Churuchumbi, amenazó con aplicar la justicia indígena a los asambleístas que no voten por la censura y la destitución de Lasso, en el juicio político.

Han tocado fondo.

El potente y contestario movimiento que irrumpió en la escena hace 33 años y dividió la historia política de Ecuador, en un antes y un después del primer levantamiento indígena, está en grave crisis.

La ambición, las intrigas, las trampas, la sed de poder y las acciones funestas de algunos de sus integrantes le han jugado una mala pasada.

A PK, su brazo político, le sucede cosa igual. La conducta de algunos de sus parlamentarios y funcionarios ha causado repulsión.

"Si van a robar, roben bien, compañeros", aconsejó una asambleísta a sus coidearios, escandalizando a Ecuador. 

Otro dijo que era "normal" llevarse el 30% del costo de las obras públicas.

Cinco asambleístas de PK fueron denunciados por el presidente Lasso por pedir prebendas y hasta dinero en efectivo -según dijo-, pero en vísperas de una votación decisiva, el primer mandatario pidió a la Fiscalía archivar su acusación.

El caso del prefecto de Cotopaxi, acusado por presunta delincuencia organizada, causó indignación.

Otro asambleísta más fue sancionado por violencia intrafamiliar. Y, semanas atrás, aunque está apartado de PK, uno de ellos fue denunciado por violación.

El movimiento arde en el fuego de la desvergüenza, la sinrazón y la ambición.

Iza se aprovecha y los acusa. Y se solivianta.

Apenas el Tribunal Electoral de PK anunció que habrá nuevas elecciones al haber sido invalidados los resultados del 29 de abril que dieron como ganador a Churuchumbi, dijeron que no acatarán.

La Confeniae rechaza cualquier intento de repetir las elecciones y anticipa que no concurrirá. 

¡No tienen salvación!

Enfrentado a sus propios demonios por estos graves hechos y perdido en el laberinto de la política nacional, Pachakutik apenas si atina a reaccionar al asedio de Correa que, por la abstinencia de poder, se desespera, infiltra la organización usando a Iza como caballo de Troya, para atacarla desde adentro y apropiarse de su estructura.

No importa que Iza proclame: comunismo indoamericano o estallido. Si les conviene, las urnas apostarán por ellas. 

Lo que quieren es el poder.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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