Sábado, 20 de abril de 2024
Contrapunto

Mozart nunca conoció la historia de Elvira Madigan

Fernando Larenas

Fernando Larenas

Periodista y melómano. Ha sido corresponsal internacional, editor de información y editor general de medios de comunicación escritos en Ecuador.

Actualizada:

1 Oct 2021 - 19:03

De un total de 27 conciertos para piano y orquesta que escribió Wolfang Amadeus Mozart, el 20, 21 y 23 son los más conocidos; fueron compuestos entre los años 1785 y 1786, es decir, 100 años antes de que se produjera el drama de Elvira Madigan, pero el concierto 21, K 467 en do mayor lleva ese nombre.

El drama de Elvira Madigan es tanto o más conocido que el de Romeo y Julieta de Shakespeare, pero la historia que vamos a relatar ocurrió en Suecia y en Dinamarca, fue real, se han filmado películas, escrito novelas y poesías sobre el tema.

La película más famosa precisamente se denomina 'Elvira Madigan', estrenada en 1967. El director Bo Widerberg (1930-1997) decidió musicalizarla con el segundo movimiento andante del famoso concierto para piano y orquesta número 21, de Mozart.

Desde entonces entró a la literatura musical con ese nombre y es considerado como el concierto para piano más popular del músico austríaco dentro del repertorio clásico.

Nació con el nombre Hedvig Antoinette Isabella Eleonora Jensen en 1867 en Flensburg, una ciudad que pertenecía a Dinamarca y que, en 1864, había pasado a formar parte de Alemania después de una guerra.

Se cree que su nuevo nombre lo tomó de su padrastro John Madigan, un estadounidense con quien se casó su madre después de enviudar.

La familia de Elvira se dedicó al circo, ella era acróbata y en una de sus giras llegó a Suecia, donde conoció al teniente y conde Sixten Sparren, con quien mantuvo una relación clandestina que duró tres años.

El drama comienza con la huida de Elvira y Sixten a Dinamarca. Llegan a un hotel donde pasan cerca de un mes, el dinero se les acaba y es ahí donde la tragedia empieza a tomar forma.

El oficial de 34 o 35 años, 15 más que Elvira, fue calificado de desertor y no podía regresar a Suecia, donde además tenía esposa a y dos hijos.

Como medida extrema salen del hotel, deciden adentrarse en un bosque, el oficial dispara a su amante con la pistola del ejército y a continuación se suicida. Pasaron tres días hasta que los cadáveres fueron encontrados.

En el filme se muestra la desesperación y el hambre de la pareja mientras buscaban bayas para alimentarse.

Años después, en el lugar del suicidio se colocó una placa con el nombre de los dos enamorados y el espacio se transformó en lugar de peregrinación de novias que ofrendan su ramo de flores.

En casi toda la musicología del siglo XX al concierto de Mozart se lo denomina Elvira Madigan, un nombre convertido en leyenda y en drama, que no tiene nada de parecido a lo que significaron los 27 conciertos para piano del músico de Salzburgo.

Tampoco está claro a quién se le ocurrió clasificar a una de las obras de Mozart con el nombre de la acróbata de un circo. Pero el hecho de que la película de Bo Widerberg -que ganó el festival de Cannes- fuera musicalizada con el segundo movimiento fue determinante en la clasificación.

Lo que hizo Richard Strauss es absolutamente diferente a la ocurrencia del director de cine sueco de musicalizar su película con música de Mozart. Strauss escribió un poema sinfónico que se llama Así habló Zaratustra, inspirado en la obra homónima de Friedrich Nietzsche.

Stanley Kubrick musicalizó 2001: Odisea en el espacio con el inicio de la monumental obra del alemán Strauss, compuesta en 1896, cuatro años antes de la muerte de Nietzsche, que fue un gran melómano e incluso estudió música en su juventud.

A Nietzsche se le atribuye la frase “sin la música, la vida sería un error”.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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