Jueves, 18 de abril de 2024
En sus Marcas, Listos, Fuego

Orinando fuera del pilche

Felipe Rodríguez Moreno

Felipe Rodríguez Moreno

PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.

Actualizada:

9 Nov 2022 - 5:28

Seguro todos escucharon esta frase de uno de sus padres o abuelos, que no se refiere a ser el típico incivilizado que parece personaje de cacho pastuso cuando debe orinar dentro del inodoro y orina en el inodoro, sino a aquellos casos donde quien habla lo hace o bien fuera de contexto o en una desubicación que da miedo.

Pues déjenme decirles que tras la crisis (brutal) de inseguridad que vivimos la semana anterior, tanto en spaces, en radios, en redes sociales y en medios de comunicación, a medio país le dio por orinar fuera del pilche.

Quizá sea porque el miedo provoca parálisis neuronal o porque, definitivamente, la capacidad crítica de nuestra sociedad es el más claro ejemplo de un baño de gasolinera.

Todo empieza con dos escenas:

La primera: un grupo de encapuchados, armados hasta los dientes, con un encantador fondo de penitenciaría, intentan conjugar varias frases (aunque sin éxito semántico) y, confundiendo plurales y singulares, montando cual orgía los sujetos sobre los predicados, acusan a Guillermo Rodríguez, Director del SNAI, de haber recibido USD 1 millón en un hotel en Manta para vender los pabellones 1 y 2 de una cárcel (así se llama, cárcel, y no Centro de Rehabilitación Social como a algunos izquierdosos les gusta llamarla con pompa, porque las cosas son lo que son y no lo que algunos filósofos de la nada denominan porque así les gustaría que fueran).

La segunda: otro grupo de encapuchados, con artillería militar, confundiendo verbos con sustantivos y adjetivos con pronombres, realizan con dificultad la verbalización de la siguiente oración que, tras traducirla a nuestro idioma, he logrado parafrasear así: "vamos a matar a gente inocente y su sangre será responsabilidad de este gobierno corrupto".

Esto es todo lo que deberíamos esperarnos de estos interlocutores. Lo que nunca me esperé es que la reacción social y las opiniones ciudadanas promedio, hayan sido del mismo talante y categoría de jardín de infantes carente de profesores. ¿A qué me refiero?

A que resulta inverosímil que estos dos videos hayan provocado, masivamente, que la mayoría diga frases más o menos así (o al menos que yo leí así): "me muero comadre, viste lo que dicen esos presitos, dicen que ese director del SNAI es un corrupto, ¿cómo es posible que el Lasso se quede de brazos cruzados".

Y "vistes lo que dicen esos manes, si está clarito, este Estado corrupto va a tener que responder nacional e internacionalmente por las muertes que provocan en tantos inocentes, si ponen a esos policías asesinos y corruptos a protegernos".

Díganme, por favor, se los ruego, díganme que ustedes que me leen también encuentran la falla (error de inferencia conforme a la lógica) en la opinión mayoritaria.

Que alguien me explique en qué momento la gran mayoría dejó de entender que los asesinos son los que asesinan, que los terroristas son los que aterrorizan, que los criminales son los que cometen crímenes.

¿Cómo es que el discurso general se desenfocó en los responsables del miedo? ¿Cómo es que hacemos a los malos a un lado y vemos como enemigo al Gobierno?

Sí, al Gobierno critiquémoslo, y con dureza, por sus errores preventivos y por su inercia al actuar, pero por favor, no perdamos de vista que el orificio del pilche es el lugar donde debemos apuntar.

¿Cómo es que decidió nuestra sociedad darle credibilidad a unos encapuchados que no pueden ni articular dos oraciones seguidas y que amenazan con asesinarnos a todos?

¿Desde cuándo es más importante viralizar lo que dicen los asesinos a verificar que, por ejemplo, Guillermo Rodríguez fue el comandante del GOE (Grupo de Operaciones Especiales) más respetado y querido por su honestidad, humanidad, profesionalismo, determinación y nervios de acero para enfrentar la criminalidad compleja?

¿Cómo es que todos comentan sobre "la gravedad" de lo que dice ese video/pasquín y a nadie le importa que Guillermo Rodríguez, sea docente y experto nacional en Seguridad y Manejo de Riesgos?

¿Cómo es que a nadie le interesa escuchar su voz porque están más ocupados generando espacios a la voz de cualquier vulgar terrorista?

¿En qué momento empezamos a prestarle oídos a los malos y dejó de interesarnos averiguar quiénes son los buenos?

¿Cómo es posible que crean que si X mata a Y, le quita la piel de la cara y lo cuelga de un puente, el villano es Lasso y no X? ¿Desde cuándo lleva muerta la lógica aristotélica para el Ecuador?

Y no, no se trata de soportar a Diego Ordóñez y creerle cuando dice que se debe proteger el prestigio institucional, nada tiene que ver esta columna con eso. Esta columna tiene que ver con que el problema es un gran inodoro blanco y con que las opiniones influyentes y no influyentes de nuestra sociedad no son más que orina regada a su alrededor.

Les pido: dejemos de viralizar lo que aseveran los asesinos. Empecemos a respaldar a quienes nos cuidan (siempre y cuando actúen dentro del marco de la ley, por supuesto), no permitamos que los sicarios decidan nuestra agenda, y por favor, ya que no usamos pañales, empecemos a orinar dentro del pilche, que el enemigo está ahí afuera y que créanme, está facilito de identificar.

En las guerras (término funcionalista penal que nada tiene que ver con el SDH) o nos unimos todos (hasta en la retórica) o viviremos conquistados, siendo una provincia más del enemigo, objetos cualquiera de los traficantes de esclavos, víctimas desechables de los separatistas de siempre.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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