Viernes, 26 de abril de 2024

Los partidos se muestran 'valientes' ante una eventual muerte cruzada

Autor:

Adriana Noboa

Actualizada:

18 Mar 2022 - 0:04

Un escenario de elecciones anticipadas pondría en aprietos a las organizaciones políticas, que tras las elecciones de 2021 han bajado el ritmo y enfrentan crisis internas.

Imagen referencial de las actividades de las organizaciones políticas en 2022.

Autor: Adriana Noboa

Actualizada:

18 Mar 2022 - 0:04

Un escenario de elecciones anticipadas pondría en aprietos a las organizaciones políticas, que tras las elecciones de 2021 han bajado el ritmo y enfrentan crisis internas.

El 'fantasma' de la muerte cruzada acecha el escenario político por segunda ocasión en 10 meses de Gobierno y cuando apenas han transcurrido 13 meses desde las elecciones generales.

Los desencuentros entre el Ejecutivo y el Legislativo y las críticas a la gestión de ambas funciones ponen presión sobre los actores políticos.

Pero los asambleístas de las distintas bancadas dicen no temer a la medida. Es así que, en esta ocasión, desde todas las agrupaciones políticas que conforman el parlamento afirman estar listos para volver a las urnas.

Incluso entre los aliados del presidente Guillermo Lasso hay quienes apoyan la idea de disolver la Asamblea Nacional, aunque el mismo Gobierno se resista. Por ejemplo, Fernando Villavicencio le pidió "mandarnos a la casa y que convoque a una consulta popular".

La muerte cruzada como medida política y administrativa se mantiene en el centro de una discusión, cada vez más acalorada, sobre la gobernabilidad en el país y la calidad de la gestión pública. Pero ¿sobrevivirían los partidos y movimientos a una nueva elección anticipada?

Entre 'camisetazos' y renuncias, todas las agrupaciones políticas han perdido al menos dos legisladores. La única que creció fue la Bancada de Acción Nacional (BAN) que conformó el oficialismo con algunos asambleístas de las minorías o que se alejaron de sus partidos.

El mismo Villavicencio, en caso de una nueva elección, debería buscar un nuevo partido que lo auspicie, ya que la Concertación y el Partido Socialista -con quienes llegó a la Asamblea- están en proceso de extinción.

Podría pasarle lo mismo a otros que llegaron por las minorías que están por desaparecer. Así como a aquellos que optaron por dejar las filas de la agrupación política que los llevó a ocupar una curul.

Sin contar que los mismos bloques legislativos enfrentan problemas con sus bases. En especial, la Izquierda Democrática y Pachakutik. Ambas organizaciones del espectro de la izquierda han sufrido cismas internos y están divididos en subgrupos, dentro y fuera del Parlamento.

Aunque pretendan superar las crisis internas, esto les ha generado críticas desde sectores de la población que votaron por ellos, principalmente, por sus programas de gobierno.

¿Qué pasa con las organizaciones políticas grandes?

Las últimas elecciones mostraron una clara hegemonía del correísmo agrupado en la Unión por la Esperanza (UNES), Creo, Partido Social Cristinao (PSC), Pachakutik e Izquierda Democrática (ID).

De las cinco, solo dos mantienen a sus candidatos presidenciales como líderes dentro de la agrupación, pero con un creciente desgaste de su imagen.

Es así que, si la 'valentía' de los partidos frente a una eventual muerte cruzada se debe a la votación obtenida previamente, el cálculo electoral, político y social deberá medirse en este nuevo contexto.

La votación obtenida por todos durante las presidenciales de 2021 no se repetirá, aunque la fragmentación electoral, típica del Ecuador, se mantendría.

  • El oficialismo está ocupado en ser gobierno. El presidente Guillermo Lasso con sus primeros meses de gestión ha sido criticado y se ha alejado hasta de sus simpatizantes y aliados naturales. Rompió su pacto con el PSC y, a la vez, se alejó del sector empresarial.

    Además, el año pasado la agrupación perdió a su principal operador político, César Monge, quien falleció a causa de un cáncer de páncreas. Ahora lo reemplaza el legislador Guido Chiriboga.

  • El partido naranja enfrenta una división interna, entre la vieja guardia y los nuevos cuadros; además del sector más conservador y el más progresista de la agrupación. Varias de sus nuevas figuras analizan la posibilidad de abandonar sus filas.

    Xavier Hervas, el fenómeno que fue el rostro de la ID en las presidenciales y que seguía recorriendo el país, ahora mantiene un perfil bajo. Esto después de que causara un cisma por su posición frente al aborto por violación, que le costó respaldos dentro y fuera del partido, con quienes le reclaman coherencia con lo que planteó en campaña.

  • El correísmo es el único que se mantiene en intensa campaña, Marcela Aguiñaga, el nuevo rostro de la agrupación, recorre el país desde que Andrés Arauz los abandonó después de perder las elecciones y de su renuncia como presidente del movimiento.

    Aguiñaga lidera una renovación de la imagen de la lista 5, que ahora agrupa a los seguidores del expresidente Rafael Correa. Pero, pese a ser la primera minoría en la Asamblea, la tendencia intenta recuperar el capital político perdido en los últimos años.

  • El movimiento indígena también enfrenta una división interna, entre la vieja y la nueva guardia y el ala 'radical' de la estructura. Pachakutik y su brazo social, la Conaie, aparecen juntos solamente para aclarar que no están separados.

    Sin embargo, las pugnas internas se mueven con las coyunturas y las alianzas o coincidencias en la Asamblea Nacional.

    Ambas organizaciones mantienen su trabajo de base, pero tienen que enfrentarse también a la fuga de simpatizantes que se mantienen con Yaku Pérez, el candidato con mayor éxito en la historia de la lista 18, que se desafilió de la agrupación.