Viernes, 19 de abril de 2024

Un triunfo en primera vuelta electoral se hace menos probable

Autor:

Estefanía Celi

Actualizada:

28 Ene 2021 - 0:05

Autor: Estefanía Celi

Actualizada:

28 Ene 2021 - 0:05

El alto número de candidatos crea gran dispersión en el voto. Los datos de las encuestas también revelan que es difícil para un postulante llegar al 40% en una sola elección. Desde el retorno a la democracia, solo ha habido dos triunfos en una sola vuelta.

El escenario de una sola vuelta se vuelve cada vez más lejano. El alto número de candidatos presidenciales que corren para las elecciones del 7 de febrero posiblemente generará una dispersión del voto que llevará a los ecuatorianos a un balotaje.

El Código de la Democracia establece que no será necesaria la segunda vuelta si el binomio que consiga el primer lugar obtiene, al menos, el 40% de los votos válidos y una diferencia mayor de 10 puntos porcentuales sobre la votación lograda por el binomio ubicado en el segundo lugar.

Para esto cuentan solamente los votos válidos, es decir que no se contabilizan los votos nulos y blancos.

Pero, esta posibilidad se hace lejana pues las encuestas evidencian que los candidatos difícilmente llegan al 40%. Los sondeos de opinión muestran que los tres postulantes que van a la cabeza son Andrés Arauz (UNES), Guillermo Lasso y Yaku Pérez, pero ninguno de ellos logra una victoria en una sola vuelta.

De hecho, desde el retorno a la democracia, Ecuador solo ha tenido dos triunfos en una sola vuelta: los de Rafael Correa en 2009 y 2013. En todas las demás elecciones, la Presidencia se ha decidido en un balotaje.

Esto se debe también a la dispersión del voto gracias a la gran cantidad de candidatos. Con un alto número de binomios (16), los que queden al final de la carrera disminuirán el porcentaje de votos de quienes van a la cabeza. Así obtengan menos del 10%, ayudan a que sea más difícil lograr un triunfo en una sola vuelta.

Esto es lo que ha pasado históricamente en Ecuador, en donde al menos dos candidatos siempre obtienen menos del 10% de los votos válidos.

El balotaje para evitar deslegitimidad

La segunda vuelta funciona como una herramienta para evitar que quien llegue a la Presidencia lo haga con un porcentaje muy bajo de votación, que le restaría legitimidad.

En las elecciones en las que no hay segunda vuelta y el triunfo es de entrada de quien obtenga el porcentaje mayor, pueden haber ganadores con muy bajos porcentajes.

Esto pasa en las elecciones para alcaldes en Ecuador. Por ejemplo, el alcalde de Quito, Jorge Yunda, fue triunfador con el 21,4% de votos válidos, en unas elecciones con amplia dispersión también por el número de candidatos.

De hecho, desde el retorno a la democracia, la mayoría de candidatos presidenciales ha obtenido menos del 35% en las primeras vueltas electorales. Los resultados se amplían para las segundas vueltas, casi siempre con resultados muy parejos entre ambos contendientes.

Y las segundas vueltas pueden dar sorpresas, pues en tres ocasiones los ganadores de la primera vuelta han quedado segundos en el balotaje. Este es el caso de Rodrigo Borja en 1984, Jaime Nebot en 1996 y Álvaro Noboa en 2006.

Contra la dispersión, el 'voto útil'

Justamente por la alta cantidad de candidatos presidenciales, en Ecuador se comienza a hablar del "voto útil" o la necesidad de no "desperdiciar" el voto en uno de los candidatos que difícilmente llegará a la segunda vuelta.

El voto útil busca lograr apoyos para quien tiene más oportunidad de ganar dentro de una tendencia, en vez de votar por el candidato de la preferencia personal. O, por el contrario, buscar sumar votos para que otro candidato no gane.

La campaña por el voto útil ya se aplicó en 2017. Y aunque Guillermo Lasso logró pasar a la segunda vuelta con Lenín Moreno, es complicado medir si esto se debió al voto útil.


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