La Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras Artesanales alerta que poblaciones enteras en Puná, en el Golfo de Guayaquil, han pasado noches bajo escombros.
El sismo de magnitud 6,5, sentido el pasado 18 de marzo, no solo golpeó a El Oro o Azuay. También causó destrucción en Puná y otras islas del Golfo de Guayaquil.
De hecho, Puná, parroquia rural de Guayaquil, es considerada el epicentro real del terremoto del sábado, según el Instituto Geofísico.
En esta zona costera, la Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras Artesanales (Fenacopec) alertó que poblaciones de Puná, Puerto Roma o Cerrito de los Morreños han sufrido daños en sus viviendas.
"Tenemos reportes de varias familias damnificadas que ahora están en condiciones de calle", señaló la Fenacopec, que a través de redes sociales está recolectando víveres no perecibles para los pobladores.
Según el Municipio de Guayaquil, en Puná se reportan cuatro heridos, que ya fueron trasladados hasta hospitales de la ciudad.
Mientras que se asegura que ya han evaluado los daños en 36% de las viviendas en esta isla del Golfo. Y la mañana del domingo 19 de marzo se entregaron los primeros kits de asistencia.
"Mediante un sobrevuelo en helicóptero, hecho el sábado, se encontraron muchas afectaciones dispersas de viviendas", dijo el director de Gestión de Riesgos municipal, Allan Hacay, en declaraciones a Ecuavisa.
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