La marcha del Gobierno caotiza el centro de Guayaquil; filas vehiculares superan los dos kilómetros
Las retenciones vehiculares se extendieron por hasta 25 cuadras en el centro de Guayaquil. Cientos de marchantes se quedaron sin ver al presidente y los negocios abrieron más tarde por los atascos.

La retención y las filas vehiculares superaron las 20 cuadras y dos kilómetros de extensión en la avenida Eloy Alfaro, centro de Guayaquil, el 11 de septiembre de 2025, previo a la marcha por la paz del Gobierno Nacional.
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PRIMICIAS
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Redacción primicias
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La marcha por la paz y la justicia, convocada por el Gobierno Nacional, generó este jueves 11 de septiembre de 2025 un colapso en el tránsito vehicular en el centro de Guayaquil. Miles de manifestantes se concentraron desde tempranas horas de la mañana en las avenidas Eloy Alfaro y Olmedo en el sector comercial de la Bahía, demorando los tiempos de traslado en más de 20 minutos.
En el inicio de la manifestación, participantes de la movilización ocuparon cuatro cuadras de la avenida Eloy Alfaro, entre Olmedo y Cuenca, y al menos otras dos cuadras de la calle Cuenca, entre Eloy Alfaro y Chimborazo.
Esto provocó largas filas de automotores en la Eloy Alfaro, en un corredor de ingreso desde el sur al centro de Guayaquil, la fuerte retención se extendió hasta por 25 cuadras y más de dos kilómetros —desde Portete hasta 9 de Octubre—. La movilización partía de ese sector sur del centro de la ciudad.

Todo el centro, congestionado
La situación también se replicó en la avenida Quito, que atraviesa de sur a norte el centro, que quedó colapsada desde el estadio Capwell hasta Luis Urdaneta, prácticamente a lo largo de toda su extensión. Según reportes ciudadanos, los tiempos de recorrido en la zona oscilaron entre 20 y 40 minutos, duplicando los tiempos habituales de traslado en ese corredor vial.
La avenida 9 de Octubre también registró fuertes retenciones vehiculares a o largo de las 10 cuadras de extensión de la zona este del boulevard. Las aplicaciones de movilidad mostraban todas las calles del centro en rojo, con "tráfico pesado", desde las 8:00 hasta las 9:30, cuando aún no iniciaba la marcha.
El operativo de movilidad incluyó a 90 agentes de la Autoridad de Tránsito y Movilidad (ATM), con 25 responsables de cierres y desvíos, y 45 motociclistas desplegados para intentar aliviar el flujo vehicular. La llegada de más de 350 buses provenientes de distintos cantones y provincias del país —cifra que el alcalde de Guayaquil elevó hasta 500 unidades— complicó los intentos de descongestionar las vías.

Una hora de retraso
Los buses interprovinciales ingresaron al centro para dejar a los manifestantes y luego fueron estacionados en puntos designados como la avenida Barcelona, el parque de la Ferroviaria y los alrededores del Centro Cívico.
Pero las unidades seguían llegando a la calle 10 de Agosto y Chimborazo, sobre las 10:00, una hora después del horario previsto para el inicio de la movilización. La manifestación tenía previsto iniciar a las 9:00, pero arrancó casi una hora después.
La tarima principal se instaló en la intersección de la avenida 9 de Octubre y Malecón y la marcha curbió ocho cuadras a lo largo de Malecón.
La ATM advirtió que tramos de al menos seis calles y avenidas permanecerían cerrados por 12 horas, desde la medianoche hasta pasado el mediodía, entre ellos también sectores de la calle Panamá e incluso un tramo de una cuadra de la 9 de Octubre. Los efectos de los cierres viales se extendieron a sectores adyacentes, donde las filas vehiculares superaron más de dos kilómetros.

Cientos de manifestantes se quedaron rezagados
La marcha alteró el inicio de la jornada comercial en el sector de la Bahía. El intenso tráfico en hora pico obligó a numerosos negocios a abrir más tarde de lo habitual y retrasó el arribo de los propios manifestantes, mientras vendedores informales aprovecharon la gran afluencia para mejorar sus ventas, aunque no todos alcanzaron las expectativas previstas.
La movilización arrancó a las 10:00, pero el presidente de la República, Daniel Noboa, se dirigió a la concurrencia pocos minutos después, sin esperar a los miles de asistentes que aún se encontraban en el punto de concentración.
El último grupo de manifestantes salió de la intersección de Olmedo y Eloy Alfaro cerca de una hora más tarde, por lo que no pudieron escuchar el mensaje presidencial que se extendió por pocos minutos.
Comerciantes mejoraron sus ventas
En medio del bullicio, los comerciantes informales narraron sus experiencias dispares con las ventas propiciadas por la marcha. Miguel Medina, vendedor de jugo de naranja y coco en la Bahía, aseguró que la jornada le representó un aumento del 20 % en sus ventas. “Se pueden vender entre 100 y 200 vasos de jugo al día; esperamos llegar a los 200 hoy”, dijo mientras atendía a los marchantes.
Para algunos, la expectativa era mayor. Jaime Soque viajó desde Quito para vender sombreros de cambrella a un dólar, pero reconoció que apenas superó los 100 vendidos hacia media mañana. “Uno viaja para justificar por lo menos quinientos u ochocientos dólares, no se ha logrado hasta ahora”, dijo.
En contraste, María Ortuña, vendedora de cornetas tipo vuvuzela, calificó la jornada como positiva. “Traje seis docenas de cornetas a un dólares y solo me quedan cinco", dijo.
El retraso de miles de manifestantes y los atascos en las principales arterias marcaron el pulso de una marcha que, pese a su masiva convocatoria, evidenció problemas de organización y dejó a una buena parte de los asistentes sin escuchar las palabras del primer mandatario.
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