¿Préstamos fáciles y rápidos?: la trampa del chulco digital en Ecuador
El chulco digital es una amenaza creciente en Ecuador que aprovecha la necesidad económica para extorsionar a sus víctimas bajo la apariencia de préstamos rápidos. En un contexto de empleo precario y bajo acceso al crédito formal, miles caen en esta trampa.

La falta de acceso al sistema bancario formal empuja a miles de ecuatorianos a usar apps no reguladas que ofrecen préstamos rápidos y sin garantías, pero esconden prácticas abusivas y extorsivas.
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En el mundo financiero actual, donde el acceso al crédito digital se ha convertido en una opción cada vez más común, hay una amenaza silenciosa que está afectando a miles de ecuatorianos: el chulco digital. Lo que comienza como una solución rápida ante una urgencia económica puede terminar en acoso, extorsión y una devastación emocional y financiera.
Ola Bini, del Centro de Autonomía Digital (CAD), explica que el chulco digital es una forma moderna del préstamo informal, también conocido como “gota a gota”, pero que ahora opera desde el teléfono celular. Estas aplicaciones, muchas veces fuera del control regulatorio, ofrecen préstamos con mínimos requisitos, pero ocultan tasas de interés altísimas, cláusulas abusivas y un modelo de cobro que se basa en la intimidación.
Andrea Pérez (nombre protegido), madre jefa de hogar con tres hijos, conoció estas apps cuando atravesaba una crisis financiera. “Vi una publicidad en mi celular que ofrecía dinero rápido. Estaba endeudada, sin salida y acepté. Me pidieron una selfie, foto de la cédula y datos de mi cuenta bancaria. Parecía fácil… hasta que se volvió una pesadilla”.
Estas aplicaciones simulan ser herramientas financieras, pero en realidad utilizan ingeniería social, manipulación emocional y mecanismos de extorsión para atrapar a sus víctimas en un ciclo de deuda y miedo.
¿Por qué están proliferando en Ecuador?
En un país donde apenas el 35,4% de la población económicamente activa tiene un empleo adecuado, y solo tres de cada 10 ciudadanos pueden acceder a un crédito bancario formal, el crecimiento del chulco digital no es una casualidad. Es una consecuencia directa de la precariedad económica.
La desesperación lleva a decisiones impulsivas. Así le ocurrió a Andrea. “Al inicio, no me explicaron cuánto iba a pagar. Cada vez que no podía cubrir el total, me cobraban un 60% del monto por una prórroga, pero eso no reducía la deuda. Me daban solo ocho días. La cifra seguía subiendo y llegué a deber USD 6.000”.
Estas apps aprovechan la falta de acceso financiero y la urgencia económica para colocar a los usuarios en una posición de vulnerabilidad. Lo que parece una ayuda se transforma rápidamente en una trampa financiera sin salida.
El modus operandi de una estafa digital
Las tácticas que utilizan estas aplicaciones son agresivas y están cuidadosamente diseñadas para atrapar y controlar a las víctimas. Según Bini, “cuando instalas una app y aceptas los permisos, esta puede hacer prácticamente lo que quiera con tu información. Muchas veces piden acceso a tus fotos, ubicación, contactos y mensajes, que luego usan para extorsionarte”.
La estructura de operación se puede desglosar en cuatro etapas:
1. Atracción
Con campañas publicitarias agresivas en redes sociales como Facebook, TikTok e Instagram, estas apps prometen préstamos sin buró, sin papeleo y con desembolso inmediato.
2. Captura de información
A través de términos confusos, solicitan acceso a:
- La cámara, para registrar imágenes del solicitante.
- La galería, de donde extraen fotos personales.
- La ubicación, para amenazar con enviar “cobradores”.
- Los contactos, a quienes luego intimidan para presionar al deudor.
3. Deuda insostenible
Las condiciones del préstamo son deliberadamente confusas. Como relata Andrea: “Adelantaban el pago y me daban horas límite. Si me pasaba, comenzaban a llamarme con insultos. Incluso hicieron panfletos con mi cara montada en el cuerpo de otras mujeres, ofreciendo servicios sexuales y los enviaron a mis contactos más frecuentes”.
4. Extorsión y terror psicológico
Las víctimas reciben amenazas, difamación y acoso constante. Andrea cuenta que su hija menor recibió llamadas intimidantes. “Vivía nerviosa, no podía contestar el teléfono. Estaba tan afectada que sufrí microderrames cerebrales, migrañas intensas y ataques de ansiedad. Incluso tuve pensamientos suicidas”.
¿Cómo salir del chulco digital?
Aunque parece imposible, hay acciones que pueden ayudarte a salir de esta red de manipulación y abuso. Ola Bini comparte algunas recomendaciones:
- No pagues si ya estás siendo extorsionado. El pago no detendrá las amenazas.
- Resetea tu teléfono de fábrica inmediatamente.
- Cambia todas tus contraseñas, especialmente las de tus cuentas bancarias y redes sociales.
- Informa a tus contactos sobre la situación para que estén prevenidos si los extorsionadores intentan comunicarse con ellos.
- Denuncia en la Fiscalía General del Estado.
Prevenir antes que lamentar
Andrea, aunque sigue enfrentando las consecuencias emocionales y financieras de esta experiencia, ha decidido compartir su historia como una forma de prevención. “Sé que no soy la única y si mi testimonio sirve para que alguien más no caiga en esto, entonces habrá valido la pena hablar”, afirma. Aún continúa buscando alternativas para salir de esta difícil situación y estabilizar su economía.
Desde una perspectiva de finanzas personales, el chulco digital representa un riesgo real, no solo económico, sino también psicológico y social. Por eso, la educación financiera debe ser una prioridad. La ciudadanía necesita herramientas para identificar estas amenazas antes de caer en ellas.
Recomendaciones clave:
- Solo descarga apps desde tiendas oficiales (AppStore, Google Play).
- Lee reseñas y calificaciones antes de instalar cualquier aplicación.
- Nunca aceptes permisos innecesarios sin entender el impacto.
- Verifica siempre que la institución financiera esté registrada y regulada por la Superintendencia de Bancos.
Además, desde una perspectiva regulatoria, es necesario establecer controles más estrictos sobre las empresas que ofrecen microcréditos digitales, regular los permisos que solicitan las apps y sancionar las prácticas abusivas.
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