Jueves, 28 de marzo de 2024
Canal cero

'Ni persigo el aplauso ni me intimida el insulto'

Enrique Ayala Mora

Enrique Ayala Mora

Doctor en Historia de la Universidad de Oxford y en Educación de la PUCE. Rector fundador y ahora profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. Presidente del Colegio de América sede Latinoamericana.

Actualizada:

9 Abr 2022 - 19:00

Una noche de enero de 1882, 'la Generalita' se preparaba para pasar revista a los soldados que defendían el Palacio Nacional, pero un oficial le informó que parte de la tropa había desertado para unirse a los 'restauradores' que ocupaban Quito y rodeaban el Palacio.

Ella no se inmutó y les dijo: "La hora de nuestro triunfo se acerca; estén listos a las cinco de la mañana".

Pese a la energía de Marietta de Veintemilla, el 10 de enero, los insurrectos tomaron el Palacio. La apresaron y luego tuvo que exiliarse en Lima, donde también había ido a parar su tío, el dictador Ignacio de Veintemilla, que había huido a Guayaquil, dejando a su sobrina al frente de la defensa de la capital. Los soldados llegaron a idolatrar a 'la Generalita' por su belleza y su valor.

Ignacio de Veintemilla llegó al poder en 1876 por un golpe de Estado. Inició su gobierno con medidas liberales, pero ya elegido presidente constitucional, cambió su actitud y realizó un gobierno oportunista, estéril y corrupto.

Cuando en 1882 terminaba su período, se proclamó nuevamente dictador. Todos los sectores políticos, desde los terroristas hasta los radicales, se alzaron en armas en la 'Restauración'.

Tomaron Quito ese 10 de enero y luego ocuparon Guayaquil, mientras que Veintemilla escapaba luego de obtener, a pistola limpia, un 'préstamo' de dos bancos.

Marietta de Veintemlla nació en Guayaquil en 1855. Perdió a su madre siendo niña y luego a su padre, el general José Veintemilla, ejecutado por García Moreno. Se casó y quedó viuda muy joven. Tuvo un hijo que murió siendo niño.

No volvió a casarse y se dedicó a la política y a la cultura. Cuando su tío fue presidente, promovió las artes. Y cuando le tocó enfrentar a los insurrectos, demostró liderazgo para conducir y alentar a las tropas.

Refugiada en Lima, se distinguió en los salones literarios de sociedad. Allí, en 1890, publicó 'Páginas del Ecuador', una de las obras más importantes del siglo XIX y la de mayor nivel escrita por una mujer ecuatoriana de su tiempo.

El libro ofrecía su visión de la vida del país desde 1830 y dedicaba buena parte a una bien trazada pero estéril defensa del gobierno de su tío, que fue uno de los peores de la historia. 

'Páginas del Ecuador' contiene agudas observaciones sobre el país y también falsedades, que fueron refutadas por sus contemporáneos. Está escrito con calidad literaria y valentía. Dice a su inicio: "ni persigo el aplauso ni me intimida el insulto. Cumplo con una necesidad de mi espíritu y acepto sin temor las consecuencias". 

Marietta volvió al Ecuador en 1898, luego de la revolución liberal, y se instaló en Quito. Murió en 1907, rodeada de la admiración de muchos, aunque no pocos pensaban que había sido una mujer de gran energía y talento que, por desgracia, puso sus altas capacidades al servicio de una pobre causa, de la tiranía y la corrupción.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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