Miércoles, 24 de abril de 2024
En sus Marcas, Listos, Fuego

Posteguillo versus McCullough. Let's Rumble!

Felipe Rodríguez Moreno

Felipe Rodríguez Moreno

PhD en Derecho Penal; máster en Creación Literaria; máster en Argumentación Jurídica. Abogado litigante, escritor y catedrático universitario.

Actualizada:

31 May 2022 - 19:03

Santiago, Santiago, ¿enfrentarte a Colleen McCullough? ¡Pues vayan agallas!, qué ni Vercingétorix se atrevió a tanto.

Pero claro, eres tú y puedes darte ese lujo, pero eso sí, sabedor de que inicias con inferioridad numérica y, aunque te formes en testudo, con esta columna intentaré diezmar tu centuria. Vamos allá.

Colleen McCullough es una novelista australiana que escribió siete incomparables novelas que inician con la vida de Mario y Sila y terminan con la turbulencia de Antonio y Cleopatra.

Y claro, cuando empiezas con 'El primer hombre de Roma' ya sabes que nunca más nadie se deberá atrever a escribir sobre la juventud, vida y muerte de Julio César.

Sí esto fuera box, McCullough es Mohamed Alí. Pero claro, después de que Posteguillo escribió la serie de 'Africanus', cualquiera podría decir: "después de Posteguillo ya nada se podrá escribir sobre las Guerras Púnicas, pues la obra no es solo maestra, sino reina de reinas".

Escribir sobre la vida de Julio César es un reto suicida después de McCullough y, pese a ello, Posteguillo ha iniciado su nuevo proyecto, doce años, para escribir seis colosales novelas.

'Roma soy yo' es su primera entrega, 685 páginas de vorágine y adrenalina. Por eso, en esta primera parte, procedo a alabar y a recomendar su obra por las siguientes razones:

  1. En la novela histórica nadie, lean bien, nadie, maneja con más destreza que Posteguillo la analepsis y los raccontos. La forma de dar saltos en el tiempo lo hace el Miguel Ángel de la técnica.
  1. De los novelistas históricos, el más diestro para narrar batallas es Posteguillo. Aquí la saca del estadio narrando la Batalla de Mitilene y la batalla de Aquae Sextiae. Lo hace, de largo, mejor que McCullough.
  1. El juicio contra Dolabela está increíblemente logrado. Lo digo como abogado litigante. La forma en la que su defensa destroza a los testigos es de una precisión quirúrgica que deja sin aliento.
  1. La recreación de la negociación entre César, Lúculo y Teófanes para no incendiar Mitilene es magistral. La técnica de argumentación política de Posteguillo es envidiable. 
  1. Su manejo de la mitología es magistral, por ejemplo, la manera de introducir la maldición de Tesalónica en el libro y dilatarla en el tiempo. Esto era obvio, pues hace mucho que Posteguillo es hijo de Júpiter para estos avatares.
  1. La introducción de una idea central: "César cambió el mundo" es sin duda el reto más importante: ¿podrá Posteguillo en toda su saga demostrarlo y por fin gritarle al mundo que Roma es Julio César y que el mundo moderno es nada más que Julio César?
  1. La bestial recreación de la minimización a la mujer hace que Posteguillo siga haciendo de sus novelas una denuncia global contra el machismo. (como ya lo hizo con Julia en 'Yo, Julia' y en 'Y Julia retó a los dioses').
  1. La forma en la que la novela expone la contienda entre Optimates y Populares es inigualable. Abre la puerta a lo que vendría después: la lucha entre la izquierda y la derecha. ¿Se atrevería Posteguillo a decir que Julio César es el primer socialista de la historia y que las obras de Marx no son más que un evidente plagio?

Ahora bien. Ya basta de alabanzas. Es hora de decirle a Posteguillo lo que le faltó (por ahora) y en lo que McCullough sigue imperando:

  1. Cero empatía con Sila. Si hasta con más nobleza retrató al Quinto Fabio Máximo en 'Africanus'. Es que Sila es un personaje tan importante en la historia del mundo que no basta con retratarlo como un brillante y pervertido villano. Yo, por ejemplo, adoro a Sila con todo mi corazón. En este libro la mano izquierda de Posteguillo lo taló, hizo leña y luego lo incendió. Al César lo que es del César, pero primero, a Sila lo que es de Sila.

Por ejemplo, no contar la historia de la presencia de Metrobio en la vida de Sila es como no hablar de Sila.

  1. La guerra contra Yugurta es, sin duda, más importante que la guerra contra Teutobod. De Teutobod mucho, de Yugurta nada.
  1. Me faltó más sobre la vida del padre de Pompeyo, que definirá luego al verdadero carnicero.
  1. La investidura de César como 'Flamen Dilis' es, para mi humilde opinión, la más relevante en la historia de la juventud de Cayo Julio César. No era una bendición, era la maldición que hubiese hecho que Posteguillo no exista hoy y que nadie esté escribiendo esta columna, pero sobre esto: cero análisis de Posteguillo.
  1. Faltó más sobre la historia personal de Mario, como capítulos de seguimiento a la juventud de Cicerón, como de mayor descripción sobre la vida en la Subura (¿qué carajos hacían patricios viviendo entre plebeyos?)
  1. Sí, nadie narra batallas como Santiago Posteguillo, pero nadie narra discursos legislativos como Colleen McCullough. Por eso, McCullough lo supera en la recreación de los hermanos Graco (inicio del fin de la República) y de todos los discursos frente a los 'Patres Conscripti'.
  1. Sé que Posteguillo no quiere golpear a César, pero más se pudo decir sobre su misión en Bitinia para conseguir la flota del Rey Nicomedes IV. Es una parte esencial que no podía faltar para definir los traumas y rencores que alimentarían el alma del gran líder.

Algunos me dirán: aguanta, que recién es el primer libro y faltan cinco. Sí, sí, estamos claros, pero necesito incentivar al Canelo de la novela histórica para que los siguientes rounds pueda derribar a Alí.

Otros me dirán: "si tan capo te crees, porque no escribes tú sobre Julio César". Mi gente, lo siento, sólo hay un hombre capaz de subirse a este ring y ese es Posteguillo.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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