Viernes, 03 de mayo de 2024
Firmas

Reuniones familiares: cuando afloran los cuchillos

Pablo Cuvi

Pablo Cuvi

Pablo Cuvi es escritor, editor, sociólogo y periodista. Ha publicado numerosos libros sobre historia, política, arte, viajes, literatura y otros temas.

Actualizada:

30 Dic 2023 - 5:58

Surfeando por las películas de Netflix, vine a dar en un olivar de Baja California, no lejos de Tijuana, donde el patriarca ha convocado a sus tres hijas (y sus adherencias) para decidir sobre la venta de esa propiedad donde él vive y ellas se criaron. Un sitio bucólico donde el narco y las migraciones quedan de lado.

Ese es el punto de partida del largometraje ‘Familia’, de Rodrigo García, un director y escritor que escapó del DF a Los Ángeles para dejar de ser el–hijo–de–García Márquez y ganarse su espacio bajo el sol. O, con más precisión, bajo los reflectores de Hollywood, que son bastante más exclusivos que el pinche astro rey.

Y lo logró, sin duda, aunque nunca escapará de la comparación con el autor de ‘Cien años de soledad’. Jodido destino de los hijos de las celebridades y los poderosos: les ponen la vara muy alta.  

Encarnado por ese gran actor que es Daniel Giménez Cacho, desde la muerte de la madre, el patriarca de ‘Familia’ ha desarrollado una relación más rica pero también conflictiva con hijas y nietos. Y con su amante de turno, representada por Maribel Verdú, quien se luciera hace 20 años en el triángulo amoroso de ‘Y tu mamá también’, pero aquí anda desperdiciada.

Como corresponde a estas reuniones, los conflictos y resentimientos están a la orden del día, pero también el humor y la aceptación de las diferencias.  Empezando por la hija lesbiana que llega con su pareja del momento, al tiempo que exhibe su barriga de embarazada. Más enredada, imposible.

La otra hija es una escritora frustrada, con una niña vivaz y un divorcio en marcha; ella expresa sus problemas al estilo de esas intelectuales depresivas de Woody Allen. En ese mismo estilo pasean los personajes por el olivar mientras dicen unos diálogos que a ratos parecen monólogos y no terminan de disparar la acción, aunque sigan siendo entretenidos e informativos.

Confiesa García Barcha haber puesto en el asador toda su experiencia de padre de dos hijas, pero también de hijo de la famosísima pareja que reinaba en Ciudad de México. Eso se nota en algunos parlamentos, pero es mucho más obvio en el corto libro que escribió sobre los últimos días de García Márquez, y pocos años después, de su mamá: ‘Gabo y Mercedes: una despedida’.  

Ahí nos recuerda el desmesurado peso del Premio Nobel, en cuyas exequias participaron hasta los presidentes de México y Colombia.

La crónica está muy bien escrita (en inglés originalmente), con las reflexiones, los sentimientos y los flashbacks bien administrados, aunque las imágenes de papá y mamá asomen edulcoradas. Pero se entiende: no era el espacio para los reclamos, ni era una cena navideña donde afloran los cuchillos al tercer whisky.

Avanzado ya el libro, Rodrigo García cuenta que se integró completamente a Estados Unidos y al idioma inglés –lengua que Gabo casi no hablaba–, para evitar su influencia protectora. Y para terminar de sacarse el clavo, optó por el cine, que había sido el sueño juvenil de su papá y en el que obviamente le superó.

Mucho más que el libro, yo veo detrás de ‘Familia’ una película del 2013 que me encanta y parece que a Rodrigo García también: ‘Agosto’, cuyo reparto es acojonante: Meryl Streep es la matriarca que convoca a las tres hijas y sus acompañantes a la mansión decadente, y es acolitada por Julia Roberts, Chris Cooper, Benedict Cumberbatch… y sigan contando.

En la mesa, ¿dónde mejor?, Julia Roberts entabla un duelo filial (y actoral) con una madre narcisista, adicta a las pastillas, a la inquina y a las actuaciones magistrales. Tanto así que las dos, Meryl y ella, fueron nominadas a los óscares 2013.

La atmósfera de ‘Familia’ es más amable y distendida en temas de sexualidad y lenguaje. El padre es un buen tipo que vela por el rebaño, y las tres hijas se juntan un rato a fumar marihuana y despotricar, pero en la esgrima verbal la sangre nunca llega la río. 

Para evitar los spoilers esto se termina aquí, junto con este año apocalíptico.

Las opiniones expresadas por los columnistas de PRIMICIAS en este espacio reflejan el pensamiento de sus autores, pero no nuestra posición.

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