Lunes, 29 de abril de 2024

El último escándalo de Revolución Ciudadana recuerda su tradición machista

Autor:

Adriana Noboa

Actualizada:

24 Oct 2023 - 17:05

Después de las denuncias de supuesta violencia de género dentro de la Revolución Ciudadana, el expresidente Rafael Correa fue el único en negarlas. Episodios de la historia del partido recuerdan que no es la primera vez que actuán contra las mujeres.

Jorge Glas, Rafael Corea, Luisa González y Paola Pabón, el 12 de mayo de 2017, en Montecristi.

Autor: Adriana Noboa

Actualizada:

24 Oct 2023 - 17:05

Jorge Glas, Rafael Corea, Luisa González y Paola Pabón, el 12 de mayo de 2017, en Montecristi. - Foto: Vicepresidencia

Después de las denuncias de supuesta violencia de género dentro de la Revolución Ciudadana, el expresidente Rafael Correa fue el único en negarlas. Episodios de la historia del partido recuerdan que no es la primera vez que actuán contra las mujeres.

El escándalo que rodea al ex vicepresidente Jorge Glas, y que ha salpicado a otros miembros de la Revolución Ciudadana, deja entrever que dentro de ese movimiento hay cosas que no han cambiado.

Una de ellas es que la militancia busca a Rafael Correa, incluso para que dirima los problemas personales entre sus miembros, la otra es la forma en que se trata a las mujeres de sus filas.

El conflicto entre Glas y una de las militantes de la agrupación, Soledad Padilla, quien además fue su asistente de confianza durante 16 años, se hizo público en redes sociales, cuando se filtraron unas conversaciones telefónicas.

En las grabaciones se escucha a Glas reclamando al asambleísta reelecto Ferdinan Álvarez por tener una relación personal con Padilla; así como a Correa pidiéndole a Álvarez que la "controle", para que los problemas con el ex vicepresidente no salgan a la luz.

Tanto Padilla como Álvarez se alejaron de la Revolución Ciudadana, porque se sintieron amenazados por el exvicepresidente. Pero Álvarez también denunció que la agrupación no hizo nada sobre las denuncias contra Glas por violencia de género sistemática, planteadas por Padilla.

"Lo que se debe parar es la violencia de género dentro de los movimientos políticos", denunció Álvarez. Pero la organización ha dado muestras, desde sus inicios, de que el trato a hombres y mujeres en sus filas es diferenciado.

Sin embargo, la fragmentada cúpula de la Revolución Ciudadana ha preferido guardar silencio. El mismo Correa fue el único que dijo algo y publicó un comentario dónde aseguró que no hubo tales denuncias al interno de la agrupación.

Mientras que los demás miembros, especialmente los legisladores, e incluso la excandidata Luisa González, decidieron demostrar públicamente su apoyo a Glas y no pronunciarse sobre las acusaciones en su contra.

A continuación, PRIMICIAS recoge los tres episodios más polémicos que ha tenido la Revolución Ciudadana en este tema:

  • La equidad de género según Rafael Correa

    En diciembre de 2011, en el enlace ciudadano 252, el presidente Rafael Correa explicó al público que no sabía si la equidad de género había mejorado la democracia, pero "lo que sí es seguro es que ha mejorado la farra impresionantemente".

    Como era usual en sus sabatinas, lanzó supuestos piropos a las asambleístas de su bancada y pidió al entonces presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, que "hay que aumentarles el sueldo, porque no tuvieron plata para comprar suficiente tela y todas andan con unas minifaldas (...) unas piernas y unas minifaldas impresionantes".

    Sin contar que no dudaba en referirse a las funcionarias públicas de su gobierno en términos objetivizantes o pedía públicamente a las cámaras que muestren sus cuerpos o su belleza en los eventos públicos.

  • El episodio de 'las sumisas'

    En octubre de 2013, el entonces presidente Rafael Correa rechazó la moción de despenalizar el aborto en casos de violación, planteada por más de una veintena de legisladoras del entonces oficialista Alianza PAIS.

    Paola Pabón fue la portavoz y dijo: "no podemos tomar decisiones desde el patriarcado, desde el adulto centrismo y desde el machismo. Esta Asamblea (...), no puede aprobar una norma penal dando la espalda a la realidad de las mujeres".

    El episodio se dio durante el debate del Código Orgánico Integral Penal. Como respuesta, Correa amenazó con renunciar si la Asamblea aprobaba el texto.

    Además, el entonces Mandatario ordenó a su partido votar en contra y acusó de traidora a Pabón, quien junto a dos de sus compañeras, Soledad Buendía y Gina Godoy, fueron sancionadas por el comité de disciplina de la agrupación.

    La sanción por discutir los derechos de las mujeres les costó 30 días de silencio fuera de la Asamblea. Pero Pabón también fue obligada a retractarse públicamente y a retirar la moción.

    Después de la intervención, la reacción de Correa y el castigo correspondiente, ninguna asambleísta de la bancada volvió a mencionar públicamente el tema. Los grupos de mujeres las calificaron de 'sumisas'.

    Incluso, en 2013, cuando tres mujeres lideraron por primera vez el Legislativo, una de ellas, Marcela Aguiñaga, se declaró "sumisa y qué".

  • Las ideas de Alexis Mera

    Alexis Mera es una de las figuras fuertes del correísmo, fue el secretario Jurídico durante la Presidencia de Rafael Correa, por ende, el cerebro detrás de la mayoría de reformas legales que se implementaron durante esa década.

    Mientras ejercía el cargo, no ocultó para nada su forma de pensar sobre las mujeres. En enero de 2014 se filtró un correo institucional en el que Mera le decía a Correa que las mujeres de la bancada legislativa que estaban a favor de la despenalización del aborto eran unas "mal culeadas".

    En la Revolución Ciudadana también primó el silencio. Lo mismo cuando en marzo de 2015, Mera dijo que "el Estado debe enseñar a las mujeres que es preferible que retrasen su vida sexual y que retrasen la concepción".

    Eso vino acompañado de la desaparición de la Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enipla) y la creación del conservador Plan Familia, a cargo de Mónica Hernández de Phillips, que significó un retroceso en la educación sexual pública, ya que se centraba en la abstinencia y enseñanza de valores.