Viernes, 26 de abril de 2024

"Muerte cruzada es el escenario más confortable para el Ejecutivo", dice analista

Autor:

Adriana Noboa

Actualizada:

16 Oct 2021 - 0:03

El analista político Pedro Donoso explica por qué, a su criterio, las acciones del Gobierno demuestran una ausencia de estrategia política, que recientemente le costó 90 votos en el Legislativo.

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Autor: Adriana Noboa

Actualizada:

16 Oct 2021 - 0:03

El presidente Guillermo Lasso entrega a la presidenta de la Asamblea, Guadalupe Llori, su proyecto de Ley de Creación de Oportunidades, el 24 de septeimbre de 2021. - Foto: Presidencia, Flickr

El analista político Pedro Donoso explica por qué, a su criterio, las acciones del Gobierno demuestran una ausencia de estrategia política, que recientemente le costó 90 votos en el Legislativo.

El gobierno del presidente Guillermo Lasso aún no cumple cinco meses en el poder y ya tiene una crisis política en sus manos, que fue ahondada por el mismo Mandatario durante una entrevista en directo, el 13 de octubre de 2021.

El analista político Pedro Donoso, director de la firma de inteligencia comunicacional Icare y con experiencia en consultoría y asesoría política, comenta la coyuntura que vive el país. Especialmente después de las declaraciones presidenciales, que terminaron de radicalizar las posiciones en el tablero partidista dentro del Legislativo.

A su criterio, la gran expectativa que generó el gobierno y el "efecto Lasso", trajeron una consecuencia profunda, "porque el enemigo más cruento de los políticos siempre es la expectativa".

A esto se suma el éxito del plan de vacunación. Esa inyección de optimismo, le dio la capacidad al gobierno de hacer muchas cosas; pero, de una otra manera, no fue bien capitalizada por el Ejecutivo, explica.

Por lo que, junto con otros factores como la inseguridad, la crisis carcelaria, el desempleo, la nueva ola migratoria, "vemos ahora que hay una caída del optimismo y un crecimiento del pesimismo".

En el escenario entró, además, la polémica investigación de los 'Pandora Papers', que habla sobre las empresas del Presidente en paraísos fiscales. Esto terminó de mostrar la ausencia de estrategia política en el gobierno y ahondó, a la vez, el debate sobre una posible destitución o una muerte cruzada.

En entrevista con PRIMICIAS, Donoso analiza el escenario que tiene enfrente el gobierno:

La última entrevista presidencial fue un detonante. ¿Qué fue lo que el Ejecutivo mostró al país durante esa intervención?

Hemos visto que el patrón de comportamiento, finalmente, es ser totalmente reactivo y de táctica solitaria. Pero las declaraciones del Presidente de la República sobre el triunvirato de la conspiración le acaban de costar 90 votos en la Asamblea. Necesidad cero, no entendí por qué hacerlo.

Es un frente innecesario, provoca que (Jaime) Nebot responda y que (Leonidas) Iza tome una posición, porque se lo puso al nivel de Nebot y (Rafael) Correa. Hay varios errores políticos en esa intervención.

¿Era correcto colocar a Iza en el imaginario como un actor legítimo de la oposición? Eso es lo que busca la Conaie, legitimarse.

Para eso está el correísmo, que es su opositor nato. El correísmo ya fue vencido en las urnas, no tiene una cabeza visible, está en proceso de composición y rodeado del marco de la corrupción.

El peor error del correísmo fue construir la imagen de Andrés Arauz y dejar que se diluyera.

¿Para qué revivir en una entrevista a Yaku Pérez? Hay que poner a los opositores en el olvido.

¿Este tipo de acciones muestran que el Gobierno no tiene una estrategia política?

Creo que no tiene una estrategia y lo que hace es vivir de tácticas. Eso es lo más grave, porque si hubiese una estrategia, aterrizaría en las prácticas que cumplen con ese objetivo.

Fue una táctica poner al mismo nivel a opositores y desestabilizadores: al correísmo, al Partido Social Cristiano (PSC) y a la Conaie. Es salir del apuro, reaccionando a las denuncias de los 'Pandora Papers', desviar la atención.

¿Dónde queda la gobernabilidad con una administración reactiva?

Es una buena pregunta porque, además, muchas veces uno cree que la gobernabilidad tiene relación solo con los estamentos formales y no necesariamente es así.

La ingobernabilidad también puede nacer de la situación económica y social, no solo depende de que haya una buena relación entre la Asamblea y el Ejecutivo.

Por último, si la estrategia es generar ingobernabilidad para apuntar a la muerte cruzada, no hay ningún problema. ¿Pero a dónde quieren ir?

Al presidente le han preguntado varias veces con quién gobierna, quién le asesora. Esa percepción de falta de claridad ¿Qué tanto le puede costar al Gobierno?

No creo que es un tema de comunicación, pues si no tienes una línea política clara, no tienes qué comunicar. Seguramente ahí Comunicación intenta hacer malabares.

No hay un horizonte, no hay una hoja de ruta. ¿A dónde voy, con qué actores voy, con quién hablo? Nadie está haciendo política y al gobierno 'le dan haciendo política' y eso es supremamente grave.

La estrategia política no puede depender de una sola persona. No sé si es justo endosarle a la ministra de Gobierno, Alexandra Vela, toda la responsabilidad. Creo que esto es un tema de gobierno, quizás no tanto de actores.

No sirve de nada que traigan a un nuevo cuadro, que nazca de las entrañas de Ecuador Libre, si ese cuadro no dice: hay que tener estrategia. Además, hay muchos hechos sueltos.

No hay toma de decisiones, eso es grave y decanta por el lado más delgado de la cuerda, que puede ser la comunicación. Pero está en evidencia la falta de estrategia o de lineamientos políticos.

Hemos visto inconsistencias en las acciones y discursos del Gobierno. ¿Cómo podemos interpretar esto?

Está plagado de tácticas incoherentes porque no hay un paraguas estratégico. Lo que más me llama la atención es lo que ha sido casi costumbre en Ecuador en los últimos 15 a 25 años: creer que los diálogos son un fin y no un medio.

Es decir, yo uso el diálogo, me siento a la mesa y me olvidé del diálogo. Ya tenemos el titular, la foto, perfecto.

Cuando el diálogo es un instrumento llega un punto que tiene que ser un acuerdo, manifestarse en unas acciones de política pública, en una ley, en un decreto. Pero en este país nunca nos hemos quedado en el proceso, sino en el suceso.

Lo principal es de entender que un diálogo tiene que ser un proceso de política pública que tenga objetivos clarísimos.

Entonces, plagado de tácticas reactivas, finalmente el gobierno intenta salir, al no tener una estrategia política clara. Y, a la larga, intenta comunicar lo que venga de esas tácticas.

¿Qué le estaría haciendo falta al Gobierno?

El gran tridente para poder tener una estrategia política es: información, metodología y actores. El primer punto que el gobierno no tiene es información.

Ecuador no tiene un censo poblacional desde hace 11 años. Si tú no entiendes al país que gobiernas ¿cómo lo gobiernas? No sabemos cómo está constituido demográficamente, sociodemográficamente, ni qué pasó con la pandemia, si aumentó la migración rural-urbana o urbana-rural, qué sucedió.

¿Cómo puede ser que el gobierno presente una ley sin haberla socializado, sin hacer un estudio de percepción de los mitos que esa ley puede generar?

Los mismos empresarios critican esa ley. Es decir, eres huérfano de tus propias propuestas por tu incapacidad de entender que hay un paso previo, que las leyes no se ganan en la Asamblea, sino que se preparan previamente desde lo conceptual para después debatirlas.

Las reformas de Educación Superior se frenaron para socializarlas, la ‘megaley’ no. El argumento es la falta de tiempo pero, a la vez, que la venían trabajando en Ecuador Libre desde hace 10 años.

Que prepares un proyecto, en la sala de decisiones de tu 'think tank', es una cosa, pero que socialices o levantes información y te adelantes a la narrativa y a la contra narrativa de los opositores y de tus aliados es otra.

Ni siquiera les preguntaron a sus aliados lo que piensan de la ley: la derecha conceptual económica salió a criticarla.

Cometen un error político porque no entienden tampoco, quizás, la composición del Legislativo. Por ejemplo, si envías la ley laboral, la Izquierda Democrática no te va a apoyar, pero es probable que sí te apoye el PSC. Y si envías la ley tributaria a lo mejor te apoya la ID, pero no el PSC.

¿Pero por qué envías todo en un solo proyecto para que ni la ID, ni el PSC te apoyen?

¿Y cuál es en este caso la identidad del Gobierno?

Ese es el principal problema: no tiene identidad. Si me preguntan cuál es, no tengo idea. Porque hoy es el gobierno del encuentro, mañana es el gobierno de la mano dura, pasado es de la producción, luego es de las vacunas.

Entonces cuando no tienes el imaginario de tu propia identidad es difícil construir una estrategia.

El Ejecutivo insiste que están preparados para esto, que tienen el mejor equipo. ¿Se ve eso en la práctica?

No quiero hacer un juicio valor al decir si está preparado no. El punto es que no tienen información, que no hay metodología ni método para gobernar.

De una u otra manera, eso se deriva también en que dentro haya actores que no están vinculados con la identidad ideológico-política del gobierno. Es raro entregarle la política a la socialdemocracia, ya que era abrirse un frente con el PSC.

Entonces no es un tema de preparación técnica, el gabinete del Presidente tiene sin duda unos grandes perfiles. Pero eso no sirve de nada si no hay claridad estratégica, información y metodología.

Además, no es un tema tanto de preparación, pero sí de dinámica política. Porque la Democracia Cristiana se quedó encasillada en la dinámica política de los 90 y los 2000, y Ecuador ha cambiado.

Bajo esa misma premisa ¿la composición del gabinete ejecutivo muestra esta falta de estrategia?

Nuevamente tiene que ver con la identidad. Si tenemos clara cuál es la identidad ideológica del Gobierno, los ministros van a decir no, porque no comulgan con esa identidad, o sí, a pesar de ella, pero sabiendo a qué someterse.

Una hipótesis interesante puede ser que tienen cuadros, pero no tienen una conexión identitaria y al no tenerla da lo mismo quién esté.

La diversidad siempre va a ser buena, pero teniendo un margen de maniobra y sabiendo cuál es. Ese margen es parte de la estrategia política, para saber cuál es el marco de acción, cómo está trazada la cancha. Aquí no, no vemos que esté trasladada la cancha.

Entonces si no sabemos por dónde jugar, ni tenemos una lógica política, lo técnico se va a disparar por cualquier lado y después les toca explicar la falta de coherencia que tienen las distintas medidas.

Con el escenario como está ahora, ¿qué podemos esperar que pase en la relación Ejecutivo-Legislativo?

La respuesta después de la última entrevista cambia. El camino será poner el imaginario de quién tiene más desgaste. Es una carrera contra el tiempo.

Para el gobierno, antes de 'Pandora Papers', era mucho más fácil porque señalaba con el dedo a la Asamblea: ustedes tienen problemas de diezmos, de sobreprecios, de corrupción, de disputas políticas, pero yo aquí hago gestión.

Pero ahora la Asamblea puede señalarle con el dedo también y decir: 'Pandora Papers'.

Entonces, en este juego va a estar la gran disputa. Ahí tenemos que ver a la Constitución de Montecristi, porque la ventaja siempre la va a tener el Ejecutivo, por las condiciones técnico jurídicas estructurales que están ahí.

Si la Comisión de Garantías Constitucionales decide la destitución del Presidente, él puede llamar a la muerte cruzada. Entonces esto sigue siendo una carrera contra el tiempo, hay que ver cómo se hace.

Lo estratégico sería que El ejecutivo envíe esas tres leyes a la Legislatura y esperar a ver qué sucede. Si, en efecto, el Legislativo empieza a trabarse, Lasso podría construir el marco de: yo hago todo lo posible y el Legislativo finalmente no me lo permite.

¿Cuál es el problema? Ese camino, totalmente normal desde lo institucional hace una semana, hoy se convierte en uno distinto por las declaraciones del Presidente, que son corta aguas.

¿Se podría ver a la muerte cruzada como una salida viable?

Si la tensión sigue en este nivel o sube, creo que la muerte cruzada es el camino más sano para el Ejecutivo y para Ecuador. Voy a discrepar con todo el mundo, que dice que eso sería terrible institucionalmente.

Yo tengo otro criterio por dos razones:

La primera es que lo peor que le puede pasar a una sociedad es no encontrar su válvula de escape. La política es administrar las tensiones sociales y políticas y cuando no hay mecanismos que administren esas tensiones hay estallidos.

Prefiero una muerte cruzada dentro de la formalidad, que calentamiento en las calles en la informalidad, porque eso sí genera caos.

Entonces la muerte cruzada puede ser una válvula de escape para que las tensiones se disipen en el proceso eleccionario.

No digo que sea la mejor opción, pero creo que es el escenario más confortable para el Ejecutivo. Porque puede ser candidato-Estado, gobernar el país durante seis meses y capitalizar los resultados que pueda lograr. Con decretos ley no va a tener una oposición y va a poder generar empleo, demostrar gestión.

Pero si sigue la ausencia de estrategia, ¿El Presidente podría salir victorioso de una muerte cruzada?

Por lo menos existen las condiciones para que se prepare mejor. Porque ¿quién va a ser el candidato del PSC? ¿Quién va a ser el candidato de la Revolución Ciudadana? Ni siquiera los movimientos políticos están preparados ahora para iniciar un proceso electoral.

El único que estaría listo y que tiene estructura es el candidato-Estado. No digo que eso esté bien o mal, estoy hablando completamente desde el ámbito estratégico político. El único que tendría claridad sería Guillermo Lasso.